Todavía no lo habían elegido para cantar en el medio tiempo del Super Bowl y ya estaba en la polémica. Y es que Bad Bunny decidió hacer conciertos en muchos países, pero excluyó a Estados Unidos por el temor a las redadas. No quiso que el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) aprovechara la concentración de hispanos para detener a muchos de sus fans.

Después de una residencia de 30 conciertos en Puerto Rico, que se convirtieron en un homenaje a su isla natal, Bad Bunny mencionó que había muchas razones por las que decidió no cantar en la Unión Americana, pero aclaró que ninguna fue motivada por el odio.

Unas semanas después de que hiciera pública esta decisión, se anunció que era el elegido por la NFL para cantar en el evento deportivo más importante del año. La cita es el 8 de febrero en el Levi's Stadium en Santa Clara, California.

Las reacciones han sido tremendas. El presidente estadounidense, Donald Trump, manifestó su molestia y desconcierto. Primero dijo que nunca había escuchado hablar de Bad Bunny; luego arremetió contra la NFL por esta elección “totalmente ridícula” a la que de plano calificó como “una locura”.

La Secretaria de Seguridad, Kristi Noem, fue más allá: dijo que la NFL es débil y apesta. Su asesor principal, Corey Lewandowski, aseguró que agentes del ICE estarían presentes en los alrededores del estadio el día del evento.

El asunto tomó más fuerza luego de la aparición del cantante en el popular programa de televisión Saturday Night Live. Su participación en el famoso monólogo empoderó a los hispanos, tan vapuleados por la administración Trump. “Lo que siento me trasciende. Es por quienes me precedieron y corrieron incontables yardas para que yo pudiera entrar y anotar un touchdown... esto es por mi gente, mi cultura y nuestra historia. Mas que un logro mío, es un logro de todos (los latinos), demostrando que nuestra huella y nuestra aportación a este país nunca nadie la podrá sacar o borrar”. Habló en español y les dijo a quienes no le habían entendido que tenían cuatro meses para aprender el idioma.

La respuesta vino por parte de Turning Point USA. La organización de derecha fundada por el recientemente asesinado Charlie Kirk, anunció su propio show de medio tiempo en el que “celebrará la fe, la familia y la libertad”. Lanzó una encuesta para que la gente decida a los artistas invitados e invitó a sus seguidores a apagar la televisión durante el medio tiempo del Super Bowl para seguir en medios digitales su “propuesta patriótica”. Enfatizaron que su evento es “una respuesta cultural al adoctrinamiento liberal en el entretenimiento”.

La polémica con la población en general se ha centrado en que, si bien Bad Bunny es ciudadano estadounidense, canta prioritariamente en español. La queja es que no van a entender las letras. Sería bueno que supieran que los hispanoparlantes tampoco entendemos del todo las canciones de Bad Bunny. Lo que sí entendimos fue su poderoso y valiente mensaje en la televisión. El tema es que para algunos fue un respaldo y para otros una provocación. Tristemente, la música y el deporte se han convertido con esto en material propicio para la batalla ideológica que viven nuestros vecinos y que padecen nuestros paisanos.

@PaolaRojas

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