Una recesión se entiende como una caída generalizada de la actividad económica, el empleo, las ventas y el ingreso disponible por al menos seis meses, considerando un indicador coincidente compuesto de varios elementos, que nos muestra la situación actual y que sirve para definir la evolución de los ciclos económicos, por lo que esa etapa comienza cuando se ha alcanzado un pico y concluye cuando supera un valle, es decir, cuando se ha tocado fondo.

Desde hace tiempo los medios han popularizado el término de recesión técnica, que consideran sucede cuando se presentan dos caídas consecutivas del producto interno bruto (PIB). Evidentemente, ya estamos en este escenario considerando que disminuyó en México -0.6% en el cuarto trimestre del 2024 en comparación con el anterior y que los indicadores difundidos recientemente, anticipan una contracción en el primer trimestre del año.

Que esto suceda no resulta ninguna sorpresa, puesto que la economía ya venía con una tendencia marcada de desaceleración, por lo que en 2024 el PIB sólo creció 1.5% cuando un año antes el alza fue de 3.3%. Tampoco parece extraño considerando la consolidación fiscal y la incertidumbre que generan los entornos interno y externo.

En sentido estricto, no estamos en una recesión porque todavía se observa dinamismo en el sector terciario, no se registran caídas en empleo, el mercado interno se mantiene por un favorable desempeño de la masa salarial, entre otros indicadores. Además, la caída del PIB no sería tan fuerte para que pudiera considerarse dicha situación.

Sin embargo, un estudio divulgado el lunes pasado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) establece que la economía mexicana sería la más afectada por el aumento de los aranceles, con una contracción de 1.3% este año y de 0.6% el próximo, en lugar de crecer 1.2% y 1.6% como se esperaba con anterioridad.

La OCDE destacó que México sería el país más perjudicado por las políticas proteccionistas de Trump, dada la elevada interrelación con Estados Unidos (EU). También consideró que los daños de una guerra comercial en rápida evolución, tendrán un impacto global, porque la reducción del comercio generará una disminución de la producción, e impulsará una mayor inflación asociada a los costos de los aranceles, por lo que los bancos centrales mantendrán políticas restrictivas durante más tiempo.

Cabe comentar que el análisis de la OCDE considera un aumento de 25% de aranceles a México y Canadá, así como una represalia equivalente de estos países, por lo que yo opino que sus estimaciones de reducción del PIB quedan cortas. En cuatro semanas el FMI y el Banco Mundial aportarán sus proyecciones considerando el efecto de los aranceles; aunque también es posible que su aplicación a definir el 2 de abril sea menos agresiva.

Respecto al indicador coincidente de México, con el enfoque del ciclo de crecimiento, ha venido cayendo consecutivamente desde septiembre de 2023 cuando alcanzó un pico, hasta diciembre de 2024, último dato divulgado. Pero lo que resulta preocupante, es que el adelantado, que anticipa el comportamiento económico llegó a un máximo en mayo de 2024 y ha venido reduciéndose de manera consecutiva hasta enero de 2025 y ambos ya se ubican por debajo de su tendencia de largo plazo, por lo que ya estamos transitando de una desaceleración a una recesión económica, aunque esto se reconozca con bastante retraso por el Comité de Ciclos Económicos.

Las recesiones generalmente se deciden cuando el deterioro de la situación económica es grave y la caída del PIB es profunda; pero no siempre. En abril de 2020, el índice coincidente se desplomó, pero como se recuperó rápidamente, no se quiso decretar una recesión en contraste con lo que sucedió en EU.

Sin embargo, en esta ocasión considero que tarde que temprano se decratará que la recesión comenzó en septiembre de 2023. Podría ser más prolongada y profunda que la que se experimentó a principios de siglo. Una caída del PIB impedirá que las metas fiscales para este 2024 se cumplan, pero lo que no se ha querido aceptar es que la inversión no se reactiva porque con la puesta en marcha del Plan C, ha ocurrido un cambio de régimen que ha ocasionado una fuerte desconfianza, agudizada por la incertidumbre ocasionada con la política proteccionista de EU, por lo que la relocalización (nearshoring) que era la apuesta para la política económica este año está detenida. Los anuncios de inversiones eran proyectos comprometidos en el pasado.

Por lo pronto, las calificadoras, corredurías, analistas, etc. seguirán presagiando la recesión técnica, lo que se confirmará el 30 de abril, cuando Inegi dé a conocer la Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto Trimestral (EOPIBT). Desearíamos que no fuera tan profunda si se aplicarán políticas contracíclicas, pero con una consolidación fiscal obligada por un elevado déficit público en 2024, con una política monetaria más cautelosa por el repunte de la inflación, no hay mucho margen de maniobra.

Adenda

1. En 2014, con la represión y desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, el clamor popular era ¡fue el Estado!; ahora con el descubrimiento del exterminio en el rancho de Teuchitlán es ¡Estado indolente! El gobierno de López Obrador trató a las buscadoras de personas desaparecidas como sus enemigas políticas que pretendían dañar su imagen, esperamos que el actual no repita la misma estrategia.

2. Inegi divulga hoy las cifras de la Oferta y Utilización Trimestral (OUT) del cuarto trimestre de 2024, que nos aporta el enfoque del gasto del PIB. También anuncia el Indicador Oportuno de la Actividad Económica de febrero, que refleja la situación reciente. El del consumo privado nos mostró que no comenzaron bien las cosas en el año al estimar una caída en variación anual de 1.7% en febrero.

3. Como se esperaba, la Fed mantuvo sin cambio la tasa de fondos federales y redujo las perspectivas de crecimiento de EU.

4. Conflicto entre el presidente Donald Trump y el de la Corte. Un juez ordenó suspender la expulsión de migrantes, por lo que el mandatario pidió su destitución acusándolo de corrupto. ¿Dónde se ha visto esto antes?

5. Las leyes secundarias en materia energética no cumplieron con las expectativas que tenían los inversionistas. El agotamiento del nivel de reservas petroleras y la subordinación al gobierno restan interés.

Catedrático de la EST-IPN y de la Universidad de la Libertad

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