Por Anaid Alcázar y Bosque Iglesias Guzmán

En memoria de Roberto Eibenschutz Hartman

Del 5 al 9 de mayo, en Panajachel, Guatemala, a orillas del majestuoso Lago Atitlán, se realizó el encuentro “Democracias bajo Ataque: de la crisis a la estrategia” convocado por Global Exchange y Grupo Foco, quienes reunieron en dicho enclave centroamericano a un grupo amplio y diverso de personas defensoras de derechos humanos, activistas, promotoras de procesos de participación popular en la toma de decisiones públicas, académicas, así como periodistas y representantes de medios de comunicación independientes, autoridades locales e integrantes de movimientos con presencia institucional de diversas latitudes del continente para reflexionar sobre los desafíos y alternativas que en la actual coyuntura se presentan para la consolidación y el avance de los procesos democráticos.

Un cuestionamiento inicial, que las personas provenientes de los movimientos populares y comunitarios de Guatemala planteaban era: ¿Qué estamos entendiendo por democracia? ¿Por qué la caracterización de democracia bajo ataque? Porque si bien, en este momento es notorio que el modelo occidental de las democracias liberales está en crisis por el avance de el espíritu autoritario de los populismos de derecha, con la segunda administración de Donald Trump en Estados Unidos como ejemplo más fehaciente, ellas y ellos llevan cientos de años resistiendo desde sus mecanismos propios de toma de decisiones, como las asambleas comunitarias y los consejos de ancianas y ancianos, que no fueron reconocidos tanto por la Corona española durante la colonia como por los Estados que surgieron de los procesos independentistas del siglo 19; y que incluso durante el siglo 20, estos últimos les han perseguido en múltiples ocasiones hasta con fines de exterminio, un ejemplo guatemalteco: el genocidio orquestado por el gobierno golpista de Efraín Rios Montt en los años 80.

Muy bien haríamos en reconocer a las comunidades originarias y los movimientos populares como referentes de construcción democratizadora del poder, como hermanos mayores en estos momentos de recesión democrática, pues ellas y ellos han logrado hacer resistir y mantener y renovar sus mecanismos de toma de decisiones, factor clave en la defensa de sus lenguas, su cultura, su territorio y su dignidad. Esa pregunta que emergió desde el inicio de los intercambios en el encuentro es muy orientadora, debería encaminarnos a la construcción de programas y caracterizaciones claras de lo que queremos defender de la regresión autoritaria, de las democracias hacia las que queremos transitar; no tener esa claridad nos hace correr el riesgo de avanzar hacia democracias que sigan excluyendo a amplios sectores de nuestras sociedades de la toma de decisiones públicas, manteniéndola capturada por los intereses de las élites y contrarias al bienestar de las mayorías olvidadas.

Es urgente retomar el diálogo inter-generacional. Esto debe partir por reconocer las claves en las que diversos grupos poblacionales y etarios se están informando y debatiendo sobre la realidad. Comprender los canales y mecanismos con los cuales se nutren posiciones y enmarcan horizontes de acción, es clave para construir los tan necesarios puentes de diálogo entre los distintos sectores sociales y generaciones. Uno de los objetivos clave e indicadores de la profundidad del diálogo generacional es, que se pueda resignificar la memoria histórica, las lecciones y antecedentes que desafíos anteriores le han planteado a nuestras sociedades en torno a las decisiones que han sido fundamentales para defender los avances democráticos. Debemos siempre recordar que estos pasos han sido fruto de la movilización y la exigencia popular, esto es fundamental para la defensa de la democracia frente a la seducción fascista que fue elocuentemente descrita en el encuentro por distintas participantes, entre ellas, personas defensoras de ddhh y periodistas y medios perseguidos por gobiernos autoritarios como el de Nayib Bukele en El Salvador y Daniel Ortega en Nicaragua.

La tecnología sirve para quien la disputa. El marco de los diálogos inter-generacioneles, supone lograr las transformaciones usando herramientas actuales, un querido periodista enunció: “quieren cambiar el mundo con herramientas del siglo XX”. Esto es clave para generar mayorías políticas que logren hacer cambios estructurales y sistémicos, ¿quiénes son ahora los mensajeros del pensamiento- acción aún vigente? ¿Cómo se transmite el mensaje? Estas son preguntas necesarias frente la individualización de las causas, si bien la pedagogía política es fundamental para ampliar procesos de cambio, se precisa claridad sobre quién, cómo y con qué, abren los caminos de acción para lograr el trasvasamiento generacional.

La lectura norte-sur ayuda a reconocer las prácticas que se han desarrollado para hacer frente al imperialismo y acciones colonizadoras. En estos tiempos se ha convertido en un referente entender las formas de resistencia en el sur del que el norte puede retomar, pero este ejercicio no debe convertirse en uno en el que el sur tenga que resolver errores y fracasos cultivados desde el norte. Este es un momento para reconocer de forma compartida claves y modelos de desarrollo dignos que enmarquen condiciones de igualdad frente a la amenaza de reconfiguración del postcapitalismo.

Que encontrar nuevamente caminos compartidos frente a la seducción fascista, sirva de pretexto para ampliar nuestras estrategias, sin que la unidad se vuelva homogeneidad ni subordinación, sino que sirva para el empuje y consolidación de mayorías políticas que sostengan los cambios para una sociedad igualitaria y sustentable.

Integrantes de @pormxhoy

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