La presidenta Claudia Sheinbaum envió al Congreso la Ley contra el Nepotismo, a todas luces buena para un país: ¿quién quiere una casta política donde los puestos se traspasan entre familiares?

Y los operadores de Morena en el Congreso la bloquearon hasta la fecha que conviene a los intereses particulares de aliados muy menores.

Concretamente la bloquearon hasta que el Partido Verde pueda colar al puesto de gobernador a la esposa del actual gobernador de San Luis Potosí y hasta que la numerosa familia Monreal pueda conquistar por tercera vez la gubernatura de Zacatecas.

Vaya negociadores geniales.

Son los mismos que negociaron el voto de Yunes Junior para aprobar la Reforma Judicial a cambio de una amnistía para todos los pecados del clan Yunes, un abultado expediente, pero copetearon el canje innecesariamente: le dieron además la membresía en Morena y así la posibilidad de ir bajo el logo guinda por la gubernatura de Veracruz —y de paso embroncaron a millones de los electores usuales de la Izquierda.

Son los antes llamados Pragmáticos de Morena que hoy se han vuelto una aduana que cobra demasiado para sí.

Yo prefiero llamarles los Corruptos, porque en cada canje toman para sí unas cuantas monedas (o un chorro de monedas), amén que simplemente no creen en el ideal de la Izquierda.

Los que sí creen en ese ideal, son los otrora llamados Idealistas del partido, que hoy deberíamos empezar a llamar de otra forma —como los Pulcros— porque sus ideales se han ido volviendo realidades en la práctica de la administración de lo público: programas sociales, aumento de salarios, feminismo, la reforma judicial.

Corruptos vs Pulcros: esta es hoy la lucha por el alma de Morena.

Para los Corruptos, hombres ex priistas mayores de edad, las cosas salieron al revés esta semana: les ganaron la batalla los Pulcros, a decir: la militancia joven y mejor preparada y los fundadores de Morena.

Y es que la Presidenta dio tremendo palmazo en el escritorio: Morena como partido sí asumirá la Ley contra el Nepotismo desde ahora mismo.

Así que el Partido Verde tendrá que ganar, sin Morena, San Luis Potosí y el Monreal que quiere el trono de Zacatecas tendrá que hacerlo con otro partido.

Iban en auto de carreras a la meta –y los dejaron en el camino de polvo descalzos.

No les irá bonito...

En cuanto al junior Yunes, es muy probable que la Comisión de Honor y Justicia de Morena juzgue su caso de acuerdo con el capítulo 47 de su estatuto, que reza que para ser miembro de Morena se debe “gozar de una buena fama pública”.

O sea, si esa la ganan también los Pulcros, Yunes Junior tendrá que buscar otro partido. El PAN, el PRI, el Verde, cualquier otro. En esos sigue vigente la admisión de personas con mala fama pública.

Lo que se juega en estas batallas, decía antes, es el alma de Morena. Ser o no ser lo que su retórica fundacional prometió: una nueva cultura política: una cultura donde no se pueda robar o mentir como estilo de vida.

Imagínese el lector, la lectora, a México por primera vez con un partido político decente y además mayoritario –y en consecuencia con una burocracia pulcra.

Otro gallo no cantará si sucede, porque el ideal de Pulcritud no es un adorno intelectual: es la condición práctica imprescindible para que una burocracia aplique en los hechos un proyecto benéfico para el país.

Ojalá suceda.

Los bien acomodados en la vieja cultura ruegan de rodillas para que no suceda.

Los analistas reaccionarios van a misa también para que no suceda.

Y los electores usuales de la Izquierda observamos con atención.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.


Google News

TEMAS RELACIONADOS