No cabe duda de que la asistencia de la presidenta al G-20 contrasta con la ausencia permanente de su antecesor en esos espacios internacionales tan importantes. El asunto es la incongruencia. Se propone internacionalizar un programa que en México no ha dado resultados, que se ha traducido en la pérdida de más de 70 mil hectáreas porque la flora original es devastada ante el incentivo (en este caso perverso) de obtener un recurso para plantar árboles. En lugar de otorgar apoyos para mantener bosques y lugares verdes, se promueve su destrucción para obtener una transferencia monetaria. Pero lo más grave es que si algo siembra el oficialismo son mentiras. Todos los días. En nombre del pueblo se han destruido instituciones democráticas manchándolas (sin prueba alguna) con el estigma de la corrupción para debilitarlas y proceder así a su asalto. Mienten. 64 millones de mexicanos y mexicanas son más que los 36 millones que sufragaron por el oficialismo. El 54% de los votos no comprenden a todas y todos. En efecto, las y los que piensan como ellos son pueblo, pero también y eso es muy importante los que no concuerdan con su actuar. Así que es una mentira que el pueblo les haya dado un cheque en blanco para cualquier acción o desmantelamiento de las instituciones que nos han garantizado derechos básicos durante casi treinta años. Mienten cuando dicen que el dinero obtenido con la desaparición de los órganos autónomos servirá para la educación, la salud y la cultura. En primer lugar, porque es mentira que se vaya a ahorrar el monto que los morenistas y sus aliados señalaron. Y, en segundo, porque en los transitorios se establece claramente que ese dinero se destinará al Fondo de Pensiones para el Bienestar, porque no hay dinero que alcance y así como hoy se van contra estos organismos, mañana se irán contra lo que sea necesario para mantener sus clientelas. En tercer lugar, mienten flagrantemente porque si hay rubros castigados en el presupuesto son precisamente los de salud, educación, cultura y medio ambiente. Se agudizará el desabasto de medicamentos, muchos niños no podrán ser vacunados (ya el 60% carece de un cuadro completo de vacunación), la crisis de agua y la incapacidad de nuestro sistema hídrico se agudizará y cada vez tendremos menos recursos para enfrentar el cambio climático y cumplir con los compromisos de nuestro país con la COP21.
Mienten al hablar de paz en un foro internacional cuando aquí lo que predomina es la violencia criminal. Tan sólo en 53 días fueron asesinadas 4,255 personas, nos hemos levantado con masacres en Guerrero, Estado de México y Querétaro, con un alcalde decapitado y con el terror en territorios importantes del país. Mienten al presentarse como demócratas y de izquierda cuando aquí desdeñan el diálogo, la conciliación y sólo se gobierna para unos cuantos. Los que prometieron no mentir, siembran falacias todos los días para justificar el asalto a nuestra democracia constitucional y avalar con ello la concentración del poder en una sola persona. Siembran violencia, agravios, mentiras para mantener el poder a costa de lo que sea. El resultado es muy claro: ayer éramos ciudadanos con derechos, hoy sólo valemos si estamos con ellos.
Política mexicana y feminista