Este año festejamos el aniversario número 114 de la Revolución Mexicana y siempre recordamos a sus personajes, los sitios de algunas batallas y los momentos más importantes de este movimiento: la primera guerra civil del siglo XX; sin embargo, hemos olvidado las distintas facciones que conformaron este movimiento social.
En esta entrega de Mochilazo en el Tiempo, describimos al menos nueve de estas facciones que a pesar de tener distintos liderazgos, todas perseguían un mismo fin: la justicia, el antirreeleccionismo y el justo reparto agrario.
La facciones Revolucionarias eran fuerzas opuestas al viejo régimen porfiriano, la mayoría se derivó del maderismo, salvo el Partido Liberal Mexicano, mejor conocido como magonismo y que nunca estuvo afiliado al antirreeleccionismo.
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Se caracterizan por ser grupos con idearios variados como el anarquismo, agrarismo, liberalismo democrático, lucha por los derechos de los obreros o simplemente grupos locales rebeldes que iban creando cacicazgos revolucionarios.
Los Arenistas. Liderados por los hermanos Domingo y Cirilo Arenas, junto con los caudillos Santos Hernández, Mariano Rayón, José Sabino Díaz y Tranquilino García, quienes operaron en la región de Tlahuapan, Puebla, y en el estado de Tlaxcala.
Cirilo y Domingo Arenas militaron en las filas antirreeleccionistas y se convirtieron en los maderistas más influyentes de Tlaxcala. El arenismo fue un movimiento agrarista, de un tamaño muy menor, que oscilaba en alianzas con fuerzas revolucionarias mayores.
Primero se aliaron con los maderistas, pero más tarde se incorporaron al plan de Ayala del zapatismo. Luego lucharon contra el gobierno de Huerta reconociendo la primera jefatura de Carranza.
Tomaron la capital de Tlaxcala el 20 de agosto de 1914 y repartieron las tierras de las zonas bajo su control. Durante la Convención de Aguascalientes rompieron con Carranza para luego, en 1916, volver a aliarse con él.
El arenismo repartió tierras en Puebla y Tlaxcala a una escala mayor que los zapatistas. Los arenistas fundaron varias colonias agrícolas: 8 en Tlaxcala y 11 en Puebla, en las zonas de Atlixco, Huejotzingo, Tlahuapan y San Matías Tlalancaleca.
Estos repartos fueron reconocidos por los carrancistas y por reconocer a Carranza entraron en conflicto con el zapatismo, con quienes tenían continuas escaramuzas.
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El 11 de junio de 1917 Domingo Arenas inició negociaciones con los zapatistas Gildardo Magaña Cerda y Fortino Ayaquica Rangel en San Pedro Coaco, Puebla, a quienes les pidió que se rindieran al gobierno de Carranza, lo que provocó un incidente armado en el que Domingo Arenas perdió la vida.
En venganza, su hermano Cirilo Arenas continúo combatiendo a los zapatistas. En 1918 se levantó en armas contra el carrancismo, pero fue derrotado, cayo prisionero y fue fusilado en Puebla el 3 de marzo de 1920.
Los Chavistas, Altamiranistas y Cintoristas. Estaban comandados por José Inés García Chávez, quien en abril de 1911 se había incorporado a filas maderistas combatiendo bajo el mando del General Gertrudis Sánchez y luego de Joaquín Amaro.
Al Chavismo se le unieron otros grupos liderados por Jesús Cintora y José Altamirano. Esta facción desapareció con la muerte de su líder José Inés García Chávez, a causa de influenza, el 11 de noviembre de 1918.
Felicistas (Ejército Reorganizador Nacional) y Aguilaristas. Fue el movimiento encabezado por Félix Díaz, (sobrino de Porfirio Díaz, tras regresar al país en 1916), por Gaudencio de la Llave e Higinio Aguilar.
El 23 de febrero de 1916 lanzaron el Plan Felicista de Tierra Colorada, con el cual buscaban el restablecimiento del orden y la reorganización de los poderes e instituciones, bajo las normas legales que estaban en vigor el 10 de octubre de 1913, fecha en que Huerta disolvió el Congreso de la Unión.
El plan ofrecía medidas para resolver el problema agrario como la restitución de tierras a campesinos despojados, expropiación de latifundios, reparto de tierras, el respeto de los intereses extranjeros y convocar a nuevas elecciones.
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Los felicistas operaron como una guerrilla contrarrevolucionaria de 1916 a 1920, pero con poco éxito. Muchos de sus aliados como Higinio Aguilar reconocieron el Plan de Agua Prieta por lo que Félix Díaz volvió al exilio y su movimiento desapareció.
Las tropas aguilaristas eran federales que habían desconocido la firma de los Tratados de Teoloyucan, por lo que seguían atacando trenes y algunas veces combatían aliados con los zapatistas.
Torrecistas-Cedillistas. Operaron en la frontera de Tamaulipas, Nuevo León y San Luis Potosí. Alberto Carrera Torres fue opositor al régimen Díaz y no tardó en incorporarse a la revolución maderista, pero su tendencia popular llevó a que la élite de la región y los maderistas lo desplazaran, por lo que se levantó en armas contra Madero junto con los hermanos Saturnino, Cleofás, y Magdaleno Cedillo, en 1912, en San Luis Potosí.
Su lucha se prolongó contra el régimen de Huerta y sus fuerzas se adhirieron al ejército del noreste como su sexta división, pero tuvo una enorme autonomía.
El 4 de marzo de 1913 expidieron la Ley Ejecutiva de Reparto de Tierras, primer ordenamiento en materia agraria del país. Al ser derrotado Huerta optaron por unirse a los convencionistas.
Alberto Carrera Torres fue derrotado por el General Luis Caballero, fue capturado y fusilado el 16 de febrero de 1917. Los Cedillo continuaron combatiendo a Carranza y participaron en la batalla del Ébano, donde murió Cleofás Cedillo.
En octubre de 1917 los Cedillo fueron desalojados por el General Manuel M. Diéguez de Ciudad del Maíz, San Luis Potosí. Continuaron contra Carranza hasta que en 1920 Saturnio Cedillo se unió al Plan de Agua Prieta.
Saturnino Cedillo fundó colonias militares, apoyó a los sonorenses en diversas rebeliones y murió en combate tras levantarse en armas contra Cárdenas.
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El mapachismo fue un movimiento armado financiado por las elites chiapanecas para contener el avance carrancista en la entidad. Los mapachistas fueron liderados por el general Tiburcio Fernández Ruíz, quien había combatido en la Batalla de Zacatecas a las órdenes de Villa.
En julio de 1916 se registró un levantamiento de finqueros en contra de las tropas carrancistas, similar al mapachismo, liderado por Alberto Pineda Ogarrío, los finqueros pinedistas, quien mantuvo una alianza con el mapachismo, el felicismo e incluso con las tropas de Zapata en el estado al mando de Rafael Cal y Mayor.
El mapachismo fue un movimiento regionalista-conservador opuesto a la redistribución de la riqueza, el grupo de los sonorenses pactó con este movimiento no tocar la estructura poscolonial del estado de Chiapas, lo que derivó en el atraso histórico de la entidad.
Soberanistas oaxaqueños (Ejercito Soberanista Oaxaqueño). Tuvieron su origen en un conflicto interno en Oaxaca entre las élites porfiristas tras la muerte del gobernador Benito Juárez Maza, cuando el porfirista interino Miguel Bolaños Cacho -quien fue designado para dar calma social y evitar sobresaltos revolucionarios- entró en conflicto con los caciques porfiristas de la Sierra de Oaxaca encabezados por Guillermo Meixueiro y José Inés Dávila, quienes toman la Oaxaca en Julio de 1914.
El gobierno de Bolaños colapsó al mismo tiempo que el de Victoriano Huerta. El nuevo gobierno oaxaqueño tuvo choques con los carrancistas como el rechazo de la delegación oaxaqueña en la convención de Aguascalientes, la muerte de Jesús Carranza, la ocupación del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec por los carrancistas y los frecuentes desencuentros del gobierno local con las tropas carrancistas en Pinotepa Nacional.
Cuando sobrevino el plan de Agua Prieta los soberanistas aceptaron unirse a los sonorenses a través de los acuerdos de Yatareni y entraron a la capital el 4 de mayo de 1920. El Gobierno Oaxaqueño emitió un decreto, por medio del cual se reconocía como ley fundamental La Constitución de 1917, así terminó el movimiento soberanista.
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Los Pelaecistas. Cuando las compañías petroleras extranjeras comenzaron a explotar el crudo mexicano tuvieron que arrendar tierras y conseguir intermediarios en las regiones petroleras para poner en marcha sus operaciones.
Los terratenientes de las regiones petroleras jugaron ese papel arrendando sus tierras y brindando apoyo a los consorcios petroleros. Una de esas familias de terratenientes fue la de Manuel Peláez que arrendó sus tierras y actuó como intermediaria en la Huasteca.
En 1912, cuando Félix Díaz se levantó en armas contra Madero, lo apoyó la elite huastecana liderada por Peláez, quien tuvo que huir al ser derrotado Díaz, pero volvió al ascender Huerta al poder.
Manuel Peláez se dedicó a proteger la zona petrolera de las tropas revolucionarias y de las gavillas de bandoleros formando un ejército propio. Huerta abandonó a su suerte a la región huasteca, por lo que los constitucionalistas del ejército del noreste comenzaron a incursionar en la región.
Manuel Peláez entró en conflicto con los carrancistas por sus posturas nacionalistas, porque el ejército constitucionalista buscó tomar el control de la Huasteca.
A principios de 1918 Carranza preparó una ofensiva sobre la huasteca, a fin de tomar el control de los pozos, en tanto que Peláez presionó y solicitó el apoyo de los angloamericanos apoyándose en que Carranza tenía buenas relaciones con los alemanes, incluso, muchos oficiales constitucionalistas eran germanos.
Cuando Carranza huía por el estado de Puebla, un antiguo subordinado de Peláez, Rodolfo Herrero, lo asesinó en Tlaxcalantongo. Peláez entró al Ejército Mexicano, pero fue enviado a Los Ángeles, la gente de Peláez fue desarmada en 1921 y Peláez intentó formar parte de la rebelión delahuertista, pero fue arrestado. Murió en 1959.
- FUENTES:
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- Hernández Chávez, Alicia, (1979), La defensa de los Finqueros en Chiapas (1914-1920), Colegio de México, México D.F.
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- Los Carrancistas, Pedro Salmerón Sanguinés.
- La Guerra Secreta en México, Friedrich Katz
- The Forgotten Peace, the Mediation at Niagara Falls by Michael Small.