Apenas el viernes pasado, el presidente argentino Javier Milei promocionó en una red social una criptomoneda llamada $LIBRA. Aseguró que ayudaría a “incentivar el crecimiento de la economía de su país. El entusiasmo con el que hizo el anuncio se esfumó pronto. Lamentablemente, se esfumaron también los ahorros de quienes confiaron en la recomendación. El mandatario borró el mensaje de la red social, pero el daño ya estaba hecho.

Antes de que explotara el escándalo, la moneda ya había despertado la suspicacia de expertos en economía y finanzas. Temían que se tratara de una estafa y sus sospechas se confirmaron muy pronto.

Como parte del control de daños, la presidencia argentina anunció la creación de una Unidad de Tareas de Investigación para llegar al fondo del asunto. Además, pidió a la Oficina Anticorrupción indagar si alguien dentro del gobierno habría incurrido en alguna conducta sancionable. Esto significa que Milei será investigado por Milei. ¿Qué podría salir mal?

Todo empezó en octubre del año pasado, cuando los representantes de la empresa KIP Protocol presentaron al presidente argentino el proyecto “Viva la Libertad”. La idea era aprovechar la tecnología blockchain para financiar emprendimientos privados. Hace apenas dos semanas, el mandatario se reunió con el proveedor de la infraestructura para este proyecto: Mark Davis. El estadounidense le aseguró que se encargaría de que la criptomoneda en cuestión, fuera lo suficientemente sólida como para hacer volar el proyecto.

Luego de que efectivamente voló, pero en picada, Davis argumentó que hubo muchos factores fuera de su control. Dijo incluso que la $LIBRA cayó abruptamente porque el gobierno argentino le retiró el apoyo. Estamos hablando de una moneda meme, esto quiere decir que no tiene respaldo en la economía real y fluctúa de acuerdo a las tendencias digitales. Estos instrumentos son especialmente volátiles porque capitalizan el entusiasmo por algún movimiento o persona. Si el entusiasmo se desploma, la moneda también.

El hecho le cayó a la oposición como un regalo del cielo. Muchos aprovecharon para criticar al presidente y burlarse sin miramientos. Ya incluso adelantaron que promoverán un juicio político. Cristina Fernández, aun cuando ha sido procesada por corrupción, se regodeó diciendo que Milei ha pasado de ser un “autoproclamado líder global” a un “cripto estafador”.

Así que, el mismo hombre celebrado por muchos luego de lograr que la inflación en Argentina alcanzara su nivel más bajo en los últimos 5 años, es ahora severamente cuestionado por una apuesta que salió muy mal y que pone en entredicho su futuro político.

Este caso arroja lecciones importantes. El mundo de las criptomonedas es complejo y cambiante. Entrar en él es una osadía que no todos pueden permitirse. Milei no es el primer mandatario en respaldar un proyecto así. Donald Trump lanzó su propia moneda digital poco antes de convertirse en presidente. Los números no han ido mal, pero no deja ser una apuesta sujeta a la volátil popularidad del personaje. Asi las cosas en este mundo cada vez más impredecible.

@PaolaRojas

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