La polarización política ha contagiado el juicio de los medios y de algunos analistas respetados; pero también la molestia del gobierno cuando las noticias no son positivas en contra de los comunicadores. En tiempos de Fox incluso sus publicistas idearon la campaña “las buenas noticias, también son noticias”, cuando la situación de la inseguridad se puso crítica en Acapulco, con la de “hablemos bien de Aca”, o cuando Inegi reporta datos desfavorables en la materia, las autoridades suelen desdeñarlos con el consabido recurso de sólo es percepción.
Pero a veces, las cosas se vuelven más complicadas cuando los indicadores salen muy bien y al siguiente mes pasa lo contrario, aunque las cifras estén ajustadas por estacionalidad. En esta semana fuimos testigos de ello con el Indicador de Confianza del Consumidor (ICC) y con los datos de la inflación, ambos de noviembre.
En el caso del ICC, registró una fuerte caída mensual de -1.8% respecto a octubre a 47.7, luego de que ese mes había impuesto un récord histórico llegando a 49.5 subiendo 2% respecto a septiembre. El favorable dato de octubre lo expliqué en su momento por el tradicional ánimo favorable que generan los cambios de gobierno federal, que están más allá de las preferencias políticas de la gente.
Sin embargo, la fuerte recaída de noviembre ya trae el efecto de Trump, así como de la agudización de la violencia e inseguridad, de la cual los gobiernos culpan a los medios, en lugar de aceptar que es un problema real y reconocido como el principal en las encuestas de opinión, que tanto gustan a los políticos cuando el dato de aprobación sale favorable. Incluso, no faltan los académicos que las desprecian, diciendo que son solo encuestas de percepción, cuando éstas no explican las causas, pero reflejan el estado de ánimo o sentimiento, es decir, miden el nivel de optimismo o pesimismo frente a una situación.
En noviembre, cuatro de los cinco componentes del ICC cayeron respecto a octubre: la situación económica en el momento actual de los miembros del hogar comparada con la que tenían hace 12 meses (-0.5%); la esperada de los miembros del hogar dentro de 12 meses, respecto a la actual (-2.2%); la del país hoy en día, comparada con la de hace 12 meses (-1.7%): la del país esperada dentro de 12 meses, respecto a la actual (-3.4%): mientras que la consideración sobre si es un buen momento para comprar un bien durable no tuvo cambio.
Cabe comentar varios aspectos: 1) los cambios en la situación del país se perciben peor en el país que en el hogar, tanto en la situación actual como en las expectativas, 2) tanto en el hogar como en el país hay más cambio en el pesimismo respecto a la expectativa de futuro que sobre la situación actual, 3) sin embargo, el nivel de los indicadores sobre perspectivas son más elevados que los que evalúan la situación presente, común en esta encuesta, por lo que es importante distinguir el nivel de un indicador de su variación. Así el nivel más elevado de los índices sobre las expectativas que los del presente refleja las famosas premisas de “la esperanza nunca muere” o de “siempre hemos estado mal”, 4) la encuesta no presupone una reducción efectiva del gasto de consumo, por ejemplo, se registró un buen nivel de ventas en el Buen Fin.
Un buen o mal dato sirven para dar la nota periodística, pero no marcan tendencia y resulta equivocado sacar conclusiones de ello. Para ello, Inegi difunde las gráficas de las series tendencia-ciclo. En el caso del ICC, se observa que se aplana, esto es, no tiene definición clara. Pero en el caso de los componentes, la tendencia es variada: la situación actual de los hogares va a la baja, la esperada de los hogares pierde optimismo, la presente y esperada del país mejoran ligeramente, mientras que la de si es un momento para comprar un bien duradero se mantiene sin cambio a pesar de los altibajos registrados en los últimos meses.
Con la inflación como los datos no están ajustados estacionalmente, para definir tendencias nos fijamos en las gráficas de la variación anual. La inflación al consumidor fue de 4.55% retomando la baja luego de que en octubre fue de 4.76%. A pesar de que la cifra es positiva, no debemos echar las campanas al vuelo considerando que: 1) es más alta que la de noviembre de 2023 (4.32%), cuando rompió la trayectoria de baja que llevaba, 2) la inflación al productor se situó en 6.38% acelerando su tendencia de alza, impulsada por un alza mensual de 2.45% de las actividades primarias que la llevan a una variación anual de 7.41%. En las secundarias es de 6.47% y en las terciarias de 6.04%, por lo que la presión inflacionaria es general.
Recordemos que el traspaso de los costos a la inflación fue señalado como un riesgo en el pasado anuncio de Política Monetaria del Banco de México. También está latente el riesgo de un alza de precios por una mayor depreciación cambiaria ante los efectos de las medidas de la administración Trump. Así, aunque la inflación al consumidor a diciembre vaya a ser de 4.31% y más baja que la de 2023, de 4.66%, está lejos del objetivo de 3% y no implica que se haya consolidado su tendencia de baja.
Adenda
1. Fueron 26 mil 498.9 millones de dólares los ingresos por turismo internacional a octubre de 2024, superiores en 6.8% a los del mismo periodo de 2023. Sin embargo, hay señales de alerta, el número de turistas de internación acumulados sólo creció 1.5%, aunque el gasto medio 2.8%, por lo que no se presentó la caída que algunos expertos alertaban.
2. La incertidumbre sobre la certeza jurídica es lo que más preocupa a las calificadoras soberanas. La pérdida de autonomía e independencia del Poder Judicial está en el fondo de las preocupaciones.
3. La Cámara de Diputados aprobará mañana el presupuesto con pocos ajustes. La realidad es que no se van a tener recursos suficientes para sufragar los gastos y en su ejercicio Hacienda hará los ajustes que se requieran. La reducción del presupuesto de -12.2% a la función Salud es algo de lo que los diputados callaron de manera disciplinada. Las prioridades están en los programas sociales y en las obras preferidas.
* Catedrático de la EST-IPN y de la Universidad de la Libertad: pabloail@yahoo.com.mx