Desde hace tiempo, una de las tareas pendientes de los gobiernos ha sido la de la infraestructura deportiva.

Cuando nos referimos al Gobierno de México, no solamente quiere decir el federal, sino que se necesita que todos los niveles realmente trabajen en esas instalaciones, su administración y mantenimiento eficientes para que sean realmente útiles a nuestros atletas y a la sociedad en general.

¿Por qué digo esto? Lo digo porque lo vivo. Me da mucha tristeza, mucho coraje que se haga infraestructura con un fin de gastar presupuesto, pero nunca pensando en que lo que invertiste para esas instalaciones, realmente tenga un fin específico.

Por supuesto que no podemos generalizar, ya que hay instalaciones deportivas en el país que son bien manejadas y trabajan de gran manera; sin embargo, hay muchas otras, y conozco muchas acuáticas, que son una pena.

Tan sencillo que es planear a partir de la pregunta: ¿Cómo lo vas a administrar?, pero muy pocas veces se hace para los espacios públicos. Pero así es como funciona en el ámbito privado. Los empresarios deportivos saben bien de la importancia de tener sus instalaciones en las mejores condiciones y en mejoras constantes para dar una buena experiencia a sus usuarios y evitar que el negocio se venga abajo.

En el área gubernamental tal parece que no se entiende que esa infraestructura puede perdurar años, siempre y cuando se administre en una forma correcta. Que con lo que ingresa de cuotas se pueda mantener y dar ese servicio para el cual fue ideado hacerlo.

Veo que buena parte de la infraestructura en el país está prácticamente en ruinas y, pese a ello, los gobernantes actuales siguen haciendo nuevas instalaciones, cuando bien podrían ocuparse de levantar y hacer que funcionen correctamente las que ya se tienen.

Hay instalaciones subutilizadas que se han convertido en elefantes blancos, aunque sería muy fácil buscar la forma de rehabilitar y echarlo a andar de nuevo.

Quiero poner varios ejemplos: Ustedes creen que no me duele en el alma ver lo que se hizo con un concepto impresionante como el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento, que con la mano en la cintura y de un plumazo eliminaron las clases de primaria, secundaria y preparatoria que se impartían ahí, supuestamente por el costo que representaban, cuando este puede ser un espacio autofinanciable.

¿Cómo? En horarios que no se utilizan para el alto rendimiento, lo puedes abrir como un club para las futuras promesas del deporte. Me da vergüenza que se haya quitado esa valiosa aportación con la que se realizaba una formación integral de los deportistas.

Y tenemos más ejemplos, como el Centro Acuático Edomex, para el que se invirtieron más de 400 millones de pesos en el periodo de Alfredo del Mazo en Toluca, pero que no funciona al cien por ciento. La alberca Olímpica funciona, pero la fosa de clavados, que es una belleza de 25 metros de largo por 25 de ancho, no se usa por falta de gas. La alberca está concesionada a particulares y tiene miles de alumnos, por lo que con lo que ingresa de cuotas, bien podría operar toda la instalación sin ningún problema.

En la época de las Olimpiadas Nacionales, en Torreón había una fundación que manejaba un parque que se renovó y que tenía alberca olímpica, fosa de clavados, pero no funcionaba. Ahorita está como antes, se volvió a perder.

Ahora se está hablando de que va a construir mucha infraestructura social, pero antes de que hagan eso, deben hacer un análisis de cuántas instalaciones existen y no se pueden usar por falta de mantenimiento, por falta de un trabajo de intendencia inteligente.

La frustración es porque habiendo grandes instalaciones públicas de todo el país, para el gobernador, dirigente, presidente municipal, siempre será más fácil abrir presupuesto para construir algo “nuevo”, que para hacer que las cosas que se tienen trabajen correctamente.

Además, tenemos muchos pillos que se dicen empresarios y que se meten en las alcaldías, en los municipios, en los diferentes estados, a que les concesionen la instalación. Conozco personajes que manejan instalaciones deportivas sin pagar agua, luz, gas, y las explotan con ganancias impresionantes, pero como están coludidos con la autoridad, no pasa nada.

La presidenta Claudia Sheinbaum y su equipo de trabajo deberían echarse un clavado en lo que está pasando en infraestructura deportiva, para que la juventud de México no tenga que hacer un esfuerzo de pagar instalaciones privadas porque no encuentra un eco en las instalaciones públicas existentes. Es tiempo de enmendar todo lo que no se ha hecho.

Profesor

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