Por Moni Pizani Orsini, Representante de ONU Mujeres en México

Diseñar políticas globales para garantizar los derechos de las mujeres y niñas, así como su empoderamiento en todas las esferas sociales, son los objetivos fundamentales de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, por su acrónimo en inglés), creada en 1946, y que entre el 10 al 21 de marzo de este año realiza su 69º periodo de sesiones (CSW69), en la sede de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York. Este evento, que reúne a Estados Miembros de las Naciones Unidas, organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales, ofrece una plataforma para evaluar y promover el avance hacia la igualdad de género.

Este periodo de sesiones de la CSW se ha enfocado en la revisión de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, adoptada en 1995 durante la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, que es la hoja de ruta más visionaria sobre los derechos de las mujeres con que cuenta la humanidad, en esferas como pobreza, educación, salud, violencia contra las mujeres, conflictos armados, economía, el ejercicio del poder y la toma de decisiones, leyes y políticas públicas para impulsar la agenda de las mujeres, derechos humanos, medios de comunicación y sostenibilidad ambiental.

A 30 años de Beijing, ha habido avances que es preciso reconocer: desde 1995, se ha logrado la paridad en la educación de las niñas, y la mortalidad materna ha sido reducida en una tercera parte; la representación de las mujeres en los parlamentos ha aumentado más del doble; y más países que nunca están considerando el impacto del cambio climático en las mujeres y las niñas.

Sin embargo, la discriminación de género sigue profundamente arraigada en las estructuras de las economías y las sociedades alrededor del mundo. Esto sustenta amplias e injustas brechas de poder y recursos, lo que impone una restricción crónica al progreso de los derechos de las mujeres. El debilitamiento de las instituciones democráticas ha ido de la mano de una reacción negativa a la igualdad de género. Los actores antiderechos están socavando activamente el consenso de larga data sobre cuestiones clave de los derechos de las mujeres.

A pesar de los obstáculos, los avances en la Plataforma de Acción de Beijing demuestran que es posible garantizar que las mujeres y las niñas puedan disfrutar de sus derechos. Están prosperando innovaciones prometedoras, como los sistemas de atención integral y la educación para niñas en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), así como la defensa de la justicia climática feminista. El movimiento feminista en el mundo es el más vibrante y es imparable, y una nueva generación de jóvenes activistas está impulsando el progreso, incluso a través del activismo digital.

En México, por ejemplo, se han dado pasos históricos para el avance hacia la igualdad de género, con reformas constitucionales y legales presentadas por el Gobierno federal. A nivel constitucional, destacan la inclusión del derecho a la igualdad sustantiva, la paridad de género en cargos públicos y la creación de áreas especializadas en las fiscalías para atender la violencia contra las mujeres. Además, se reformaron leyes clave en materia de igualdad sustantiva, trabajo y procedimientos penales, para garantizar justicia y erradicar brechas salariales entre hombres y mujeres.

En un momento en el que las alarmas suenan alrededor del mundo por las amenazas sin precedentes que hay para los derechos de las mujeres y las niñas, la CSW69 ofrece una oportunidad invaluable para que los Estados Miembros refuercen sus compromisos con la igualdad de género y para que la sociedad civil exija a estos mayor acción y rendición de cuentas.

A 30 años de Beijing, tenemos la oportunidad de renovar nuestra determinación de actuar, no solo evaluando lo logrado, sino avanzando con políticas concretas que aseguren que todas las mujeres y niñas puedan vivir libres de violencia, con acceso a educación, empleo y la posibilidad de tomar las riendas de su destino.

Desde ONU Mujeres acompañamos distintas iniciativas en favor del empoderamiento de las mujeres y niñas, y sabemos que solo con el compromiso colectivo, incluida sociedad civil, medios de comunicación, hombres y mujeres, así como de instituciones que tienen la responsabilidad de gobernar, legislar e impartir justicia, podemos acelerar el camino hacia una sociedad más justa, igualitaria y solidaria. La lucha por la igualdad de género sigue en marcha en la CSW69 y en cada uno de los compromisos asumidos para hacer de Beijing+30 una realidad tangible para las generaciones futuras.

No es fácil, tampoco rápido, pero son esfuerzos en favor de las mujeres y niñas que no son negociables. Por y para todas las mujeres y niñas: derechos, igualdad y empoderamiento.

Google News