Una IA tonta es un riesgo mayor que una IA fuerte


VentureBeat

El miércoles 30 de julio, Mark Zuckerberg, CEO de Meta Platforms, a través de un video publicado en su cuenta en Instagram, anunció el gran proyecto en el cual involucrará a su corporativo en los próximos años: el desarrollo de la Superinteligencia Personal, “diseñada para estar al alcance de la población mundial”.

Meta Platforms y Mark Zuckerberg pretenden asumir el liderazgo en el desarrollo de la Superinteligencia Personal y, esa no precisamente es una buena noticia.

Meta Platforms ha invertido miles de millones de dólares en el desarrollo de la Superinteligencia Personal, destacando una inversión de $14.3B en Scale AI, y la contratación de quien venía desempeñándose como su CEO, Alexandr Wang, quien ahora es el director de Meta Superintelligence Labs.

El anuncio relativo a la creación de Meta Superintelligence Labs, el proyecto con el cual Meta Platforms se ha propuesto revolucionar la manera en que nos relacionamos con la inteligencia artificial, de facto representa el tácito reconocimiento del fracaso de Meta, el metaverso de Zuckerberg.

En el marco del evento Connect 2021, celebrado el 28 de octubre de 2021, Mark Zuckerberg dio a conocer dos importantes anuncios: el nuevo nombre de su corporativo: Meta Platforms, y el desarrollo de Meta, su metaverso, el cual, afirmó, sería el principal proyecto de Meta Platforms.

Zuckerberg destacó entonces que, al finalizar la presente década, su metaverso habría alcanzado un peso económico que estimó en miles de millones de dólares.

El nombre de Facebook —argumentó entonces— estaba estrechamente asociado con las redes sociodigitales, y la era de las redes sociodigitales había quedado atrás.

Según Zuckerberg, gracias a Meta, transitaríamos a la edad del metaverso, el cual consideraba como una especie de internet inmersiva.

Zuckerberg no precisamente proponía a su metaverso como una tecnología destinada a mejorar internet. Entendía a su metaverso como un ambiente tecnológico que daría lugar a una nueva forma de vida económica, social y cultural.

Con base en tales argumentos, Zuckerberg explicó la pertinencia del nuevo nombre que había adoptado su corporativo: Meta Platforms.

Hoy podemos constatar que, haber cambiado el nombre de su corporativo y realizar la abrupta presentación de Meta, fueron maniobras implementadas para desviar la atención de las delicadas revelaciones de Frances Haugen, la “garganta profunda” en Facebook, quien en septiembre de 2021 filtró miles de documentos internos de Facebook a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos y al diario The Wall Street Journal.

Durante septiembre de 2021, el referido diario publicó un reportaje especial “The Facebook Files” —en castellano: El Expediente Facebook—, el cual comprendió nueve informes.

El fundamento informativo del Expediente Facebook precisamente fueron los documentos internos que Haugen extrajo de Facebook.

En el libro La verdad sobre Facebook (2023), Haugen afirma haber extraído 22.000 páginas de documentos internos de Facebook. Los documentos filtrados por Haugen ofrecieron detallada información sobre una extensa variedad de asuntos incómodos para Mark Zuckeberg.

Zuckerberg —señaló Haugen— simula asumir elevados compromisos sociales. Sin embargo, su verdadero interés es ganar más dinero y extender su capacidad de influencia.

El 3 de octubre de 2021 fue transmitida una entrevista que Haugen concedió al programa 60 minutos. Hasta ese día, el público desconocía la identidad de la garganta profunda de Facebook, responsable de las detalladas filtraciones.

El 4 de octubre, se registró el apagón de Facebook. La capitalización de mercado del imperio virtual de Zuckerberg se redujo en 6 mil millones de dólares. Haugen había conseguido sacudir al imperio Zuckerberg.

A pesar de las considerables sumas de dinero que Zuckerberg invirtió en el desarrollo de Meta, su metaverso sencillamente no despegó. La introducción de ChatGPT —el 30 de noviembre de 2022— alteró radicalmente las prioridades en el imaginario de los negocios en Sillicon Valley. Zuckerberg tardó en comprenderlo y también demoró en reaccionar.

En sus inicios, Facebook consiguió relegar a un segundo plano a competidores como MySpace y Friendster. En 2012 compró a Instagram por 1.000 millones de dólares. Dos años después, Facebook compró WhatsApp por 19.000 millones de dólares.

Mark Zuckerberg no precisamente es un innovador. Es un depredador que se vale de su inmensa fortuna para anular, desplazar o asimilar a potenciales competidores.

Al explicar las bondades de la Superinteligencia Personal, el CEO de Meta Platforms asume el rol de profeta y tecnoredentor. Su misión es definir el rumbo:

“Por muy profunda que sea la abundancia que la IA pueda producir algún día, es probable que un impacto aún más significativo en nuestras vidas provenga de que todos tengamos una superinteligencia personal que nos ayude a alcanzar nuestras metas, crear lo que deseamos ver en el mundo, vivir cualquier aventura, ser mejores amigos con nuestros seres queridos y crecer hasta convertirnos en la persona que aspiramos a ser. La visión de Meta es brindar superinteligencia personal a todos. Creemos en poner este poder en manos de las personas para que lo dirijan hacia lo que valoran en sus propias vidas”.

Para Zuckerberg, la Superinteligencia Personal en realidad representa una nueva área de oportunidades, un nuevo territorio de negocios en la batalla por la dominación mundial —propósito que con anticipación advirtieron y destacaron las periodistas Sheera Frenkel y Cecilia Kang en el libro Manipulados. La batalla de Facebook por la dominación mundial (2021)—.

“Meta cree firmemente en construir una superinteligencia personal que empodere a todos. Contamos con los recursos y la experiencia para construir la enorme infraestructura necesaria, así como con la capacidad y la voluntad de ofrecer nueva tecnología a miles de millones de personas a través de nuestros productos. Me entusiasma centrar los esfuerzos de Meta en construir este futuro".

La Superinteligencia Personal efectivamente anticipa profundos cambios en el ecosistema de la información.

El CEO de Meta Platforms ni siquiera parece dispuesto a corregir los graves efectos que se desprenden de los algoritmos que soportan sus redes sociodigitales, cuando ya se ha involucrado en el desarrollo de la superinteligencia personal.

Hace unos días, OpenAI dio a conocer el modo de estudio en ChatGPT: “una experiencia de aprendizaje que te ayuda a resolver problemas paso a paso, en lugar de limitarse a darte una respuesta”.

La posible evolución del modo de estudio en ChatGPT representa una alternativa viable para evitar que Zuckerberg colonice un nuevo territorio: la Superinteligencia Personal.

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