En México, cientos —quizá miles— de organizaciones civiles llevan décadas trabajando directamente en la primera línea frente a la pobreza. Su acción, distribuida en todo el territorio y dirigida a los más diversos grupos poblacionales, constituye un tejido social fundamental.

En 2015, sesenta de esas organizaciones respaldaron la creación de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza con la convicción de que era necesario complementar la atención directa con una incidencia sistémica en la agenda pública.

Al cumplir una década, Acción Ciudadana se ha consolidado como un referente nacional, una organización seria, propositiva, apartidista y con una amplia presencia pública. Su trayectoria demuestra que es posible convertir el diagnóstico en acción y la indignación en propuestas viables de cambio.

Entre sus principales logros destacan: el impulso a la recuperación gradual del salario mínimo y a la agenda del trabajo digno; la participación activa en la creación de la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno; la promoción de la visibilidad de la economía social; la defensa del derecho a la salud y un esfuerzo permanente de comunicación para enriquecer el debate sobre las causas y soluciones frente a la pobreza y la desigualdad con datos y análisis certeros.

En esta década de trabajo, Acción Ciudadana Frente a la Pobreza ha consolidado fortalezas y capacidades que han permitido:

Cambiar la narrativa. A través de estrategias de comunicación creativas, que permiten confrontar confusiones, prejuicios y falacias que distorsionan la comprensión de las causas de la pobreza y obstaculizan las soluciones de fondo.

Generar evidencia rigurosa y comprensible. Sustentados en el análisis de datos oficiales, que traducimos en hallazgos comprensibles para audiencias amplias, difundimos conocimiento que permite diagnosticar los problemas en su raíz y visualizar rutas para su transformación.

Articular liderazgos colaborativos. La creación y participación activa en coaliciones y redes se ha convertido en un pilar fundamental de nuestro modo de operar. Trabajamos facilitando la confluencia plural de academia, iniciativa privada y sociedad civil organizada en torno a objetivos comunes para construir una economía incluyente y un “piso” de derechos sociales garantizado.

Convocar a la movilización ciudadana. En coyunturas clave, hemos canalizado la participación ciudadana hacia campañas y acciones que abordan causas estructurales de la pobreza y la desigualdad. En el origen recuperamos el legado de experiencias como Alianza Cívica para implementar ejercicios de observación ciudadana y escucha comunitaria.

Impulsar propuestas de cambio viables y sustantivas. La incidencia en transformaciones reales es el fin último de nuestro quehacer. Por ello, nuestro quehacer trasciende el análisis y se orienta a propuestas accionables, presenta soluciones factibles, contextualizadas y oportunas.

La recientemente anunciada reducción de la pobreza entre 2016 y 2024 no solo es una noticia esperanzadora; es un recordatorio poderoso. Confirma que el cambio es posible y, si se analizan bien, los datos que muestran la reducción de la pobreza también clarifican lo que se debe fortalecer y lo que debe cambiar o está faltando. No dan espacio al triunfalismo. La urgencia de mejorar y corregir confirman la necesidad de mantenernos como una voz ciudadana propositiva y exigente. Nos animan a impulsar un acuerdo nacional que permita que gobiernos, iniciativa privada y sociedad civil converjamos en un propósito de valor generacional: transitar hacia un México libre de pobreza en un planeta vivible. Por ahí vamos los siguientes 10 años... o lo que haga falta.

Consultor internacional en programas sociales. @rghermosillo

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