Como recordamos en el Mochilazo en el Tiempo del 25 de mayo, la primera fábrica de automóviles Ford en México se estableció en 1925, sobre la antigua calzada de Balbuena, hoy Congreso de la Unión; para 1932 se cambió a Calzada de Guadalupe, a un terreno más grande con una planta más moderna.
Su llegada cambió el paisaje y movilidad de las colonias Estrella y Guadalupe Tepeyac y después de varias décadas cerró sus puertas en 1984, pero aún continúa en la memoria urbana de los vecinos quienes todavía recuerdan con cariño hasta el silbato de cambio de turno.
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Fue en agosto de 1931 que la empresa Fomento y Urbanización, S.A. arrancó con la construcción de las nuevas instalaciones y los edificios. La superficie construida inicialmente fue de 22 mil 296 metros cuadrados.
Aquella área comprendía los talleres de ensamble, pintura y vestiduras, almacén de refacciones, andenes de carga y descarga, almacén de unidades terminadas, oficinas, sala de exhibición y comedores para el personal; además se construyeron amplios jardines que rodeaban el edificio principal.
El licenciado Primo Villa Michel, entonces secretario de Industria, Comercio y trabajo, en representación del presidente de la República, el general Abelardo, L. Rodriguez, inauguró las instalaciones el 14 de septiembre de 1932.
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A la inauguración se invitó a todos los que quisieran conocer el proceso de ensamblaje
En entrevista, el vecino y cronista de la colonia Estrella, Sócrates Vera, nos comentó que la fecha de apertura quedó plasmada en una invitación pública para todo aquel que quisiera asistir a conocer el proceso de ensamblaje.
“El espacio que ocupó la planta pertenece a la colonia Guadalupe Tepeyac, pero cuando se fundó en realidad prácticamente se encontraba en despoblado, sólo la colonia Industrial de 1926, era su vecina del otro lado de la Calzada de Guadalupe y aún así, a esa colonia le faltaba mucho por desarrollar”, dijo.
Los terrenos se encuentran en un espacio llamado los llanos de Aragón, ya que eran parte de lo que fue la hacienda de Santa Ana. En su momento al sur del complejo se construyó un pequeño lienzo charro mejor conocido como “la placita de la Ford”, que permaneció hasta que se fraccionó la colonia Guadalupe Tepeyac, recordó el cronista Sócrates Vera.
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Acerca de las dimensiones que alcanzó la Planta Ford, recordó que los terrenos que ocupó son los que están delimitados por la Calzada de Guadalupe al poniente, la avenida Victoria Oriente al Norte, la avenida de Ferrocarril de Hidalgo al Oriente y la Avenida Henry Ford al Sur, esta última por cierto lleva el nombre del fundador de la empresa.
El cronista señaló que un dato curioso del terreno que ocupó la planta Ford, es que siempre bloqueó y ha bloqueado el tránsito entre las colonias que se desarrollaron a sus lados, la Estrella y la Guadalupe Tepeyac.
“Algún plano de Archivo Histórico de la Ciudad de México muestra como proyecto una avenida que cruzaría de Norte a Sur a la mitad de los terrenos de la Ford para conectar la vialidad entre dichas colonias; sin embargo, sólo se quedó en una propuesta y no hay forma de pasar más que rodeando ese gran terreno de aproximadamente 15 cuadras o, claro, pagando el costo del estacionamiento”, explicó el también vecino de la zona.
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Aunque el plan de las autoridades capitalinas era situar la zona industrial al norte de la ciudad, Ford aprovechó el paso por esta zona del entonces Ferrocarril de Hidalgo para instalar su planta.
Representó trabajo y vivienda para los habitantes
En este sentido, continúa el cronista de la colonia Estrella, también se incluyó en el proyecto dotar de vivienda de clase media a los trabajadores de la industria que se desarrollaría en la zona. “Lo ideal era no tardar más de diez minutos en ir caminando de tu casa al trabajo”, indicó Vera.
Recuerda que varios vecinos de su colonia trabajaron en la planta en áreas como almacenes, la cadena de armado, etc. El padre de una persona que le escribió trabajó desde que abrió hasta que se mudaron.
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En lo que todos coinciden es que hablan con orgullo de su trabajo, incluso los familiares. “También la gente de los alrededores tiene gratos recuerdos, entre ellos el escuchar el silbato de la fábrica que sonaba para marcar las entradas y salidas del personal”.
“Sin embargo, los desarrollos habitacionales al final tuvieron más importancia y al menos en este sector las empresas se situaron en la franja que rodea al ferrocarril. Así la Ford representó una fuente de trabajo para diversas especializaciones, entre ellos administradores, ingenieros y obreros”, recordó Vera.
Acerca de los recuerdos que tiene el cronista de su infancia y juventud como vecino de la planta, nos comentó que la fachada principal le llamaba la atención, y le daba cierta seguridad y descanso al verla de regreso de sus viajes familiares, ya que después de un trayecto largo al vislumbrarla sabía que estaba llegando a casa.
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“Más adelante, después de cerrada la Planta, en 1984, se inauguró la segunda de las tiendas llamadas hipermercados por sus dimensiones; la primera fue la de Toreo, hablamos de Gran Bazar Tepeyac. El anuncio publicitario de entonces presumía que tendría 100 cajas de cobro. Yo fui a verlo con mis propios ojos y lo corroboré recién abrió”, señaló.
De aquella hermosa planta solo quedó un enorme tinaco
Hoy, en el terreno que ocupaba la planta Ford se encuentra la Plaza Tepeyac, que incluye al Walmart, Sam's y Suburbia como tiendas principales, tres restaurantes de cadena como el Portón, el VIPs y el Chilis, además de cines y una serie de locales comerciales de productos y servicios. La plaza como tal se mantiene funcionando desde los años ochenta, algunos negocios grandes y chicos llevan tiempo ahí.
Además de la memoria colectiva urbana que recuerda con nostalgia la época en la que la planta Ford estuvo en La Villa, Sócrates Vera señaló que todavía queda un gran tinaco de agua que aún permanece en su sitio original, como vestigio de la presencia de la planta. De hecho, señala que ese tinaco ya es un símbolo de la zona y testigo de sus cambios.
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“Hace apenas unos años fue recortada la altura de su base, lo que llevó a mucha gente a manifestar, en redes sociales, su tristeza al pensar que dicho tinaco sería desinstalado. Todo este movimiento fue muy vistoso por el par de grandes grúas que tuvieron que interactuar para elevar, mantener suspendido y luego depositar en el suelo el enorme tinaco mientras se hacían los recortes y adecuaciones”, señaló Vera.
Recuerdos de la planta en la colonia Industrial
Por su parte, la maestra América Cruz, historiadora de la colonia Industrial, tiene recuerdos de infancia de una construcción horizontal larga, bella y con una entrada central que tenía arriba un letrero con letras manuscritas, y vistosas jardineras muy bien cuidadas que solía admirar cuando iba de la mano de su mamá caminando por la Calzada de Guadalupe.
La maestra también recuerda que, de joven, la planta le seguía pareciendo un edificio elegante que se podía contemplar y que por mucho tiempo fue un referente para que llegaran visitas a la casa.
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“Por lo mismo de ser joven no valoré la arquitectura. La historia del trabajo y del progreso para vecinos que laboraban ahí. Del arraigo y de familias cuyo patrimonio se labró trabajando en la fábrica Ford. Hace cerca de 25 años empecé a recabar historias de mi colonia y salían añoranzas de la Ford”, comentó la maestra América Cruz.
Ella recuerda que cuando comenzó a oírse el rumor de que se iba a instalar una plaza comercial en los terrenos de la Ford, no escuchó a nadie que se quejara o lo impidiera, así que de un día para el otro atestiguó la desaparición de la emblemática construcción.
“Dicen que que uno no valora lo que tiene hasta que lo ve perdido y para los que somos nostálgicos, solo nos queda el recuerdo de ese gran tanque de agua que aún está desde hace muchísimos años del lado de la calle de Victoria. Todo lo demás ya desapareció y a algunos nos da tristeza y desearíamos volver a ver tan preciosa edificación”, concluyó la maestra.
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Hace apenas unos años que fue recortada la altura de la base del tinaco, “lo que llevó a mucha gente a manifestar su tristeza, en redes sociales, al pensar que dicho tinaco sería desinstalado”.
Aquel movimiento fue muy vistoso por las dos grandes grúas que tuvieron que interactuar para elevar, mantener suspendido y luego depositar en el suelo el enorme tinaco mientras se hacían los recortes y adecuaciones, señaló Vera.
Para concluir la entrevista, el cronista Sócrates Vera opina lo siguiente:
“Hay objetos que por su belleza vale la pena conservar, otros por su valor histórico y otros más debido a que se volvieron referencia y son parte de la identidad de un espacio y su gente”.
Por eso al final lamenta que se pierdan símbolos como la planta Ford, sobre todo, si lo son de un barrio y le dan personalidad. Hay que conservar en la medida de lo posible estos referentes; “hacer los ajustes necesarios para mantenerlos y sólo, como último recurso, eliminarlos”.
- Fuentes:
- Entrevista con el cronista Sócrates Vera Pérez. Ingeniero en Cibernética por la Universidad La Salle. Cronista de la Colonia Estrella.
- Entrevista con la maestra América Cruz. Historiadora de la Colonia Industrial.
- 60 Años de Ford en México – Narrativa Gráfica.