Los meses previos a una elección presidencial han marcado históricamente el momento en que el presidente en turno empieza a quedar lejos de los reflectores y la contundencia de su poder a declinar. El foco de atención se desvía hacia quienes habrán de sucederlo o hacia los pronósticos sobre sus reales posibilidades y las apuestas por uno u otro contendiente.
En esa lógica, un lapso más dilatado de campañas -como se abrió esta semana al adelantarse los procesos internos de Morena y la oposición- alargará el período de pérdida de autoridad de AMLO, situación que quedó evidenciada el viernes pasado.
La noche del 9 de junio, gobernadores como el veracruzano Cuitláhuac García, la quintanarroense Mara Lezama, la guerrerense Evelyn Salgado, la campechana Layda Sansores, la colimense Indira Vizcaíno, el tamaulipeco Américo Villarreal y el oaxaqueño Salomón Jara, así como la secretaria de Energía, Rocío Nahle, utilizaron sus cuentas de Twitter como plataforma de lanzamiento de la campaña de la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, “cargada” digital que incluyó expresiones que la calificaban como la candidata que garantizará la continuidad de la transformación o bien postulados que la definen vanguardia del advenimiento de las mujeres para gobernar al país.
Si estuviéramos dentro del periodo de campaña fijado por nuestra legislación electoral, esto sería una clara violación a la norma, conducta también recurrente en nuestra historia por parte de los mandatarios estatales que hacían sus apuestas a favor del eventual ganador, aunque nunca públicamente.
Si bien no estamos aún en tiempo de campañas, los referidos políticos y políticas morenistas violaron una regla que en los códigos de ese partido es más grave que pasar por encima de la ley: profanar los dictados expresos del presidente y líder de su movimiento. Recuérdese que el pasado lunes 4 de junio, en un restaurante del centro histórico de la ciudad de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador, los cuatro aspirantes a sucederlo, los altos mandos de Morena y las y los gobernadores emanados de ese partido, acordaron algunas reglas para elegir a su candidato, las cuales se harán oficiales este domingo durante el Consejo Nacional del partido en el gobierno.
Entre esas reglas está la orden expresa a las y los gobernadores de no pronunciarse públicamente a favor de alguna de las denominadas “corcholatas”, con el objetivo de evitar a toda costa alguna ruptura al interior del “movimiento”, situación que pondría en grave riesgo el triunfo de Morena en la próxima elección federal.
Pero como el vacío de poder del presidente en turno ha empezado a formarse, el grupo referido de gobernadores morenistas ignoraron por completo los acuerdos y publicaron sus posicionamientos.
Pero lo que resultó peor es que horas después decidieron borrarlos. Podría inferirse entonces, con gran certeza que eliminar los tuits obedeció a un reclamo directo y airado desde Palacio Nacional, por prácticamente pasarse por el arco del triunfo las indicaciones presidenciales.
No hubo, hasta el cierre de esta edición, una explicación por parte de la precandidata o de los gobernadores sobre la publicación de estos tuits, sin duda alguna de manera planeada, organizada y dolosa, sino un silencio que acompañó a las pantallas blancas donde hasta el momento se puede leer “este tuit fue eliminado”.
La única que mantuvo su posicionamiento y hasta la tarde de ayer no había borrado su publicación, fue la secretaria de Energía, Rocío Nahle, a quien le llueven críticas desde el interior de Morena con la exigencia de que no abone a división y respete la demanda que tanto han enarbolado los otros aspirantes: el piso parejo.
AMLO: más Plutarco que Lázaro
Al mediodía de este domingo, el Consejo Político Nacional de Morena corroborará si AMLO sigue en control de un proceso sucesorio sin fracturas y con toda la fuerza para imponer al candidato que resulte postulado, a sus principales operadores políticos en el Congreso y algunas piezas clave del próximo gabinete.
Lo ocurrido durante la semana en torno a la sobrecalentada carrera sucesoria permite perfilar este aserto que -con referencias históricas a las que tanto gusta recurrir López Obrador- lo acerca más a la figura de Plutarco Elías Calles (Maximato) que a la de Lázaro Cárdenas (“romper para estabilizar”, según interpretación de José López Portillo).
No había pasado ni un día del triunfo morenista en la elección del Estado de México, cuando AMLO convocó a cenar a los mejor posicionados aspirantes a la candidatura morenista, a las y los gobernadores surgidos de ese partido y a su dirigencia nacional. Fue convocatoria, no invitación pues, según el presidente, cada quién pagó su cuenta.
En la mesa montada en “El Mayor”, restaurante de la Librería Porrúa del centro histórico desde donde se dominan los vestigios del templo que fue el corazón espiritual de la gran Tenochtitlán, López Obrador estuvo flanqueado por las principales “corcholatas”, llamadas así a ocurrencia de él mismo: A la derecha, Adán Augusto López, seguido de Ricardo Monreal y a la izquierda, Claudia Sheinbaum, seguida de Marcelo Ebrard. Esto se lo cuento por aquello de que forma es fondo, otro dicho histórico (éste de Jesús Reyes Heroles) de nuestro singular sistema político.
Fue un fuerte mensaje de unidad partidista ante los riesgos de fractura por la cada vez más intensa y ruda disputa de la candidatura presidencial morenista. Incluso con un llamado expreso a los contendientes de firmar el compromiso que evite la ruptura en Morena y a “cerrar filas” con la ganadora o ganador de la contienda.
Algunos de los comensales en esa cena aseguraron a esta columna que AMLO fijó ahí reglas de cara a la encuesta que, por estatutos, se aplicará para determinar a la candidata o candidato y que son las que deberá ratificar hoy, pasado el mediodía, el Consejo Político Nacional morenista:
1. La renuncia de los contendientes a sus actuales cargos, antes del próximo miércoles 14 de junio (un día antes de que Morena publique la convocatoria para participar en el proceso interno de selección de su candidato(a) presidencial). Esta demanda ya había sido planteada con antelación por Marcelo Ebrard. El canciller le había notificado al presidente que el lunes pasado anunciaría la suya, pero se le pidió que lo hiciera hasta después de la cena de “El Mayor”. Ebrard aguantó y en congruencia con su planteamiento de garantizar con las renuncias el “piso parejo”, anunció el martes que dejará la Secretaría de Relaciones Exteriores a partir de mañana 12 de junio.
Pasos similares dieron Ricardo Monreal, quien solicitó licencia definitiva a su escaño en el Senado, y otros dos que sin estar entre las principales “corcholatas” han manifestado su interés de contender desde dos partidos aliados de Morena: el también senador, pero del Verde, Manuel Velasco y el diputado del PT, Gerardo Fernández Noroña, quienes ya presentaron sus respectivas solicitudes de licencia.
La jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum dijo que fijará su posición una vez que se conozcan las resoluciones del Consejo Político y Adán Augusto López, quien adelantó en Chiapas el viernes pasado que ya prepara su renuncia a la Secretaría de Gobernación. Lo hizo en un acto organizado por el gobernador chiapaneco y cuñado suyo, Rutilo Escandón, también en franca desobediencia a lo exigido por López Obrador. No se ve que en esto vaya a haber marcha atrás.
2. Todos deberán cerrar filas con la ganadora o el ganador. Ésta o éste será designado coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación antes de ser registrado oficialmente como candidato. El segundo y tercer lugar serán designados como los coordinadores legislativos en el Senado y la Cámara de Diputados; y el cuarto, será incluido en el gabinete presidencial en una posición privilegiada (¿qué otra que la Secretaría de Gobernación?).
La innegable astucia política de AMLO plantea con esto que no se transfiere solamente a una persona la estafeta de la continuidad de la 4T sino a un grupo político que la tomaría en unidad y en el que sus figuras, aún las perdedoras, todavía tienen tiempo de buscar “la grande” en 2030, si no es que como dicen algunos malosos, ya se está reservando para Andrés Manuel Jr.
El caso es que desde ya es el propio López Obrador quien configura los liderazgos políticos del próximo sexenio, lo que lo acerca, decíamos, a una especie de Maximato como el de Calles.
3. Las “corcholatas” podrán hacer proselitismo entre el próximo miércoles y la tercera semana de agosto, pero sin confrontaciones directas ni debates.
4. Gobernadoras y gobernadores morenistas, así como funcionarios del gobierno federal no podrán hacer pronunciamientos públicos en favor de alguno de los aspirantes. Esta regla fue la que varios mandatarios estatales de Morena violaron el viernes pasado en la llamada “cargada” por Claudia Sheinbaum y que tanto molestó al Presidente, según le referí líneas arriba.
5. El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado y la secretaria general Citlalli Hernández se reunirán con representantes de las “corcholatas” en una mesa de negociación donde se acordará qué empresas encuestadoras serán las responsables del sondeo.
Y 6. La metodología de la encuesta y el número de preguntas que incluirá serán definidos por el Consejo Político Nacional en la reunión de este domingo. Sobre estos últimos puntos es donde prácticamente no hay acuerdo entre los grupos que respaldan a los diferentes aspirantes. La propuesta que se adelantó en la cena del lunes pasado fue que se hiciera una batería de cuatro encuestas: tres de diferentes empresas demoscópicas y una de Morena. No hay acuerdo hasta ahora en cuanto al número de preguntas que deben incluir.
Renuncias y relevos
Si no hay cambios de última hora, las renuncias de los aspirantes serán avaladas por el Consejo Político Nacional que encabeza el gobernador de Sinaloa, Alfonso Durazo. Todavía quedaba algún resquemor en el equipo de Claudia Sheinbaum de una renuncia tan anticipada.
Por lo pronto, Marcelo Ebrard se va mañana. Se trata de una renuncia definitiva. Ya se barajan nombres de posibles relevos: el embajador ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente, el embajador ante Estados Unidos, Esteban Moctezuma, la exembajadora en Washington, Marta Bárcena y el excoordinador de asesores de AMLO, Lázaro Cárdenas Batel.
Si como todo indica también anuncia mañana su dimisión Adán Augusto López, el relevo apunta hacia los subsecretarios Alejandro Encinas o César Yáñez lo que, para este último, de ser el caso, sería la gran reivindicación de quien estuvo tan cerca de AMLO en los momentos de mayor soledad y que acabó siendo marginado tras su fastuosa boda en Puebla.
El escaño en el Senado de Ricardo Monreal será ocupado por su suplente, Alejandro Rojas Díaz Durán. Pero, ¿tendrá la capacidad de colocar a uno de las suyos al frente de la Junta de Coordinación Política? De ser ese el caso, ahí quedaría el senador Eduardo Ramírez. Pero otras corcholatas también buscan ganar esa posición. Claudia Sheinbaum avala al senador César Cravioto mientras que Adán Augusto López promueve a Olga Sánchez Cordero. Del lado de Ebrard no se ha dicho “esta agua es mía”.
En el caso de la jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, el relevo se vislumbra más complicado. Ella tendría que solicitar una licencia al Congreso capitalino para ausentarse del cargo. No se sabe aún si sería una licencia temporal o definitiva. Si la solicitud es por menos de 30 días (que serían insuficientes para saber el resultado de la encuesta que se pretende se conozca en agosto), quedaría un encargado de despacho, seguramente Martí Batres, su secretario de gobierno. Pero si la licencia es por más de 30 días se considera definitiva. En ese caso el Congreso de la CDMX deberá designar a una jefa o jefe de gobierno suplente, con las dos terceras partes de la asamblea, que concluiría el mandato de Sheinbaum. Hasta ahora suena fuerte como aspirante a esa suplencia la secretaria de Finanzas capitalina, Luz Elena González Escobar.
Y más adelante vendrá otra ola de renuncias y relevos relacionados con el proceso sucesorio de la capital del país.
¿Y la oposición?
Tras la estrepitosa derrota del PRI, el PAN y el PRD en el Estado de México, pese a los esfuerzos de sus dirigentes de hacer cuentas con truco para mostrarlo como un buen resultado, lo único que atinaron a decir Alejandro Alito Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano es que el 29 de junio próximo darán a conocer cómo será el proceso de selección del candidato presidencial de la alianza Va por México.
Pero ante la velocidad que tomó esta semana el proceso interno de Morena y aliados, uno de los aspirantes a la candidatura aliancista, el exgobernador priista de Oaxaca, Alejandro Murat informó el viernes pasado que esta semana darán detalles del método para elegir a su prospecto.
Dijo que en el PRI irían por una interna para seleccionar a una o dos cartas, las cuales participarían con los prospectos de otros partidos en foros regionales y una encuesta. Entre esos prospectos mencionó como los muy perfilados en el PAN a Santiago Creel y a Lilly Téllez, en el PRD a Miguel Ángel Mancera y a Silvano Aureoles y en el PRI a Beatriz Paredes, Claudia Ruiz Massieu, Enrique de la Madrid, Alito Moreno y él mismo.
Por el lado de Acción Nacional se fue diluyendo, entre tanto, la idea del millón de firmas y se fortaleció la idea de la encuesta. Ya veremos esta semana.
El embrollo del munícipe de Toluca
Esta semana podría ser muy incómoda para el presidente municipal de Toluca, Raymundo Martínez. Primero, porque la versión de que “ganó” la capital mexiquense podría desvanecerse una vez que salga a la luz la cantidad de votos que en realidad logró en Toluca para la excandidata de la alianza PRI-PAN-PRD-Panal, donde era evidente que no avanzaría sin sus coaligados. Al parecer la prepotencia que le atribuyen a Raymundo Martínez le impide entender que la sociedad ya está harta de políticos que con actitudes violentas, imposiciones y amenazas, hacen caravana con sombrero ajeno.
Y segundo, porque el alcalde toluqueño podría enfrentar una denuncia por violencia política de género.
Bien haría en sumar y no restar, porque el escenario que se le avecina a los priistas en el Estado de México no es nada alentador.
@RaulRodriguezC