La memoria mexicana guarda un lugar muy especial para El Triste, canción que lanzó al estrellato a José José en 1970. Muchos recordamos que su primera interpretación fue en una competencia musical, pero poco se sabe del complicado proyecto que fue el .

Este evento tuvo lugar en México y juntó a 25 naciones de América y Europa para exponer lo mejor de la música latina, con artistas como el mismo “Príncipe de la Canción”, Diego Verdaguer, José Luis Rodríguez “El Puma” o Denise de Kalafe.

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Sólo alcanzó dos emisiones en el Teatro Ferrocarrilero, envueltas en denuncias de mala organización e irregularidades, pero dejó un camino abierto para futuros certámenes, como el prometedor Festival OTI.

Teatro Ferrocarrilero para el festival. EL UNIVERSAL criticó el costo del boleto, pues era muy elevado para el público. También discutió el horario para las presentaciones, pasando de las 22 horas en semana laboral. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Teatro Ferrocarrilero para el festival. EL UNIVERSAL criticó el costo del boleto, pues era muy elevado para el público. También discutió el horario para las presentaciones, pasando de las 22 horas en semana laboral. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

El Festival de la Canción Latina iba a realizarse en Argentina

Con la segunda mitad del siglo XX, inició la época dorada de los festivales de música en Europa y América, con competencias organizadas por los gobiernos o por empresas de entretenimiento para mostrar a sus mejores exponentes de la canción. Los objetivos podían ser meramente culturales, pero también motivados por la venta de discos.

La mayoría de los certámenes musicales eran para mercado anglosajón. Fue idea del italiano Piero Bonino establecer el Festival de la Canción Latina en el Mundo, un evento que juntó a cantantes y compositores con raíces latinas.

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Su primera edición sería del 3 al 7 de abril de 1968, en el Teatro Coliseo de Buenos Aires, Argentina. Se confirmó la participación de 29 países, incluido México.

Recopilación de los primeros lugares en el I Festival de la Canción Latina, en 1969; canciones de Lucecita, José Rodríguez y Denise de Kalafe. Fuente: Otirudo/YouTube

Cada nación debía inscribir dos cantantes y cuatro canciones inéditas para concursar. En las primeras cuatro noches se presentarían sus composiciones y la mejor calificada por país iría a la final. En la quinta noche se premiaría a las siete mejores.

México eligió al tapatío Marco Antonio Muñiz como representante, quien concursaría con canciones de Armando Manzanero, Rubén Fuentes y Arturo Castro. Este diario no mencionó si hubo otra selección para un segundo cantante.

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Según citó EL UNIVERSAL el 22 de enero del 68, Piero Bonino decía que el festival “será el más grande acontecimiento musical hasta ahora conocido”. Poco le duró ese sentimiento, pues el certamen en Argentina se canceló por razones desconocidas.

Recopilación de los primeros lugares en el II Festival de la Canción Latina, en 1970; canciones de Cláudya, José José y Mirla. Fuente: Otirudo/YouTube

A finales de ese año, el organizador italiano relanzó el Festival de la Canción Latina para marzo de 1969, pero cambió su sede al Teatro Ferrocarrilero de la Ciudad de México.

El certamen contó con financiamiento del Congreso Nacional de Turismo, el Instituto Nacional de Bellas Artes, la Asociación Nacional de Actores, la Sociedad de Autores y Compositores, y Telesistema Mexicano (hoy Televisa).

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Según mencionó este diario el 8 de diciembre de 1968, el cambio de sede dejó escépticos a artistas, periodistas y músicos, pues consideraron que en México, “los festivales para canciones, música, nuevos valores o producciones están olvidados”.

Anuncio para el I Festival de la Canción Latina en México. En 1969, Canal 5 transmitió las eliminatorias en blanco y negro, dejando la final a todo color. Un año después, el Canal 2 transmitió todo a color.  Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Anuncio para el I Festival de la Canción Latina en México. En 1969, Canal 5 transmitió las eliminatorias en blanco y negro, dejando la final a todo color. Un año después, el Canal 2 transmitió todo a color. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

“Existe un problema fundamental para la organización de festivales en México, por la injerencia de las casas grabadoras”, se leyó en EL UNIVERSAL. Al involucrarse en competencias de este tipo, las disqueras “dan al festival un aspecto comercial, desvirtuando su propósito cultural” y hasta alteran sus resultados.

Ese no fue el único conflicto que mermó la confiabilidad del festival. Piero Bonino cobró por adelantado 15 mil pesos por canción inscrita en el certamen, siendo 200 las registradas entre ambas ediciones y un estimado de tres millones de pesos.

Anuncio del segundo festival. En 1968, Piero Bonino declaró que “esta clase de eventos hermanan a los pueblos a través de la música. [El certamen] fue creado para que México sea capital mundial de la canción latina”. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL
Anuncio del segundo festival. En 1968, Piero Bonino declaró que “esta clase de eventos hermanan a los pueblos a través de la música. [El certamen] fue creado para que México sea capital mundial de la canción latina”. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL

Ni patrocinadores como Telesistema Mexicano, Aeronaves de México y Hotel del Prado, que atendieron a todos los participantes, obtuvieron una ganancia tan amplia.

Tanto en 1969 como 1970, los artistas criticaron la organización Piero Bonino, pues les negó un horario adecuado para practicar y les hizo firmar un contrato que lo convertía en su representante durante seis meses. Así consiguió grandes comisiones por presentaciones comerciales y ofertas discográficas que conseguían tras el certamen.

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A pesar de todo eso, el gremio musical nacional consideró que el Festival de la Canción Latina daría gran prestigio a México, lanzaría al estrellato a prometedores intérpretes, arreglistas, músicos y directores de orquesta, y daría difusión de nuestra música.

Semanas después del cada certamen, ya rondaba el disco oficial del Festival. En 1970, la RCA lanzó un LP con las canciones participantes; la mayoría sonó con su cantante y otras fueron con intérpretes mexicanos. Foto: ESPECIAL.
Semanas después del cada certamen, ya rondaba el disco oficial del Festival. En 1970, la RCA lanzó un LP con las canciones participantes; la mayoría sonó con su cantante y otras fueron con intérpretes mexicanos. Foto: ESPECIAL.

Cantantes de 25 países se enfrentarían en el festival

El I Festival de la Canción Latina en el Mundo fue un enorme proyecto mediático. Su transmisión por el Canal 5 y la XEQ, junto con contratos para emisión internacional, lo vaticinaban como “evento de trascendencia mundial, que logrará difundir la música latina y crear un mercado mundial para ella”, según se leyó en EL UNIVERSAL.

Contó con la participación de Argentina, Bélgica, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Francia, Guatemala, Haití, Honduras, Italia, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

EL UNIVERSAL consideró a “No, No Puede Ser”, cantada por José Luis Rodríguez, como la mejor canción de 1969, por su “un llamado a la cordialidad y fraternidad.”. Su compositor, el venezolano Dioni López, mencionó que su intención era “que las olas del mar llevaran a todo el mundo mi canción”. Foto: ESPECIAL.
EL UNIVERSAL consideró a “No, No Puede Ser”, cantada por José Luis Rodríguez, como la mejor canción de 1969, por su “un llamado a la cordialidad y fraternidad.”. Su compositor, el venezolano Dioni López, mencionó que su intención era “que las olas del mar llevaran a todo el mundo mi canción”. Foto: ESPECIAL.

Las 25 delegaciones se integrarían por un hombre y una mujer. Tanto compositores como intérpretes debían tener la nacionalidad que representaban, aunque no todos cumplieron con tal requisito.

Para las actuaciones en vivo se formó un conjunto con 45 músicos internacionales y un coro femenino a cuatro voces. La dirección de orquesta para esta primera edición se dividió entre Franck Pourcel de Francia, Aldemaro Romero de Venezuela, Lucio Milena de Italia, Poncho Pérez de Uruguay y José Sabre Marroquín de México.

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“No, no puede ser”, tercer lugar en el festival de 1969. Fuente: YouTube.

Entre los jueces se incluyó a Consuelito Velázquez, Miguel Prado, Juan S. Garrido, Angélica María, Enrique Guzmán, Sergio Corona, entre otras luminarias.

Para las canciones ganadoras se estableció el Premio del Consejo de Turismo, junto con el Premio de la Prensa Mexicana a la mejor intérprete femenina; el Premio de la Prensa Extranjera al mejor intérprete masculino; y Premio de la Sociedad de Autores y Compositores de Música a mejor arreglo.

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Los ganadores recibieron una medalla de oro, grabada con la leyenda Festival de la Canción Latina; al resto de participantes se le dio una presea de plata.

Diego Verdaguer en la cuarta eliminatoria del II Festival de la Canción Latina, el 13 de marzo de 1970, con la canción Del Cielo Bajará Dios. Fuente: Otirudo/YouTube.

México descalificado del I Festival de la Canción Latina

Todavía no iniciaba el festival y México ya tenía las de perder. Se eligió a Miriam y Nelly Núñez de “Hermanitas Núñez” para la representación femenina, y a los pianistas Carlos Camacho y Rodolfo Vilches de “Pianos Barrocos” para la masculina. Camacho y Vilches no eran mexicanos y ni siquiera cantaban, pues su talento era instrumental.

“Hermanitas Núñez” interpretarían Morir en el Cielo y Zona Rosa, mientras que “Pianos Barrocos” tocarían En una Orilla del Mundo y Dios es Amor.

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El I Festival de la Canción Latina en el Mundo comenzó a las 22 horas del 19 de marzo de 1969 y de inmediato México quedó en desventaja. Los jueces descalificaron a “Pianos Barrocos”, siendo el único dueto instrumental en una competencia de canto.

Presentación televisiva de Lucecita y su “Génesis”, tras ganar festival. Fuente: YouTube

“Hermanitas Núñez” tampoco pintaron para bien, pues sus dos canciones quedaron muy por debajo de las mejores puntuaciones en eliminatorias. Morir en el Cielo fue la seleccionada para competir en la final del domingo 23 de marzo.

La victoria parecía estar en manos de los brasileños, italianos, venezolanos o puertorriqueños, quienes obtuvieron los puntajes más altos. La prensa nacional tuvo mínimo acceso a las jornadas musicales, pues Piero Bonino omitió sus invitaciones y boletos, por lo que la cobertura de EL UNIVERSAL fue escasa.

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El cierre del festival tuvo ciertas polémicas, como la presentación de canciones que no obtuvieron los mejores puntajes en eliminatorias, algo que iba contra las reglas.

Denise de Kalafe ganó el segundo lugar en el festival de 1969, con “Canción Latina”; la composición también se llevó el premio a mejor arreglo. Foto: ESPECIAL.
Denise de Kalafe ganó el segundo lugar en el festival de 1969, con “Canción Latina”; la composición también se llevó el premio a mejor arreglo. Foto: ESPECIAL.

“Canción Latina”, segundo lugar del festival en 1969. Fuente: YouTube.

Otra desventurada situación fue la ausencia de “Hermanitas Núñez”. Según explicó este diario, meses antes del festival, el dueto hizo saber a Bonino que ya tenían un contrato con el Disco de Oro de Hollywood para una presentación en Los Ángeles la noche del 23 de marzo y que no asistirían a la final si eran seleccionadas.

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Miriam y Nelly Núñez aseguraron que el organizador aceptó tal condición cuando recibió los 30 mil pesos para ingresar al festival, pero las dejó a su suerte frente al público y jueces, quedando fuera de la competencia.

La última noche marcó la victoria de Lucecita Benítez de Puerto Rico, quien colocó su canción Génesis en primer lugar y consiguió el premio a mejor intérprete femenina. En segundo lugar quedó Denise de Kalafe por Brasil, con Canción Latina.

Para el tercer puesto, los jueces eligieron al venezolano José Luis Rodríguez –después apodado “El Puma”–, con la canción No, No Puede Ser. También se llevó el reconocimiento a mejor intérprete masculino.

Lucecita en la Alameda Central a finales de marzo de 1969, tras su victoria en el festival. A su parecer, las canciones de protesta eran “beneficiosas y verdaderas” para la juventud latinoamericana. Foto: Jorge Soto/Archivo EL UNIVERSAL.
Lucecita en la Alameda Central a finales de marzo de 1969, tras su victoria en el festival. A su parecer, las canciones de protesta eran “beneficiosas y verdaderas” para la juventud latinoamericana. Foto: Jorge Soto/Archivo EL UNIVERSAL.

José José hizo historia en la segunda edición del festival

El II Festival de la Canción Latina en el Mundo regresó al Teatro Ferrocarrilero entre el 10 a 15 de marzo de 1970. Mantuvo el auspicio del Consejo Nacional de Turismo y de Telesistema Mexicano, así como la cuestionable organización de Piero Bonino.

Su jurado se compuso de 50 miembros, divididos en tres bloques. El primero tenía 25 representantes de las delegaciones; el segundo era de 15 luminarias como Ernesto Alonso, César Costa y algunas reinas de belleza. Para completar el comité, se seleccionaría a 10 asistentes del público, sorteados 30 minutos antes de cada jornada.

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EL UNIVERSAL criticó este jurado por no incluir a “personas conocedoras”. “Cada quien califica a su criterio y no en razón a su calidad musical o su letra, sino por el impacto que tienen de parte del intérprete”, se leyó en 1970.

Matilde y José José como representantes de México. Algunos artistas de la “nueva ola” se desilusionaron por quedar fuera del festival, pues sólo se permitió la entrada de “verdaderos cantantes” con respaldo de la industria. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Matilde y José José como representantes de México. Algunos artistas de la “nueva ola” se desilusionaron por quedar fuera del festival, pues sólo se permitió la entrada de “verdaderos cantantes” con respaldo de la industria. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

México seleccionó a los cantantes Matilde y José José como representantes. En el certamen se enfrentaron a talentos como Diego Verdaguer de Argentina o Claudio Villa de Italia, varias veces galardonado en otros certámenes de gran categoría.

El II Festival de la Canción Latina inició muy mal, pues varios errores técnicos retrasaron la primera jornada hasta casi medianoche; no pudo transmitirse por Canal 2 y sólo se grabaron 15 videoclips de las 25 interpretaciones. Por fortuna, EL UNIVERSAL tuvo mejor acceso y dio crónicas detalladas sobre las eliminatorias.

Mirla Castellanos ganó el segundo lugar en 1970 con la canción “Con los Brazos Cruzados”, compuesta por su esposo, el actor Miguel Landa. Todas las canciones fueron calificadas en una escala del 1 al 5. Foto: ESPECIAL.
Mirla Castellanos ganó el segundo lugar en 1970 con la canción “Con los Brazos Cruzados”, compuesta por su esposo, el actor Miguel Landa. Todas las canciones fueron calificadas en una escala del 1 al 5. Foto: ESPECIAL.

“Con los Brazos Cruzados”, segundo lugar en 1970. Fuente: YouTube.

José José encabezó la primera intervención para México en medio de un episodio de nervios y ansiedad, al grado de requerir atención en la garganta. El después apodado “Príncipe de la Canción” cantó El Triste de Roberto Cantoral y cimbró el Teatro Ferrocarrilero, pues fue la actuación más aplaudida y se adjudicó 213 puntos.

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En la edición del 12 de marzo, este diario no sólo celebró al cantante capitalino, sino que destacó la presencia “en incógnito” de todas las casas grabadoras que podrían abrirle las puertas. “Hay más de una grabadora portátil captando, con todo y ambiente, los números que se presentan en el Festival”, se leyó.

Para la segunda jornada, México no tuvo tanta suerte, pues la canción Per le Amore con Claudio Villa tuvo el mayor puntaje. Matilde casi hizo el ridículo, pues su interpretación de Cómo Hallar el Amor se sintió “fuera de situación” y perdió el ritmo en varias estrofas por el nerviosismo, obteniendo una baja calificación.

En la tercera noche del certamen, José José se mantenía como el artista a vencer, lo que pareció motivar a algunos a castigar su desempeño. Su segunda canción, Dos Dos de Wello Rivas, obtuvo 201 puntos; el público protestó ante el bajo puntaje, sobre todo contra el brasileño Manuel Baccaro, quien apenas le dio 1 punto.

Al cierre de esa noche, la canción venezolana Con los Brazos Cruzados, interpretada por Mirla Castellanos, se coronó con 227 puntos. Estas calificaciones sólo eran para seleccionar a las finalistas, pero también eran indicio para los posibles ganadores.

En la última eliminatoria, Matilde dio un mejor desempeño con Vida Mía, pero no alcanzó los 214 puntos que requería para desbancar a José José y quedó fuera. Por el contrario, la audiencia celebró a la brasileña Cláudya, quien interpretó Cancao de Amor e Paz y obtuvo 232 de puntaje.

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Todo se decidió la noche del 14 de marzo de 1970, con el cierre del II Festival de la Canción Latina en el Mundo. Aunque México pintaba para la victoria, los jueces no se tentaron por el talento del “Príncipe de la Canción”.

Presentación de José José en la final del II Festival de la Canción Latina. Ante las atónitas caras de Angélica María, Marco Antonio Múñiz o Alberto Vázquez, el Príncipe de la Canción dejó muy en alto el talento mexicano. Fuente: YouTube.

El primer lugar fue para Brasil y Cancao de Amor e Paz. Cláudya también obtuvo el premio a mejor intérprete femenina. Para el segundo puesto, los jueces eligieron a Con los Brazos Cruzados de Venezuela, con Mirla en la voz, dejando en tercero a José José.

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El premio a mejor interpretación masculina quedó en manos del italiano Claudio Villa y el mejor arreglo fue para Con los Brazos Cruzados.

“Cancao de Amor e Paz”, ganadora del festival en 1970. Fuente: YouTube.

Para el 6 de enero de 1971, Telesistema Mexicano declinó una futura edición del Festival de la Canción Latina en el Mundo. Según informó Luis de Llano, entonces director de producción, los dos festivales anteriores no representaron una ganancia; Piero Bonino era el único que aprovechaba estos eventos musicales.

Por un tiempo se rumoreó que Televisión Independiente de México, operadora de Eugenio Garza Sada, se haría cargo del festival, pero nunca progresó esa posibilidad. En una futura entrega de Mochilazo en el Tiempo, abordaremos el verdadero certamen que enalteció la música latina: el OTI.