Desde el descubrimiento de la fotografía en 1826, ésta fue de un dominio absolutamente masculino, en el que las mujeres no figuraban. Era difícil imaginarlas cargando una tonelada de equipo o efrentándose a los primitivos procedimientos químicos para hacer fotografías; sin embargo no fue así, las mujeres empezaron a interesarse desde sus inicios en ella; y en esta historia, que en 2026 cumplirá 200 años de haberse iniciado, muchas mujeres fotógrafas han destacado.
Julia Margaret Cameron, nacida en Inglaterra (1815-1879), no fue la primera ni la más exitosa fotógrafa (pionera), pero ciertamente la más prolífica. De 1864 a 1878 produjo tres mil exitosas imágenes fotográficas en condiciones muy primitivas. Fue una innovadora y visionaria audaz en su enfoque hacia el nuevo oficio que se desarrollaba con procedimientos experimentales por todo el mundo, ya que, tengo entendido, le encargó a los constructores de cámaras fotográficas que le construyeran o idearan una forma de acercarse más a los personajes, es decir, fue la inventora del close-up o acercamiento; logró entonces que se construyera el primer telefoto o lente de acercamiento de la historia de la fotografía.
En esta ocasión me permito publicar dos de esas 3 mil imágenes. El lector podrá observar la belleza y sensualidad de sus fotografías. La nueva propuesta de Julia Margaret Cameron del close-up o acercamiento cambia el punto vista y crea imágenes hoy icónicas.
A finales de 1800, antes de entrar de lleno al nuevo siglo XX, la fotografía se abría camino por muchas vertientes y con diferentes procedimientos. Unos eran los fotógrafos viajeros que nos brindaron las primeras imágenes reales de civilizaciones antiguas o las primeras de los indios de América del norte, otros fotografiaron por primera vez edificios de civilizaciones prehispánicas, otros eran sólo retratistas, etc. Así la fotografía empezó a ser fundamental para todo: En tarjetas de identificación, como testigo de crímenes, para documentar y crear archivos, como testigo de bodas, fotos de familia, en fin, la fotografía era, a finales del siglo XIX, imprescindible para todo.
El caso de Julia Margaret, me parece, da la pauta para otorgarle a la fotografía la calidad de obra de arte… (Continuará)