La fotografía, para finales del siglo XIX, por medio de los fotógrafos viajeros, ha llegado a todos los países del mundo, los franceses la descubren, ingleses, alemanes y holandeses idean procedimientos que van mejorando las técnicas de impresión y las cámaras fotográficas.
Los norteamericanos no se quedan atrás y con la visión de los grandes emprendedores industriales del naciente poderío, en ese sentido, de los Estados Unidos de Norteamérica, el industrial George Eastman ve en la fotografía la posibilidad de un gran negocio. Lo será, indudablemente, ya que en 1892 George Eastman, en sociedad con Henry Strong, fundan la compañía Kodak con el fin de industrializar la fotografía. Como innovadores inventan un nombre: Kodak; un lema: “You press the button, we do the rest” (usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto) y lo más importante, inventan el rollo fotográfico y las primeras cámaras portátiles, como la Brownie, la Kodak Instamatic y la Kodak 100 View. Se avientan un home-run y se vuelan la barda al desarrollar un procedimiento mecánico y homogéneo para revelar y amplificar los rollos que venderá la compañía.
El nombre Kodak es una palabra que inventan George Eastman y su madre; no quiere decir nada y es fácil de identificar, por lo que se convertirá en el símbolo que le dará a toda la gente la oportunidad de ser fotógrafo, sin la parafernalia que significa revelarlas.
La fotografía será en adelante indispensable para todos: para llevar un álbum fotográfico, para testimoniar sus bodas, bautizos, graduaciones, nacimientos y hasta a sus muertos.
Gracias a la compañía Kodak como testigos de la historia todos podemos retener el tiempo y atrapar las imágenes importantes de todo suceso, todos podemos ser fotógrafos, todos podemos guardar los instantes de la vida misma, de nuestros viajes y simplemente mandar el rollo a revelar, todos en adelante pueden ser fotógrafos, basta comprar una cámara portátil barata o cara, según nuestro bolsillo, y seguir unas sencillas instrucciones para lograrlo. (Continuará)