La importancia de la cooperación y la educación, la suma de esfuerzos que hace que una comunidad sea capaz de enfrentar retos y que cada una y uno pueda vivir y convivir de manera armoniosa, sin dejar a nadie atrás, con el fin de unir las manos en los momentos más críticos, las aprendí y las viví desde la adolescencia al ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de México, primero en el Colegio de Ciencias y Humanidades, Naucalpan.

En un país tan vasto y diverso como nuestro México confluyen múltiples realidades e identidades. La UNAM es un fractal de la república; ahí convivimos todos: quienes se criaron en el desierto de Chihuahua, en los llanos de Hidalgo o en la Selva Lacandona, y quienes crecimos bajo el sol de la Costa Grande de Guerrero.

La Universidad nos ha formado como profesionales críticos y comprometidos a contribuir en el desarrollo de nuestras comunidades y de toda la sociedad. A través de ella se hilvanan los sueños de miles de jóvenes. La educación que nos ofrece la UNAM no es sólo académica: nos prepara para la vida, fortalece identidades y cultura, al mismo tiempo que nos abre puertas para insertarnos en un mundo cada vez más cambiante.

Como orgullosa egresada de la Universidad de la Nación, primero del CCH y posteriormente de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, comprendí que la colaboración va más allá del trabajo en conjunto. Ella implica el reconocimiento de nuestra igualdad como sujetos de derechos y de la diferencia de nuestras condiciones.

Muestra de este espíritu universitario de cooperación es la Fundación UNAM, cuya labor durante más de 30 años ha permitido que miles de mujeres y hombres puedan hacer realidad sus sueños. En ella se entrelazan el compromiso de quienes reconocen su papel como agentes del cambio y el anhelo de quienes ven en el estudio una forma de desarrollarse como personas.

Hacer posible lo imposible es una tarea colectiva cuyo objetivo es ayudar a que todas y todos tengan las mismas oportunidades, y combatir las terribles realidades que privan a nuestro país del talento y capacidades de sus hijas e hijos. Apoyar la docencia, la investigación científica y la difusión cultural es, como lo dice la propia Fundación UNAM, solidarizarnos todas y todos.

Por ello aprovecho este espacio para hacer un llamado y sumar esfuerzos como egresadas y egresados de la Universidad, que nos brindó las herramientas para crecer, para aportar a la sociedad como siempre lo anhelamos, con el espíritu lleno de gratitud, el mismo que me hace hablar con orgullo de nuestra Alma Mater en cualquier sitio donde me halle, a lo largo y ancho del mundo. Hoy, a través de la Fundación UNAM, tenemos la oportunidad de colaborar para que quienes están buscando oportunidades, las encuentren. Hagamos que los objetivos por alcanzar sean posibles.

Consejera electoral del Instituto Nacional Electoral

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