A finales del mes de febrero salió a la venta la edición en castellano de "Código Fuente. Los inicios", el quinto libro de Bill Gates y el primer volumen de la trilogía autobiográfica que ha anunciado.

En 300 páginas Bill Gates ofrece interesantes pormenores y anécdotas de sus primeros 25 años de vida, hasta el inicio de Microsoft. Más allá de la interesante historia de vida, el documento en cuestión aporta información relevante sobre la historia de la computación, desde una de las fuentes más autorizadas para hablar del tema.

Bill Gates, el forjador del imperio Microsoft, nació el 28 de octubre de 1955, en Seattle, la ciudad más grande en el estado de Washington, donde hoy precisamente se ubican las oficinas centrales de Microsoft, Amazon, así como gran parte de la inteligencia artificial de Google.

Seattle se localiza a unos 155 kilómetros al sur de la frontera de Estados Unidos con Canadá. Su área metropolitana se extiende a las ciudades de Tacoma y Bellevue y, es la más poblada en el Noroeste del Pacífico, y la 15ava más poblada en la Unión Americana.

La ciudad dispone de una de las mejores ofertas académicas, económica y culturales en Estados Unidos.

En Seattle, por ejemplo, se localiza el museo Experience Music Project, dedicado al famoso guitarrista Jimy Hendrix, quien precisamente nació en Seattle, el 27 de noviembre de 1942.

Paul Allen, cofundador de Microsoft —y guitarrista—, fue devoto admirador de Hendrix, y por tal motivo aportó la mayor parte de los fondos necesarios para la creación del museo. Allen además fue dueño de los Halcones Marinos de Seattle, equipo de fútbol americano, así como del equipo de basketball Portland Trail Blazers.

La infancia de Bill Gates transcurrió en Seattle. Su familia no solo era acaudalada, además, reconoce Bill, era ambiciosa. Su padre —William H. Gates Sr—, se desempeñaba como un exitoso abogado, y Mary, su madre, era una destacada profesora, y llegó a ser rectora en la Universidad de Washington, así como directora del First Interstate Bank. La educación era tema prioritario en la familia Gates.

En los primeros capítulos del libro, Gates destaca el ejemplo y las enseñanzas de su abuela materna —a quien llamaba Gami—, quien le introdujo en los juegos de cartas.

Gami estimuló un espíritu de competencia y de frecuentes desafíos entre Bill y Kristi, la hermana de Bill, dos años mayor. Los hermanos competían en todo, desde los juegos de mesa hasta ejercicios matemáticos.

Gracias a las enseñanzas de la abuela en los juegos de cartas, Bill adquirió particular interés por los sistemas de datos y la estrategia.

Si infancia es destino —como afirmó Freud—, la niñez de Bill Gates parece confirmar la referida aseveración freudiana. A los ocho años acumuló varios cientos de dólares como resultado de la venta de nueces en una campaña destinada a recaudar fondos para los boy scouts.

La repentina muerte de su mejor amigo le marcó. A los 9 años, conocedor de su inteligencia, adoptó las conductas de un adulto precoz. Su comportamiento se tornó arrogante y desafiante. Sus padres no dudaron en remitirlo a terapias orientadas a mejorar su temperamento.

La relación familiar fue compleja. Un padre que le educó a partir del ejemplo, una madre exigente, quien siempre le estimulaba a ofrecer más. No obstante, Gates reconoce experimentar cierta ingratitud mostrada a sus padres. En sus palabras hay una buena dosis de remordimiento.

Después de concluir la primaria en un colegio público, sus padres optaron por cambiarle a una escuela privada, Lakeside Scholl.

La institución, considerada como una secundaria de élite, ya contaba con computadoras en el año de 1968. Gracias a la avanzada infraestructura de la escuela, Gates pudo desarrollar particular interés por la informática.

Para mejorar sus relaciones sociales, Gates decidió actuar en una obra de teatro escolar, la cual —así pensó— representaba una estupenda oportunidad para poder relacionarse con las chicas populares en el colegio; sin embargo, alguna compañera le rechazó como pareja en el baile de graduación. Le resultó doloroso.

En ocasiones, la historia parece repetirse. En 2003, Mark Zuckerberg vivió una experiencia similar a la que Gates vivió en sus días en la secundaria. Por cierto, ambos estudiaron en Harvard.

Erica Albright, novia de Zuckerberg en Harvard, decidió terminar su relación con Mark, quien entonces contaba con 19 años. Abrumado por la melancolía, Zuckerberg se emborrachó y, gracias a las musas del alcohol dedicó la noche a programar, y del desvelo derivó una página web llamada FaceMash, la red sociodigital que antecedió a The Facebook.

Tanto Gates como Zuckerberg comprendieron que su éxito no precisamente derivaría de sus respectivas habilidades como latín lovers, sino de sus cualidades como programadores.

En Lakeside Scholl, Bill Gates descubrió su fascinación por la programación. Con algunos compañeros formó el Lakeside Programming Group. Gates era capaz de mantenerse 36 horas sin dormir, dedicado a sus estudios y a tareas de programación.

En Lakeside Scholl, Gates conoció a Paul Allen, quien era dos años mayor. Allen le acompañaría en la aventura que representó fundar Microsoft.

Cuando Gates tenía 19 años y Allen 21, ambos crearon la primera versión del lenguaje informático BASIC, el cual funcionaba en un microordenador.

Gates —ya un auténtico depredador—, primero consiguió que Allen aceptará 40 por ciento de la empresa mientras Bill se despachaba adueñándose del 60 por ciento. No conforme con ello, el ajuste final fue establecido en 64-36.

En su biografía —Idea Man—, Allen, quien falleció a los 65 años, no sin cierta ironía refiere que él era hijo de bibliotecarios mientras que Gates era hijo de un abogado.

Allen, el místico y el bohemio, introdujo a Bill en el consumo del alcohol y el LSD.

La sombra de Allen además aparece en el arresto que experimentó Gates en noviembre de 1977, en Alburquerque, cuando fue detenido por la policía por conducir de manera imprudente.

Gates pasó esa noche en los separos pues no llevaba consigo su licencia para conducir. Sin embargo, esa no fue la única ocasión en la que Bill Gates fue detenido por incurrir en similares infracciones.

Gates revela que el primer cliente de Microsoft fue MITS, y la relación con Microsoft terminó en litigio.

Un noble rasgo de humanidad aparece en el feroz depredador cuando se refiere a sus maestros, reconociendo que, al menos cinco o seis profesores vieron una chispa en él “y se interesaron de verdad por mí”. Sus profesores le transmitieron confianza, seguridad.

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