Creada en 1992, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) es la “joya de la corona” del sector ambiental. Es un organismo público desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), responsable de conservar y administrar 232 áreas naturales protegidas federales y apoyar 602 áreas destinadas voluntariamente a la conservación–casi 100 millones de hectáreas, que alojan gran parte del patrimonio natural de los mexicanos.
Después de seis meses al frente de la institución, en entrevista exclusiva para EL UNIVERSAL el comisionado Pedro Álvarez-Icaza responde a seis preguntas en las que intercambiamos puntos de vista sobre el desempeño ambiental de la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador, el estado actual de la Conanp, las áreas naturales protegidas de México y los impactos ambientales del “Tren Maya”. El comisionado también delinea los desafíos y prioridades de la institución durante la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum.

El medio ambiente no fue prioridad de la pasada administración federal. El desmantelamiento, la pérdida de capacidades humanas y el debilitamiento presupuestal de las instituciones ambientales federales fue feroz. Se persiguieron organizaciones de la sociedad civil y ambientalistas, y se quiso encarcelar científicos. ¿Ve diferencias en cómo la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum aborda el tema ambiental?
La Dra. Claudia Sheinbaum y el expresidente Andrés Manuel López Obrador forman parte del mismo movimiento: hay una profundización de una perspectiva ambiental que se construyó desde el sexenio pasado. Durante la administración del presidente López Obrador se sentaron las bases de una política ambiental distinta, centrada en la soberanía, los derechos colectivos, la defensa de los bienes comunes y el territorio. Bajo esa lógica, se detuvo la privatización de los recursos naturales y se reconoció el papel de las comunidades en la conservación, lo que hizo posible el establecimiento de 50 nuevas áreas naturales protegidas en el sexenio pasado.
Con la llegada de la Dra. Claudia Sheinbaum a la Presidencia, y de la secretaria Alicia Bárcena a la Semarnat, se consolida la convicción de que no puede haber justicia social sin justicia ambiental. La presidenta y la secretaria, expertas en el tema ambiental, han delineado una ruta ambiciosa para ampliar la cobertura de la conservación y enfrentar los retos del cambio climático desde una visión humanista, basada en la prosperidad compartida, en la soberanía sobre los recursos naturales y en poner el interés de las comunidades por delante.
La Conanp tiene actualmente bajo su responsabilidad cerca del 13% del territorio nacional, en 29 entidades federativas. Adicionalmente, queremos llegar a 153 millones de hectáreas bajo distintos enfoques terrestres y marinos, y crear un Sistema Nacional de Conservación, incluyendo Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas; corredores biológicos, regiones bioculturales; Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre, de esfuerzos además estatales, municipales, comunitarios y privados. Esto no sería posible sin el compromiso del personal y el trabajo conjunto con comunidades y actores locales desde el sexenio pasado.
En estos seis meses, desde la Conanp estamos haciendo lo propio mediante un proceso de fortalecimiento institucional a través de alianzas y sinergias con distintos actores nacionales e internacionales, como el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ), el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), el Programa de las Naciones unidades para el Desarrollo (PNUD), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN), entre otros, que parte tanto del compromiso con las comunidades, como del impulso de nuevas categorías de conservación que reconozcan los esfuerzos públicos, privados y comunitarios.

Pareciera que hoy la biodiversidad en nuestras selvas, desiertos, ríos, mares y costas en las áreas naturales protegidas–y los centenares de valientes servidores públicos dedicados a cuidarlas–están desamparados. A seis meses de asumir el liderazgo de la Conanp, ¿cuál es su diagnóstico de la institución que encontró, en términos de la moral de su personal, capacidad técnica e institucional, presupuesto, etc.?
Desde los primeros días de haber asumido la responsabilidad de la Conanp he hecho recorridos por las distintas áreas y me encontré con una institución muy transformada en comparación a los primeros años de su creación: el personal y las áreas se ampliaron porque el territorio de conservación creció; el personal de la Conanp es absolutamente profesional. Hablamos de un equipo multidisciplinario con una vocación de servicio absoluto y una ética profesional intachable, son muy echados para adelante, con un alto sentido de identidad.
El balance inicial revela una institución con fortalezas sustantivas por la importancia que se le ha dado a las áreas naturales protegidas y a las comunidades. Antes del 2018, los programas de manejo no eran elaborados por la Conanp, la conservación estaba desvinculada del bienestar social. En el sexenio pasado se comenzó a consultar a las comunidades indígenas para la emisión de los nuevos decretos de áreas naturales protegidas y programas de manejo. Claro, como toda institución presenta áreas de oportunidad, como la emisión y actualización de los programas de manejo, y el objetivo de la meta 30x30 (proteger 30% del territorio mexicano para el año 2030).
El trabajo diario del personal técnico y operativo ha permitido que, en contextos de austeridad, la labor de conservación de la biodiversidad en México se mantenga como un referente nacional e internacional. Además, la Conanp tuvo un incremento presupuestal para este 2025 de cerca del 15%, que esperemos siga así durante el sexenio, porque los servicios ambientales de agua, aire, suelo, recursos naturales y biodiversidad son enormes y benefician directamente la economía nacional. A este incremento se suman los financiamientos internacionales consolidados de tiempo atrás. Y, con la articulación estratégica en el cobro de derechos, y los acuerdos interinstitucionales, se fortalecerá la conservación y a las personas ecoguardas de la conservación. Queremos llamarles ecoguardas, en lugar de guardaparques, porque el personal hace actividades de vigilancia y monitoreo en distintos tipos de áreas protegidas, y no sólo en los parques nacionales.
La Conanp busca mejorar su capacidad operativa, su presencia en territorio y su vínculo con las comunidades. La conservación de la biodiversidad requiere estructuras funcionales, personal capacitado y una gestión cercana a las realidades locales. Nuestro compromiso es avanzar con seriedad, eficiencia y un enfoque técnico para responder a los retos actuales y construir una base sólida para el futuro.
Por eso, en estos seis meses ha sido fundamental el contacto directo con el personal y las comunidades, la escucha, el diálogo. Uno de mis objetivos es consolidar una distribución más equitativa y eficiente del personal, donde al menos el 90% esté vinculado directamente a procesos de conservación en territorio. Estamos dignificando las condiciones laborales del personal de la Conanp con una organización más eficaz para pasar, por ejemplo, de 9 regiones a 11 regiones (una dedicada exclusivamente a las áreas naturales protegidas marinas), mediante la descentralización voluntaria del personal, así como la contratación de más y mejor personal con equidad de género. La descentralización voluntaria implica que personal técnico de oficinas centrales (Ciudad de México) se sume al trabajo técnico de las áreas naturales protegidas en las otras regiones del país.
Bajo una visión de “conservación humanista”, que pone al centro a las comunidades y a las personas cuidadoras del medio ambiente, consolidaremos una política pública ambiental centrada en las personas, en la bioculturalidad y en el papel clave de las comunidades como aliadas estratégicas para la conservación y para lograr la meta 30x30 para el 2030: proteger 30% de área terrestre y marina del país.
Las áreas naturales protegidas son las herramientas más efectivas para conservar la biodiversidad y enfrentar los efectos del cambio climático, pero hay que dotarlas de programas de manejo y los recursos institucionales, financieros y humanos para que no se conviertan en parques de papel. La Conanp administra 232 áreas naturales protegidas federales (pero sólo 132 tienen programa de manejo) y apoya 602 áreas destinadas voluntariamente a la conservación, que juntas representan casi 100 millones de hectáreas. ¿Ve un papel para el sector empresarial y la sociedad en el cuidado y manejo de las áreas naturales protegidas de México? ¿Cuál sería su mensaje para ellos?
Las áreas naturales protegidas son, sin duda, una de las estrategias más eficaces para conservar la biodiversidad, garantizar servicios ecosistémicos esenciales y fortalecer la resiliencia frente al cambio climático. Su efectividad depende de herramientas de gestión sólidas: de alianzas con las comunidades, con instituciones nacionales e internacionales que promuevan una cultura de la conservación, que logre para las comunidades un mayor bienestar y mejores medios de subsistencia derivados del cuidado de la naturaleza.
Dentro de estas herramientas de gestión, la emisión y actualización de los programas de manejo son centrales. Entre programas nuevos, actualizados o modificados, la meta es que todas las áreas naturales protegidas cuenten con su programa de manejo. Para que un programa de manejo pueda publicarse en el Diario Oficial de la Federación, se pasa previamente por una consulta pública: en las últimas semanas el equipo ha estado trabajando en nueve consultas, ya hay publicados cinco programas de manejo y se irán sumando más paulatinamente.
Sobre el papel específico del sector empresarial y de la sociedad en el cuidado de las áreas naturales protegidas, un ejemplo claro de lo que buscamos está en la 65 sesión (extraordinaria) del Consejo Nacional de Áreas Naturales Protegidas, en donde nos acompañó la secretaria Alicia Bárcena. El Consejo, espacio de consulta para la secretaria, está constituido actualmente por personas de las comunidades indígenas, cooperativas pesqueras y artesanas, por personas de la academia expertas en temas ambientales, y por integrantes del sector empresarial. La diversidad en ese consejo permite contar con opiniones más informadas y complementarias sobre temas importantes, que ayude a la toma de decisiones fundamentadas, siempre en apego a la ley y en pro de la conservación y las comunidades.
Hay que establecer alianzas estratégicas en las que se reconozca el valor de los recursos naturales para la economía nacional, como parte de la prosperidad compartida que impulsa nuestra presidenta para el desarrollo sostenible y el bienestar colectivo. Aquí, las empresas pueden adoptar enfoques de responsabilidad ambiental corporativa, contribuir al financiamiento de acciones de conservación, implementar medidas de compensación ambiental basadas en áreas naturales protegidas y fomentar cadenas de valor sostenibles con comunidades locales.
Durante el mandato del expresidente López Obrador, el proyecto ferroviario “Tren Maya” atravesó 1,500 km de algunas de las selvas más diversas de México, incluyendo sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y Reservas de la Biosfera. A pesar de la promesa que no se talaría “ni un solo árbol”, según Fonatur, entre 2019 y 2023, más de 7.2 millones de árboles fueron “removidos y/o afectados” en la construcción de este proyecto, para el que también se expropiaron tierras de comunidades indígenas y se destruyeron decenas de cavernas, cenotes y vestigios arqueológicos mayas. ¿Cuál es su punto de vista sobre este proyecto y cuál será el papel de la Conanp en enfrentar sus impactos actuales y futuros?
El Tren Maya fue diseñado para impulsar el crecimiento económico y turístico del sureste, en beneficio de las comunidades. En el sexenio pasado se decretaron en la región áreas naturales protegidas, como el Área de Protección de Flora y Fauna Jaguar; se conformó la Región Gran Calakmul y se creó el Área de Protección de Flora y Fauna Felipe Carrillo Puerto, importante para la restauración de un sitio afectado por las actividades humanas.
En este momento se está poniendo en marcha un plan de restauración integral que impiden el paso de fauna, en los cuales la Conanp participará en coordinación con las dependencias del sector y la administración pública. La restauración integral, encabezada por la subsecretaria de Biodiversidad y Restauración de la Semarnat, contempla: la restauración de los ecosistemas, reforestación, y especialmente mejorar los pasos de fauna e instrumentar compensaciones por cambio de uso de suelo, restauración de manglares, turismo comunitario y la eliminación de mallas que obstruyen el paso de fauna. De manera específica, la Conanp buscará declarar área natural protegida el Sistema de Cavernas y Cenotes en Quintana Roo, que cuenta con 461 hectáreas y contiene 2,241 cenotes.
Se dice que el compromiso de un país con sus recursos naturales y las nuevas generaciones se puede medir en cómo cuida sus áreas naturales protegidas. ¿Cuáles son los tres desafíos principales que enfrenta hoy la Conanp y cuáles son sus tres prioridades principales como Comisionado durante este sexenio?
Uno de los desafíos y prioridades de la Conanp es cumplir sus metas en el Plan Nacional de Desarrollo, el programa sectorial y el programa de la Conanp, y lograr la meta del 30x30. Para lograr esta meta mundial, de la que forma parte México, necesitamos salirnos de la caja, pensar en nuevas estrategias para impulsar la conservación: queremos reconocer como categorías a las Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas, como los corredores biológicos terrestres y marinos, regiones bioculturales, espacios privados de conservación, bosques certificados y los Territorios de Conservación Comunitaria (actualmente Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación).
Al mismo tiempo, dentro de nuestras prioridades está llegar al 100% de los programas de manejo, al tiempo que, junto con las comunidades establecemos nuevas áreas naturales protegidas. Esto que llamamos conservación con rostro humano implica capacitar a los ecoguardas, dignificarlos, dotarles de mayor infraestructura para que puedan realizar sus actividades diarias con más facilidad, y de manera paralela aprendemos de las comunidades sus estrategias de conservación.
Junto con la Secretaría de Turismo estamos desarrollando una nueva visión del turismo: el turismo comunitario. Muchas personas no lo saben, pero a diferencia de las áreas naturales protegidas en otros países, en las de México se pueden realizar distintos tipos de actividades sostenibles si el programa de manejo lo permite: de las 232 áreas naturales protegidas, 111 tiene vocación turística. En esas actividades existe un gran potencial para las comunidades, para la Conanp, para la conservación.
Aunque la Conanp es la responsable de implementar medidas federales de conservación, la justicia ambiental es una responsabilidad compartida entre comunidades, academia, organizaciones de la sociedad civil, el sector privado. Juntos podemos hacer la diferencia.

Comisionado, a lo largo de su trayectoria profesional como funcionario público, ambientalista y articulista, usted ha sido una voz crítica del desempeño o la falta de compromiso con el medio ambiente de pasadas administraciones–en particular, las de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. ¿Podría abundar en algunos de los temas/asuntos principales en donde el desempeño ambiental de la pasada administración no fue el esperado o en donde pudo haber sido mejor?
En administraciones pasadas no se promovía una visión humanista de la conservación. Este enfoque pone en el centro a las comunidades y al personal de la Conanp, buscando establecer programas de manejo y la creación de nuevas áreas naturales protegidas mediante procesos participativos. Es decir, cuidar a los cuidadores de la naturaleza, reconociendo su experiencia, su trabajo y su derecho a ser parte de las decisiones sobre sus territorios. No me gusta opinar del pasado, sino hacer frente al futuro, a eso voy a dedicar mi energía, talento y experiencia los años que la secretaria Alicia Bárcenas y la presidenta de México Claudia Sheinbaum y el escrutinio público y el pueblo mexicano me lo permitan.