Históricamente, el turismo mexicano ha logrado posicionarse como una de las actividades más importantes de la economía mexicana. El sector ha demostrado su potencial para contribuir al desarrollo nacional en términos económicos y sociales, ha servido como carta de presentación de la gran diversidad cultural con la que cuenta nuestro país.

De acuerdo con el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) actualmente el turismo es la actividad que más empleos genera para jóvenes en México y, en 2023, contribuyó con alrededor del 8.4% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

Sin embargo, hoy el sector se enfrenta a diversos desafíos que han reducido su crecimiento y que no permiten aprovechar al máximo el potencial que tiene como motor de desarrollo.

En años recientes, la falta de certeza jurídica para el desarrollo del negocio y la inversión, la inseguridad física y digital que vulnera la integridad de los turistas, y – principalmente – la insuficiencia de la promoción turística, se han convertido en retos de atención prioritaria para lograr la prosperidad del turismo nacional.

El mismo Consejo señala que el presupuesto institucional para el sector asignado a la Secretaría de Turismo pasó de representar el 0.14% del Presupuesto de Egresos en 2012, a tan solo el 0.02% este 2024.

México cuenta con grandes ventajas competitivas que nos colocan en una gran posición para fortalecer al territorio como un jugador relevante en el turismo mundial. El país fue uno de los pocos que permanecieron abiertos durante 2020 y 2021, lo que permitió posicionar a nuestros destinos frente a un gran numero de turistas extranjeros que hoy conocen y disfrutan de nuestras playas, ciudades y centros culturales.

Esta gran oferta también significa que México cuenta con la capacidad de captar la atención de un nuevo perfil de viajeros que han encontrado en segmentos como la Propiedad Vacacional alternativas para convertir sus vacaciones en una experiencia flexible en materia de destino, fecha, costos y actividades.

De acuerdo con cifras de la Asociación Mexicana de Desarrolladores Turísticos (Amdetur), los clubes o propiedad vacacionales generan ventas por aproximadamente seis mil millones de dólares anuales a nivel nacional y México se ha posicionado como el segundo país más importante a nivel mundial en esta industria, solo detrás de Estados Unidos.

Este crecimiento también se ha convertido en un beneficio añadido para todo el sector turístico. El porcentaje de ocupación en los principales desarrollos turísticos con Propiedad Vacacional está 10 puntos arriba de los hoteles sin club, y ha catalizado el desarrollo de destinos en todo el país.

Más allá de los beneficios que un enfoque en la promoción turística puede representar para el mercado, el crecimiento del turismo nacional también impactaría directamente en el desarrollo económico y social de millones de mexicanos.

Por ejemplo, el CNET refiere que el rezago social de los municipios turísticos se encuentra más de 27 puntos porcentuales por debajo del promedio nacional y actualmente el 93% de las unidades económicas del sector son microempresas.

Datos como estos demuestran el gran potencial que existe en contar con una estrategia sólida de promoción turística en México, que permitan el desarrollo tanto de las comunidades que se dedican a esta industria, como del sector privado que genera empleos alrededor de ella.

En este sentido, identifico tres acciones prioritarias a seguir: Reestablecer la inversión en promoción turística para incrementar nuestra presencia en mercados internacionales; Aprovechar nuestras ventajas comparativas a través de planificación y acompañamiento para centros turísticos; Atender las diferentes dimensiones en materia de seguridad.

De acuerdo con estimaciones del CNET atender estos desafíos puede cambiar ampliamente el panorama que el sector tiene de cara a 2030, done hablamos de un crecimiento potencial de la inversión privada cerca de 90% superior a que, si se mantiene la inercia actual, la generación de más de 570,000 nuevos empleos y la posibilidad de incrementar la aportación al PIB nacional hasta alrededor de 9%.

Los nudos que detienen al sector son claros y han sido diagnosticados. La resiliencia del turismo nacional le ha permitido mantenerse como un motor relevante de la economía nacional, sin embargo, la desatención de estos desafíos evita que estos beneficios se multipliquen y, a la larga, podría representar un obstáculo para que México continúe como un jugador relevante en el panorama turístico global.

En México la oportunidad para atender estas demandas está hoy a nuestro alcance, en la medida en que los sectores público, privado y social colaboremos para facilitar estas condiciones y retomar el lugar de nuestra industria altamente competitiva como uno de los pilares de la actividad económica del país.

Presidente de la Asociación Mexicana de Desarrolladores Turísticos (AMDETUR)

Rosario Rodríguez

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