Por Benjamín Francisco Godínez Quezada
De acuerdo con la Real Academia Española la palabra educación proviene del latín educatio, -ōnis; tiene cuatro significados: Acción y efecto de educar; enseñanza, instrucción, formación, docencia, pedagogía, aprendizaje, aleccionamiento, ilustración, adiestramiento, cultura, entrenamiento; instrucción por medio de la acción docente, y la más importante, para efectos de esta opinión que es la crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes. Vaya responsabilidad, pero es un trabajo en equipo, que te reta diariamente.
En el mundo el arte de la enseñanza ha evolucionado por fortuna en algunos países; pero en nuestro país la nueva escuela mexicana se enfrenta a cadenas y prejuicios como la famosa frase que “para aprender hay que sufrir”, aunque lo correcto debería ser que nuestras niñas y niños descubran sus talentos y sean felices. La pedagogía del siglo XXI se caracteriza por adaptar la enseñanza a un mundo en constante cambio, ya que el ser humano ha evolucionado a pasos agigantados, y aún más después de la pandemia; priorizando el aprendizaje activo, la colaboración, la creatividad y el uso de la tecnología.
Hoy en día en algunos proyectos educativos deberían de buscar el desarrollo de habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la comunicación, preparando a los estudiantes para los desafíos del presente y del futuro. Todo lo anterior se sintetiza en no competir; sino formar estudiantes más competentes para un mundo que seguirá cambiando.
¿Se imaginan una escuela en México que no deje tareas a sus alumnos y que la competencia sea con la alumna o alumno mismo y no con sus compañeros de grupo? Afortunadamente hay esfuerzos desde hace tres décadas para brindar a los estudiantes una formación orientada al éxito, promover su desarrollo integral y convertir el aprendizaje en una experiencia rica, placentera y significativa, siempre desde una visión profundamente humanista. Si hubiera que destacar uno de estos principios, sin duda sería su distintiva apuesta por una formación humanista y autogestiva como camino hacia el éxito.
Aunado a lo anterior, el respeto a la naturaleza, a los árboles, a los animales es crucial para formar a los nuevos seres humanos. Deberíamos de promover una armonía entre espacios abiertos y abundante vegetación. Además esos espacios académicos deberían de ser acompañados por construcciones contemporáneas y sostenibles, diseñadas para la educación física y el bienestar, con albercas, gimnasios y muchos espacios abiertos.
En Guadalajara, Jalisco, tratamos de aportar desde hace casi tres décadas algunos de estos cambios. No hacemos recetas de cocina, pero pensando qué hacer trabajo en equipo entre los docentes, la familia y obviamente los alumnos, son una táctica para solucionar los problemas vocacionale. Viajar, acampar, explorar, aprender el chino mandarin, inglés y obviamente el español para aportar un granito de arena a la pedagogía del s. XXI que busca evolucionar el pensamiento humano.
Con más 36 años de experiencia educativa. Maestro en Educación. Cuenta con certificaciones de Educadores en Emprendimiento por la Universidad de Babson, Boston. Desde hace 28 años es director de Educar+e que es parte de Grupo Omnilife Chivas.