A finales del año pasado, la perspectiva económica de Estados Unidos (EU) era muy optimista y el escenario era el de un aterrizaje suave e incluso de un repunte. Con la victoria electoral de Donald Trump, a pesar de las amenzas proteccionistas, los inversionistas y empresarios seguían pensando que eran parte de una estrategia de negociación y que si llegaba a aplicar aranceles serían en montos bastante menores a los anunciados.
Las perspectivas de crecimiento se revisaban a la alza, el Fondo Monetario Internacional (FMI) en sus actualizaciones en enero pronosticaba un crecimiento de 2.7% del PIB este año similar a 2.8% de 2024, la inflación iba a la baja, la encuesta a economistas en jefe levantada en noviembre luego de las elecciones en EU, divulgada en enero por el Foro Económico Mundial (WEF) consideraba que en el corto plazo las medidas de Trump no tendrían impacto interno y los efectos negativos serían en el resto del mundo.
Sin embargo, los mercados se volvieron pesimistas en marzo, luego de que el 19 de febrero el índice S&P 500 había alcanzado un récord histórico impulsado por reportes favorables del cuarto trimestre. La confianza del consumidor se desplomó por la incertidumbre, el temor al repunte de la inflación, a la falta de empleo por la ola de despidos en el sector público y la creciente preocupación por un gobierno hostil y amenazante con trato privilegiado a ciertos empresarios.
La creciente guerra comercial genera temor por una recesión de la economía mundial ante la contracción del comercio internacional. El fantasma de la gran crisis del siglo pasado reaparece y la imagen del presidente Trump comienza a ser cada vez más parecida a la de Heber Hoover, sobre todo considerando la gran influencia que tiene su asesor Peter Navarro en sus decisiones.
La administración Trump reconocía que los aranceles podrían tener un efecto inflacionario, pero sería de corto plazo, que a la larga el regreso de las líneas de producción a EU sería benéfico y generaría más empleos. Sobre la deportación masiva, ayudaría a mejorar los salarios de los norteamericanos; minimizando el efecto inflacionario que ello conlleva, pero sobre todo ignorando que ocasionaría caídas en la producción de actividades económicas fundamentales como la agrícola, construcción, restaurantes y hotelería donde la participación de indocumentados es muy elevada.
El lunes pasado los mercados se desplomaron en buena media como reacción a la falta de respuestas claras del presidente Trump en su participación en medios, ante la pregunta de por qué los mercados habían reaccionado negativamente a las amenazas de poner aranceles y desencadenar la guerra comercial con graves consecuencias. Su imagen del empresario exitoso que sabe cómo manejar la economía quedó abollada. Los llamados urgentes para que el mandatario hablara con sus asesores no se hicieron esperar.
Muchas decisiones de inversión en todo el mundo están detenidas porque no se sabe cómo van a quedar las reglas del juego. La fuerte caída de la confianza del consumidor también puede ocasionar distorsiones, ya sea por compras anticipadas ante el temor de que productos importados suban de precio por la aplicación de los aranceles o caída de las ventas por las expectativas negativas a futuro, que genere demasiada cautela entre los consumidores.
Por lo pronto el buen dato de inflación al consumidor, que creció 0.2% en febrero apoyado por el descenso de 4% de las tarifas de avión y de la baja de 1% de la gasolina tranquilizó a los mercados. En variación anual disminuyó a 2.8% respecto a 3% en enero rompiendo una racha de cuatro meses consecutivos de alza; a su vez el índice básico que excluye los componentes volátiles de alimentos y energía en tasa anual pasó de 3.3% en enero a 3.1%.
Sin embargo, el entusiasmo duró poco, porque Canadá y la Unión Europea anunciaron represalias a los aranceles del acero y el aluminio que entraron en vigor el 12 de marzo. Dominic LeBlanc ministro de Finanzas canadiense declaró que impondría un gravamen sobre 29 mil 800 millones de dólares adicionales en productos importados de EU, mientras que la UE aplicará un arancel de 50% al whiskey americano (borbón) y a las motocicletas, lo que podrían desencadenar una reacción en cadena.
Cabe comentar que cuando se aplicaron aranceles al acero y aluminio en 2018, hubo un impacto inflacionario por el alza en el costo a los productores de EU, aunque la medida benefició a su industria siderúrgica. Si además se considera, que no son los únicos bienes a los que se les impondría un arancel, porque todavía están pendientes las medidas que se anunciarán el 2 de abril, el temor al disparo del incremento generalizado de precios en esta ocasión está plenamente justificado.
Por lo pronto, hay una tendencia marcada a la desaceleración de la economía de EU. Los indicadores de los gerentes de compra manufacturero y no manufacturero, los reportes de ventas al menudeo, entre otros, han obligado a cambiar el punto de vista de los analistas que señalaban que la economía de EU estaba sobrecalentada, lo que podría provocar presiones inflacionarias de demanda. En realidad, la inflación podría provenir de los efectos directos e indirectos de los aranceles por elevaciones de los costos.
El desempeño de la economía de EU está debilitando el dinamismo de nuestras exportaciones. Aunque las automotrices hayan crecido mensualmente en enero a 1.2% con cifras ajustadas estacionalmente, desde el segundo semestre de 2024 vienen presentado una tendencia de baja independientemente de los altibajos que se registran. Algunas armadoras como General Motors han anunciado que adelantarían compras externas para tener inventarios suficientes en previsión de que posibles aranceles pudieran generar alzas de precios, pero esto repercutirá en disminución en los meses siguientes.
Por lo pronto el tipo de cambio fix se apreció y el miércoles fue de 20.1828 confiando en que los aranceles no se le apliquen a México. El temor es que se le impongan a los vehículos ligeros y autopartes que no cumplan las reglas de origen el 2 de abril. De acuerdo a declaraciones de Rogelio Garza Garza, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) son respectivamente 8.2% y 20.4%.
En el caso de los vehículos deben incorporar 75% del valor de contenido regional. Es decir, hay el riesgo de que ya no podrían acogerse al beneficio de pagar un arancel de 2.5% bajo el mecanismo de Nación Más Favorecida (NMF). El anuncio de que EU ya no respetaría este mecanismo ha provocado que decisiones de inversión estén detenidas hasta que no se despeje esta incógnita.
En conclusión, las perspectivas económicas de EU serán revisadas a la baja por el FMI. Seguramente, también las de México. Por el Desbalance de ayer, sabemos que esto será el 22 de abril. El compás de espera se extenderá hasta el 2 de abril, pero la volatilidad va a continuar porque Trump como chivo en cristalería está destrozando la economía mundial. Putin y Xi Jinping tienen motivos para estar felices.
Adenda
1. El relevo en la Secretaría de Hacienda no generó sobresaltos en los mercados. Rogelio Ramírez de la O fue en buena medida responsable del disparo del déficit público y del fuerte endeudamiento en los últimos dos años. Se negó persistentemente a realizar una reforma fiscal y convenció a la actual mandataria de que no era necesaria. Se abre la posibilidad de un cambio en esta postura y eso de entrada ya es una buena noticia.
2. El incidente de la foto en el acto del Zócalo protagonizado por dirigentes de Morena donde, por cierto, también estaba la gobernadora de Banco de México, al ser un hecho espontáneo y sin intención deliberada, resulta revelador de que sí estamos en un Maximato.
3. La comentocracia sigue deliberando cuando se procesará a algún narcopolítico importante del partido oficial. ¿O se seguirá con el discurso de que el narcoestado era en la época de García Luna hace más de 12 años? El próximo juicio del Mayo Zambada tiene nerviosos a muchos.
4. Generalmente, quienes presumen ser los mejores presidentes a la larga resultan los peores. Al tiempo.
5. Efemérides. Marzo de 2008, Bear Sterns quebró y fue el preludio del colapso de la banca de inversión.
*Catedrático de la EST-IPN y de la Universidad de la Libertad.
Email: pabloail@yahoo.com.mx