Siempre he pensado que la falta de capacitación a los entrenadores mexicanos es uno de los pecados más importantes de las autoridades en el país.

Hace falta tener escuelas en las cuales puedan capacitar a entrenadores para alto rendimiento. En México, no ha habido una profesionalización en este sentido, y hasta debo reconocer que he sido parte del problema, porque estuve en la Conade y no resolví algo tan importante como es lograr que los entrenadores tengan una carrera.

No hablo sólo de actividades acuáticas, sino de todas las disciplinas. Tener un entrenador profesional para los diferentes deportes es vital. Muchos pensarán que es culpa de los propios entrenadores, que no buscan la forma de capacitarse, pero también es del sistema.

Por eso es que mejorar lo que se hace en las escuelas para desarrollar técnicos es una asignación pendiente que tiene el Gobierno desde los Juegos Olímpicos de 1968.

En esos Juegos, México tuvo un resultado impresionante, con tres oros, tres platas y tres bronces. Algo que no hemos podido repetir.

Es triste darse cuenta que la Escuela Nacional de Educación Física no ha avanzado. Tuve la fortuna de estudiar ahí y aprendí principios de juegos, enseñar a jugar a los niños, a los estudiantes, pero nada que valiera la pena para ser un líder en el entrenamiento deportivo.

También tenemos la Escuela Nacional de Entrenadores, fundada por la Conade, pero da la impresión de que no se aprovecha.

El deporte mexicano necesita un proyecto para capacitar y desarrollar a los mejores entrenadores, que —a su vez— harán a los mejores deportistas y podrán avanzar.

En natación, los chicos cambian continuamente de entrenador, porque no los convencen. Eso no sirve de mucho.

Es gravísimo que las autoridades deportivas de México no se preocupen por tener verdaderos profesionales impartiendo las cátedras para la formación de entrenadores. Desde ahí empieza todo. Si no tenemos a la gente adecuada para instruir a nuestros futuros entrenadores, nunca vamos a progresar.

Existen las dos escuelas que ya mencionamos y también tenemos otras de educación física en algunos estados de la República. Hay licenciaturas para entrenamiento deportivo en varios lugares, pero ninguno ha podido resolver la problemática de cómo preparar a un entrenador profesional.

Por esta razón, nuestra empresa se ha preocupado por darles una actualización de conocimiento permanentemente, sin olvidar que —para resolver el problema del entrenador mexicano— se requiere que sean profesionales desde su misma formación.

Siempre estará el ejemplo de México 1968, cuando los organizadores decidieron traer a los mejores entrenadores de varios deportes y se hizo historia.

Hoy, lo más fácil será volver a traer gente de otros países, pero lo que realmente se requiere es que produzcamos a nuestros entrenadores y técnicos en casa.

Mientras no tengamos entrenadores de calidad, muy difícilmente podremos tener deportistas de calidad.

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