Salinas lleva enamorado de la palabra Libertad ya dos décadas.
Caminos de la Libertad se llama un premio anual que otorga. Universidad de la Libertad se llama el instituto que presume de universidad que él fondea.
Por eso, cuando el PAN anunció su nuevo lema –Patria, familia y libertad— pareció estarse preparando para enganchar su destino al de Salinas en las próximas elecciones presidenciales del año 2030.
Y Salinas toma la palabra Libertad del libro canónico de la Derecha internacional, Caminos de servidumbre, escrito por Friedrich Hayek.
¿Qué significa la Libertad para Hayek y sus seguidores de Derecha?
Nada de tiempo libre, nada de multitud de opciones para cada uno: los filósofos de la tribu humana se fueron a dormir cuando Hayek acuñó su teoría de la Libertad.
Para Hayek la Libertad significa algo bastante estrecho. Que los empresarios realicen negocios sin ningún tipo de restricciones impuestas por el Estado.
Allá por 1944, el filósofo judío-alemán pensó que liberados de restricciones como pagar impuestos o cumplir con derechos laborales, los empresarios multiplicarían sus fortunas, y luego, de forma natural, esa riqueza gotearía a sus trabajadores, beneficiando al total de la sociedad.
Puesto que el modelo fue abrazado por el mundo occidental a partir de los años 80s del siglo pasado, en México a partir de 1988, podemos hoy contrastar su promesa con sus resultados.
Sí, los empresarios cuatriplicaron la riqueza del mundo occidental en el periodo 1980-2020; pero el dinero no goteó a los trabajadores: sus salarios se congelaron, su poder adquisitivo disminuyó, y se empobrecieron de forma brutal.
Es que el modelo no fue ejecutado con la rapidez y la radicalidad necesarias, han escrito varios economistas.
Por eso hace dos años los ojos del mundo se volvieron hacia Argentina, donde Milei fue electo presidente con el propósito manifiesto de cercenar de inmediato las ramas del gobierno con una motosierra.
Adiós 13 ministerios, para que solo quedaran 9. Adiós subsidios y jubilaciones. Adiós comedores y guarderías gratuitos, y adiós salud pública. Todo al grito de ¡Viva la Libertad, carajo!
Los resultados de ese experimento de Hayek radical también los tenemos ya.
El Gran Capital enriquecido; el 90% de la población empobrecida, entre ella una mitad que ha dejado de comer 3 veces al día; confrontaciones de policías y jubilados cada viernes; y una Argentina que ya dos veces ha tenido que ser salvada de la bancarrota por el FMI y los EUA.
El problema de la teoría neoliberal de Hayek es uno solo.
Que no funciona.
La afirmación no es mía, sino del Premio Nobel Joseph Stiglitz, y está fincada en datos duros.
¿Por qué entonces el PAN coquetea hoy con uncir su destino al de un empresario que aboga por esa teoría?
Apena decirlo, y sin embargo es cierto: porque el PAN no ha logrado armar un proyecto propio y atractivo en 7 años.
Y extraña también su dificultad, si la falla del modelo está a la vista y el propio expresidente Fox lo enunció hace un mes:
—Debimos subir los salarios mínimos —dijo Fox, palabras más, palabras menos—, hubieran subido todos los salarios y la gente seguiría votando por nosotros. Pero los empresarios nos dijeron que si los subíamos la economía colapsaría, y les creímos.
La Izquierda lo hizo –subió los salarios mínimos, subieron los salarios en general, y además distribuyó ayudas sociales— y así se ganó el favor de millones para la siguiente elección, sin que la economía colapsara.
El PAN podría localizar el fallo que le señala Fox, podría desde esa reconsideración armar su proyecto, esta vez cerciorándose que ofrece algo real y concreto a la gente —y sin embargo lo dicho, parece estar eligiendo el camino opuesto.
Radicalizarse a la Derecha.
Es previsible: gastarán miles de millones en propaganda; comprarán medios (Salinas acaba de comprar ENVOZ, con voceros del calibre intelectual de Chumel Torres); transitarán de sus buenos modales clasemedieros a las groserías (las palabrotas que los mirreyes como Salinas usan cuando se les acaba el lenguaje); se alejarán de su raigambre humanista y defenderán el sexismo, el clasismo y el racismo; escandalizarán asegurando que México es un narco-gobierno; prometerán mandar al carajo a los burócratas explotando gran parte del Estado; y todo eso serán cañonazos de aire en el aire.
¿Por qué?
Porque los mexicanos hoy estiman lo que hace su gobierno y están lejos de querer reventarlo, como los argentinos lo quisieron hace dos años.
A pesar de la tremenda tara del gobierno de Izquierda: la corrupción, hoy el desempleo es mínimo (3%), las ayudas sociales llegan a la mayor parte de las familias y los salarios aumentan de forma discreta.
Y el dato principal: 13 millones y medio de personas salieron de la pobreza el sexenio pasado –y otro tanto ahora mismo están saliendo…
Salinas le debe su fortuna a Hayek. Su teoría dignificó durante décadas sus traumas para no pagar impuestos y no cumplir sus obligaciones laborales –y así enriquecerse—, pero la Libertad de tranzar al conjunto de la clase trabajadora no se lo otorgarán los trabajadores en las urnas.

