La carrera por la Presidencia empezó desde hace muchos meses. Una revista, un libro, o lo que sea sirve de pretexto para que sus rostros y nombres en todas partes. Bardas, espectaculares, camiones y ahora también recorridos por el país. Los espacios informativos reportan sus dichos, anuncian las ciudades que visitan y publican encuestas. Uno de ellos será el candidato o candidata a la Presidencia. Estoy describiendo las actividades de los aspirantes de Morena. No puedo llamarlas precampañas porque oficialmente no lo son. ¿Cómo debiera llamarlas entonces?
El Tribunal Electoral del Poder Judicial define las precampañas electorales como “el conjunto de actos, manifestaciones, mítines y demás que realizan los partidos políticos, simpatizantes y sus militantes, para definir las candidaturas a puestos de elección popular.” Se parece mucho a lo que está ocurriendo en estas semanas. Sin embargo, nos han dicho que lo que pasa hoy en México no son precampañas electorales. Pero,¿entonces qué son?
No sabemos cómo nombrar a estas actividades. ¿Sabemos cómo fiscalizarlas? El costo de esos espectaculares, bardas, menciones y camiones no se reporta a la autoridad electoral. Esa opacidad se presta para todo tipo de arreglos cuestionables. Según el calendario publicado por el INE, el arranque oficial del proceso electoral 2023-2024 es hasta septiembre. ¿Qué reglas aplican entonces con lo que sucede antes?
Esas preguntas fueron planteadas a la Consejera Presidenta del INE, Guadalupe Taddei. Ella respondió que la Comisión de Quejas del INE trabaja en el análisis de las denuncias sobre las “presuntas precampañas”. Dijo también, en entrevista radiofónica con Joaquín López-Dóriga, que el Instituto actuará de acuerdo a lo que marca la ley. Llamó mucho mi atención que en esa conversación, cada vez que el periodista mencionaba la palabra precampaña, Taddei Zavala reaccionaba con risas. No sé si era solo risa nerviosa, o le resultan divertidas las tan peculiares circunstancias en que nos encontramos: precandidatos que no lo son, haciendo precampañas que tampoco lo son.
El caso es que sigo muy atorada en este problema de la nomenclatura. No sé cómo nombrar a todo esto que vemos a diario y no quisiera caer en imprecisiones. ¿Y si hacemos una encuesta para encontrarle nombre?
Si ustedes, amables lectores, tienen alguna sugerencia, compártanla por favor.