La llegada a las pantallas de la película “El Brutalista” despertó el interés de varios sectores por conocer, identificar y admirar con nuevos ojos estas obras arquitectónicas, así como a sus autores.
Para entender los orígenes del Brutalismo y los ejemplos de esta corriente en la capital mexicana, nos acercamos al Doctor Alejandro Leal Menegus, del Centro de Investigaciones en Arquitectura, Urbanismo y Paisaje de la Facultad de Arquitectura de la UNAM.
Al preguntarle su opinión sobre este estilo arquitectónico nos respondió que, en términos generales, el brutalismo engloba o representa una arquitectura de lenguaje monumental: pesada, severa, industrial que surge como respuesta o reacción al llamado Estilo internacional.

Añadió que el Brutalismo es una arquitectura opuesta en muchos sentidos, sobre todo formales (ligera, delicada, transparente); aunque también moderna, industrial y ligada a los medios de producción y la sociedad capitalista.
Al hablar de sus orígenes, el investigador consideró que el llamado nuevo brutalismo también se contrapone o es una reacción a un resurgimiento (revival), sobre todo en el gusto popular, de soluciones historicistas, vernáculas.
“Es decir, en la década de 1950 en el Reino Unido, Europa, Estados Unidos y el resto del mundo desarrollado existió un sentimiento de crisis de la arquitectura moderna y de su capacidad de resolver las necesidades humanas, en particular hubo un rechazo o aburrimiento hacia la arquitectura moderna de Estilo Internacional. Por lo que la sociedad volvió atrás, a soluciones pasadas, a la arquitectura tradicional, de tipo vernácula como opciones viables de diseño”, señaló el doctor Leal Menegus.
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Acerca del significado del término y sus características, comentó que el Brutalismo enfatiza la estructura y el uso “crudo” de los materiales: no hay decoración o acabados. De ahí que el concreto es concreto, el vidrio es vidrio y el acero es acero. Esta característica de austeridad, sinceridad, contundencia y de cierta brutalidad, lo define, de ahí su nombre.
“Además, está en relación con el concepto Betón Brut, que es un término en francés que describe o caracteriza el uso del concreto aparente en bruto, sin ningún tipo de tratamiento especial, sino simplemente al natural, tal como queda después de colarse”, explicó.
“Es un término que un arquitecto francés muy reconocido llamado Le Corbusier recuperó a finales de la década de 1940 para definir ciertas características de su arquitectura. De ahí que en parte él también sea responsable de la popularización o desarrollo del Brutalismo. Tuvo varios edificios emblemáticos en este sentido, la Unidad Habitacional de Marsella, Ronchamp y el Monasterio de La Tourette”, indicó.


De los inicios del Brutalismo, el especialista recordó que la corriente y el término nacieron en el Reino Unido en la segunda mitad del siglo XX, hacia mediados de la década de 1950, para luego extenderse hacia lugares de Europa, Estados Unidos y el resto del mundo.
A los lectores de este diario que estén interesados en el tema les recomendó el libro: The New Brutalism, de Reyner Banham, de 1966. Y afirmó que era correcto decir "Brutalista" para definir a un arquitecto con este estilo.
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“Las corrientes y estilos arquitectónicos responden a circunstancias, épocas, momentos, maneras de entender ciertos aspectos, pero como todo en la vida, no son valores absolutos, rígidos, o eternos. En cuanto queremos definir a cierta arquitectura con una etiqueta, nos damos cuenta que son pocos los ejemplos que cumplen cabalmente con los principios o la definición de la etiqueta y muchos, la mayoría, parcialmente lo cumplen”, señaló el investigador.

Consideró que el problema que existe al tratar de comprender y definir la arquitectura por estilos y etiquetas, más que entender la complejidad de la arquitectura, se reduce a generalidades y en el fondo se pierden muchos aspectos valiosos que ésta contiene.
Cuando las arquitectas o arquitectos hacen sus obras, muchas veces no piensan en cierta corriente y que la etiqueta viene después. “De ahí que muchos arquitectos no consideren que su arquitectura pertenezca a una u otra corriente, sino que es una arquitectura suya y personal. Tal sería el caso con la obra de Teodoro González de León, él no la califica de Brutalista”.Acerca de los ejemplos del Brutalismo que existen en la Ciudad de México, el doctor Leal señaló que “existen muchos ejemplos, si nos atenemos a la definición general de arquitecturas modernas monumentales, pesadas y severas del periodo 1960-1980”, encontramos edificios como:

Acerca de los ejemplos del Brutalismo que existen en la Ciudad de México, el doctor Leal señaló que “existen muchos ejemplos, si nos atenemos a la definición general de arquitecturas modernas monumentales, pesadas y severas del periodo 1960-1980”, encontramos edificios como:
Celanese, Colmex, INFONAVIT, La antigua sede de Bancomer en Coyoacán, el Centro Cultural Universitario, el Palacio Legislativo de San Lázaro, la Alcaldía Cuauhtémoc, las Rectorías de las unidades Azcapotzalco y Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana, el Estadio Azteca, La Macro Plaza, entre muchos otros.

En su opinión, uno de los conjuntos arquitectónicos más representativos de este estilo es El Palacio Legislativo de San Lázaro.
Al considerar la popularidad que tienen varios de estos edificios en la memoria colectiva y preguntarle si en el presente existen construcciones que sigan este estilo, Leal Menegus comentó que hoy en día “la arquitectura es particularmente diversa, no existe una única corriente o tendencia principal”.
“Así qué, sí podemos pensar que dentro de todo lo que se diseña y construye habría ejemplos con esos principios”, afirmó.

Para cerrar, le preguntamos si el Brutalismo era tan popular como otros estilos arquitectónicos, a lo que contestó: “No sé si sea mucho o poco popular, en todo caso tiene una imagen poderosa, que comunica emociones y sensaciones y creo que eso a la gente le dice algo, más allá de si les parece atractivo o feo, o si lo creen popular o no”.
- Fuente:
- Entrevista al Doctor Alejandro Leal Menegus del Centro de Investigaciones en Arquitectura, Urbanismo y Paisaje de la UNAM / Facultad de Arquitectura / CIAUP.
- Fotos: Colección Carlos Villasana