La inflación al consumidor registró una variación anual en diciembre a 4.66% informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), precedida de 4.26% en octubre y de una ligera alza a 4.32% en noviembre, lo que fue bastante superior a lo que esperaba el promedio de expertos (4.57%). Primero que nada, justo es reconocer al Banco de México (Banxico), que fue muy certero en su pronóstico, puesto que el 9 de noviembre había previsto un promedio para el cuarto trimestre de 4.4%, que implícitamente anticipaba un 4.62% para diciembre.
Si se toma en cuenta las cifras quincenales, disponibles hasta entrada la noche del martes por una falla técnica de Inegi, las cosas resultan preocupantes, ya que la inflación se ha acelerado significativamente subiendo desde 4.25% en la segunda quincena de octubre a 4.86% en la segunda de diciembre, por lo que las cifras validan el sesgo restrictivo que ha venido adoptando la política monetaria en México, puesto de manifiesto en las minutas de la reunión de la Junta de Gobierno del 14 de diciembre.
Como diría el clásico, en los detalles está el diablo. El disparo de la inflación provino del componente de frutas y verduras que saltó de 4.54% en la segunda quincena de octubre a 15.48% en la segunda de diciembre, lo que ha impactado en un ascenso de productos agropecuarios de 1.61% a 7.52% en ese mismo periodo, y de la inflación no subyacente de 0.64% a 4.49%. Cabe recordar que la no subyacente se consideran bienes y servicios que tienen alta volatilidad como los productos agropecuarios, sujetos a fluctuaciones estacionales, o que están controlados o administrados por el gobierno.
La inflación general había venido cayendo a lo largo de todo el año, respaldada por una fuerte baja de la no subyacente, porque la subyacente que evoluciona más por condiciones de mercado se había reducido, pero de manera más lenta. La inflación subyacente en la segunda quincena ya se ubicó en 4.98%, es decir, la brecha con la no subyacente (4.49%) se redujo, recordando que la subyacente pesa 75.55% en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) y la no subyacente, 24.45%.
Siguiendo las proyecciones de Banxico, se esperaría que la inflación al consumidor retome su tendencia a la baja en el primer trimestre de 2024, con una inflación promedio de 4.3%; sin embargo, surge la interrogante de si el fuerte incremento en los precios de frutas verduras no solo se debe cuestiones temporales o de coyunturas desfavorables, como a una mala cosecha por sequías e inundaciones, sino que pudieran estar asociados a mayores costos de producción y distribución por pagos de extorsiones (derechos de piso) o por presiones de demanda ocasionados por aumentos de los ingresos de los hogares, o una combinación de ambos motivos.
Por lo que respecta a la inflación subyacente, las preocupaciones vienen más por los servicios que por las mercancías, puesto que, si bien sigue siendo elevada para estas últimas, 4.89% en variación anual en diciembre, sigue la tendencia a la baja de sus dos componentes: alimentos, bebidas y tabaco (6.25%) y mercancías no alimenticias (3.25%), trayectoria que continúa con datos quincenales.
Sin embargo, con la inflación de servicios, al comparar la variación anual de diciembre de 2023 con la del año anterior es mayor (5.33% vs. 5.19%), lo mismo que en Vivienda (3.64% vs. 3.17%), colegiaturas (6.60% vs. 4.49%), aunque el de otros servicios, que “incluye loncherías, fondas y taquerías, restaurantes y similares, servicio de telefonía móvil, mantenimiento de automóvil, consulta médica, servicios turísticos en paquete, entre otros”, es más baja (6.46% vs. 7.07%), pero sigue estando en niveles elevados respecto a la inflación general (4.66%).
Banxico ha venido expresando su inquietud por la mayor inflación en los servicios, que tiene que ver con presiones de demanda reprimida, típicas de actividades turísticas, educación y de entretenimiento, generados por la pandemia, o de escasez de vivienda, pero también pudiera deberse a presiones salariales en sectores más intensivos en fuerza de trabajo. Esta hipótesis se ve respaldada porque la inflación final de precios al productor de las actividades terciarias en diciembre fue de 5.23% en variación anual comparada con el índice general (0.95%) o de las primarias (2.13%) o de las secundarias (-1.30%).
Algunos periodistas han insistido mucho con la cuesta de enero, y que por ello la inflación va a seguir subiendo. Cabe recordar que enero de 2023, venía precedido de una inflación de 7.82% en diciembre de 2022, y la de este año de 4.66%. En realidad, la pregunta es si va a ser peor que la del 2023, cuando la inflación mensual fue de 0.68%, porque todos los años en este mes se dan ajustes de precios, ya sea por actualización de tarifas o por anticipación de costos de diversa índole. En este sentido, algunos integrantes de la Junta de Gobierno han alertado que el alza de salarios, puede estar impactando en actividades intensivas en fuerza de trabajo, así como en las micro y pequeñas empresas.
Por ende, habría que poner especial atención a la inflación de la primera quincena de enero, y especialmente a los componentes ya señalados, así como al de tarifas autorizadas por el gobierno, que en la segunda quincena de diciembre se ubicó en 4.80%. Es importante conocer si la tendencia de cuatro quincenas consecutivas de alza continuará o no. Si el incremento fuese significativo, no habría que descartar un alza de la tasa de interés de referencia en la siguiente reunión de política monetaria de Banxico.
Si bien la fortaleza del tipo de cambio ha ayudado a contener la inflación importada, los riesgos externos como el cambio climático y las tensiones geopolíticas, son aspectos que están latentes y que pueden afectar los precios de los productos agropecuarios, por lo que las autoridades monetarias seguirán prefiriendo ser cautelosas en sus movimientos.
Adenda
1) Los mercados bursátiles comenzaron el año ajustando sus expectativas a un escenario de menor crecimiento de la economía real. Al comenzar la temporada de reportes del cuarto trimestre los analistas estarán atentos a los resultados observados y a posibles advertencias de las empresas.
2) Problemas en los retrasos de los embarques pudieran generar presiones en las cadenas de suministro, que se espera que sean temporales dada la desaceleración de la economía mundial. Sin embargo, las demoras sí generan pérdidas y problemas en el corto plazo.
3) Termina pronto la etapa de las precampañas presidenciales con dos candidatas y un candidato. La clave está en el Congreso y las candidaturas al Senado y a la Cámara de Diputados serán relevantes.
4) El riesgo de hacer propuestas electoreras en las campañas, nos recuerda que prometer no empobrece, cumplir es lo que aniquila.
5) Hoy sale la inflación al consumidor en Estados Unidos. Habrá que estar atentos.
Economista, catedrático de la Maestría en Administración e Innovación del Turismo de la EST-IPN
Email: pabloail@yahoo.com.mx