Vaya, vaya, vaya. Después de todo el revuelo causado por el modelo educativo introducido por la Nueva Escuela Mexicana en la educación primaria, al eliminar los libros de materias como matemáticas, español, ciencias naturales, etc., resulta ahora que los nuevos libros para las escuelas secundarias reintroducen las materias de contrabando. Claro que con un menor nivel de calidad y esforzándose por darle gran peso a las cuestiones sociológicas, como es la marca de la SEP.

Recordemos lo que decía la senadora Antares Vázquez Alatorre, de Morena, hace un mes: "el asunto que es que no se ha comprendido cómo es el nuevo modelo educativo ...Si están esperando encontrar un libro de texto para cada materia, si están esperando encontrar páginas de una materia, se van a equivocar". Y añadió: "Este es el gran parteaguas en la educación mexicana. Lo que pasa es que los expertos de los conservadores quieren seguir fragmentando el conocimiento, que es lo que ha dañado tanto. Durante décadas hemos tenido los sendos libros de Matemáticas y Español y seguimos teniendo un fracaso en materia educativa".

Así que el gran "parteaguas" educativo se basa en eliminar materias y trabajar todos los contenidos a través de proyectos sociocríticos, para que el conocimiento no quede fragmentado, por ejemplo, entre matemáticas y física. Por eso para la primaria se desaparecieron los libros de materias y se les sustituyó por una especie de minienciclopedia de referencia llena de errores ("Nuestros Saberes") y un libro de lecturas ("Múltiples Lenguajes"), para los seis grados. Mucho se ha escrito sobre lo sesgado de esos libros, sus déficits y sus graves descuidos. Sin embargo, además de que explican mal, lo peor es lo que no explican: de matemáticas dejan solo 11 páginas en el libro de "Saberes" para el primer año y siete para otro grado de primaria. Donde antes había contenidos concretos hoy solo quedó un boquete educativo que el maestro tendrá que subsanar como mejor pueda.

Pues bien, la SEP no pudo implementar el parteaguas de la historia en la educación secundaria. Revisando el libro de "Saberes" para el primero y segundo año resulta que la SEP está dando gato por liebre. El libro de "Saberes" para el primer año de secundaria consiste en dos libros pegados pasta a pasta: uno de matemáticas y el otro de biología. Para el segundo año sucede lo mismo, se pega al libro de matemáticas con el de física. Así que, en vez de imprimirlos como tales, dos libros de matemáticas, uno de biología y uno de física, se les disfraza de Nueva Escuela Mexicana, aunque son solamente una versión diluida de lo que antes se aprendía en esas materias de secundaria. Habrá que notificarle a la Senadora Vázquez Alatorre que ya encontramos "páginas de una materia".

Lo que seguramente ha ocurrido es que en la secundaria hay maestros por asignatura, pero no hay maestros para proyectos sociocríticos. No enseñar asignaturas como matemáticas iba a dejar varados a los maestros de esa materia y ¿quién se va a encargar entonces de los proyectos integradores? Se tendrían que coordinar maestros de varias asignaturas, para lo cual no existe ni la experiencia ni el horario en las escuelas. Todo eso muestra lo absurdo que resulta introducir un nuevo modelo pedagógico sin pruebas piloto ni capacitación de los docentes, como ocurrió ahora.

Pero no se crea que los libros de materias para la secundaria (camuflados como "Saberes") tiene la calidad de los que se usaban antes. Solo para el primer año de secundaria, los maestros de matemáticas podían escoger entre 16 libros de editoriales como Pearson, Trillas o Macmillan, por mencionar a tres. Se trataba de libros de alta calidad y cada maestro podía escoger el que mejor le agradaba para su estilo de dar clases. Ahora habrá una monocultura de la SEP para las materias, con libros que no pueden competir con los que había antes.

Los nuevos libros de "Saberes" para primer y segundo año de secundaria contienen un tercio del material que tenían los libros anteriores. Son menos interesantes, pero, sobre todo, no tienen ni un solo ejercicio para los niños. Mientras que los libros de matemáticas de Trillas o Macmillan tienen hasta diez ejercicios por página, para que los niños resuelvan problemas y se ejerciten, los libros de "Saberes" de la SEP no contienen ni un solo problema, de nada. Vaya, ni siquiera sociocrítico. En vez de aprender activamente, leyendo y resolviendo problemas, estos libros condenan a los niños a ser receptores pasivos de información. En sus casas podrán leer los libros, pero no podrán ejercitar lo aprendido.

Aunque estos libros de secundaria parecen contener menos errores que los de primaria (y sí que los hay), lo que hicieron los autores fue usar un tipo de letra muy grande y diagramas también innecesariamente extensos para poder llenar más y más páginas. Un ejemplo extremo es un diagrama que explica como medir la distancia de un punto a una línea recta y que llena toda una página, solo para algo tan trivial. De esa manera, aunque nominalmente quedan 190 páginas para las matemáticas de primer año, equivalen a menos de un tercio de los contenidos que tenían los libros anteriores.

Conclusión: este es el parto de los montes de la NEM. Es claro que los libros de "Saberes" de secundaria fueron elaborados por equipos más pequeños, lo que les da un poco más de consistencia y evita que contengan tantos errores. Aun así, estamos frente a un retroceso significativo porque los libros usados hasta ahora eran de mucha mayor calidad. Se nota que los nuevos libros fueron escritos a la carrera, tratando de cubrir nominalmente los puntos más importantes de los planes de estudio. Son libros completamente pasivos ya que no contienen ejercicios para el que el estudiante pueda profundizar en al aula o por su cuenta. Es obvio que la premisa utilizada en la primaria (aprender materias a través de proyectos sociocríticos) no pudo ser transportada tal cual a la secundaria y por eso disfrazan los libros de materias como libros de "Saberes" (y cada vez que pueden se esfuerzan en meter a los pueblos originarios). Estos libros son el reconocimiento disfrazado de que el concepto educativo de la NEM no pudo ser llevado a la secundaria. Lo único que los nuevos libros propician es un descenso de la calidad educativa y suprimen la posibilidad de que el maestro escoja el libro que mejor se acomoda a su estilo educativo.

A largo plazo es evidente que la SEP no cuenta con los recursos para competir a nivel de contenidos ni de calidad con los libros de editoriales nacionales especializadas. Las escuelas privadas utilizarán los mejores libros y los niños en escuela públicas quedarán cautivos de los libros de "Saberes" de la NEM, hasta que se reconozca que esto ha sido un experimento fallido. Tan fallido como cuando en China, durante la Revolución Cultural de los años sesenta se subsumió a las matemáticas, la física y la química como parte de la educación sobre agricultura. El modelo se derrumbó porque a la larga los chinos ya no quisieron tener escuelas patito.

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