En su momento de mayor fama, un volumen considerable de lectores consideró a Robert L. Ripley como . Para el caricaturista estadounidense, recibir este apodo fue un privilegio, pues le dio la oportunidad de probar que tenía razón sobre cada dato que representó en sus cartones.

Aunque sí cometió errores de veracidad, son ínfimos comparados con el grueso de sus datos acertados. Ripley expuso tantos fenómenos de física, matemática, gramática, vidas extraordinarias, leyes de la naturaleza y curiosidades del mundo que se convirtió en uno de los contenidos favoritos del público estadounidense durante varias décadas.

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“Believe It or Not” de 1920. Por esos años, los lectores estadounidenses tenían “gustos de la Era Jazz” y estaban interesados en modelos novedosos de periodismo, caricaturas, sátiras y fotografías Foto: Evening Star/ESPECIAL/Library of Congress.
“Believe It or Not” de 1920. Por esos años, los lectores estadounidenses tenían “gustos de la Era Jazz” y estaban interesados en modelos novedosos de periodismo, caricaturas, sátiras y fotografías Foto: Evening Star/ESPECIAL/Library of Congress.

Su proyecto Believe It or Not –o su adecuación al español Aunque Usted no lo Crea– inició como una caricatura de periódico y ahora sobrevive como un consorcio de museos y contenidos audiovisuales que alimentan la curiosidad de su audiencia.

Con el primer día de los años 30, esta casa editorial comenzó la publicación de Aunque UD. no lo Crea en México. Durante más de dos décadas, EL UNIVERSAL ofreció aquellos asombrosos datos y hasta organizó concursos para que los mexicanos demostraran que también tenían experiencias increíbles y dignas de su propia caricatura de Ripley.

Cartón de Ripley para EL UNIVERSAL, 1938, con dos árboles que formaron una K y un periodista que escribió 5 millones de palabras. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Cartón de Ripley para EL UNIVERSAL, 1938, con dos árboles que formaron una K y un periodista que escribió 5 millones de palabras. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

De una caricatura de deporte surgió Believe It or Not

Tras una corta carrera en periódicos californianos, el caricaturista Robert LeRoy Ripley quiso probar suerte en la Gran Manzana y en 1913 ingresó como dibujante para The Globe de Nueva York, abordando los temas deportivos.

En nuestras páginas del 23 de noviembre de 1938, el mismo Ripley comentó a EL UNIVERSAL que su famosa sección de curiosidades surgió “por mera casualidad”.

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Una tarde de diciembre de 1918, el caricaturista no tenía noticias para llenar su espacio en la sección deportiva y apostó por realizar una sencilla caricatura sobre hazañas de atletas, para no dejar en blanco su columna.

En 1927, Ripley aseguró que el querido piloto Charles Lindbergh no era el primero en atravesar el Atlántico, sino el número 67. El público destrozó al caricaturista ante tal declaración, aunque era cierta; a pesar de su mala fama, para los años 30 tuvo un promedio de 70 millones de lectores. Foto: Wikimedia Commons.
En 1927, Ripley aseguró que el querido piloto Charles Lindbergh no era el primero en atravesar el Atlántico, sino el número 67. El público destrozó al caricaturista ante tal declaración, aunque era cierta; a pesar de su mala fama, para los años 30 tuvo un promedio de 70 millones de lectores. Foto: Wikimedia Commons.

A los lectores les gustó este ejercicio y volvió a publicarlo días después, bajo el nombre Champs and Chumps o Campeones y Tontos. Su periodicidad inició como semanal, luego dos veces por semana y pronto fue de forma diaria.

Para el siguiente año, la caricatura sobre curiosidades deportivas se abrió a cualquier tópico de interés y cambió su nombre a Believe It or Not o Créalo o No.

Sobre el origen de su material, el caricaturista aseguró que los primeros datos curiosos que reportó la sección salían de libros o anécdotas populares, pero poco a poco los mismos lectores enviaron sus conocimientos para que aparecieran en Believe It or Not.

Cartón Ripley en EL UNIVERSAL, 1937, con un hombre que usó los mismos zapatos durante 44 años y un curioso epitafio. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Cartón Ripley en EL UNIVERSAL, 1937, con un hombre que usó los mismos zapatos durante 44 años y un curioso epitafio. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Conforme avanzó su publicación, el mismo Ripley viajó a diferentes lugares del mundo para indagar sobre hazañas, historias insólitas o hechos asombrosos de cada región. Todo venía “de aquí y de allá, durante el día y la noche, observando, platicando, tramando”, según comentó a esta casa editorial.

Para los años 20, el trabajo del caricaturista apareció en más de 300 medios estadounidenses. Su impacto fue masivo, al grado de que ningún periódico dejó de pagar su suscripción a Believe It or Not durante la depresión de 1929, a pesar de la crisis económica.

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Los datos curiosos caricaturizados tuvieron mucho éxito en medios impresos. El caricaturista Wiley Padan emuló la fórmula de Ripley y publicó su serie “It’s True”, para contar noticias sobre Hollywood; EL UNIVERSAL tuvo su concesión durante los años 30, aunque la destinó sólo a su sección en inglés. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Los datos curiosos caricaturizados tuvieron mucho éxito en medios impresos. El caricaturista Wiley Padan emuló la fórmula de Ripley y publicó su serie “It’s True”, para contar noticias sobre Hollywood; EL UNIVERSAL tuvo su concesión durante los años 30, aunque la destinó sólo a su sección en inglés. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Millones de cartas alimentaron Believe It or Not

En sus páginas del 29 de agosto de 1937, EL UNIVERSAL afirmó que Robert Ripley recibía hasta 5 mil cartas diarias por parte de sus lectores, contando diferentes curiosidades o hechos asombrosos de todo el mundo.

De acuerdo con datos que obtuvo esta casa editorial, para los años 30, el nivel de correspondencia que recibía Believe It or Not equivalía al tráfico postal de una ciudad con 5 mil habitantes. El mismo Ripley sostuvo que 90% de su sección salía con las cartas; “¡todo el mundo hace el trabajo y no tengo que pagar un centavo!”, sostuvo.

Para 1937, el caricaturista y sus 15 empleados recibían entre 3 o 4 millones de cartas por año y respondían hasta mil 500 diario. Las cartas del público podían dividirse en chistosas, comentarios de radio, interesantes, “aunque usted no lo crea” o personales.

No toda la correspondencia ofrecía datos curiosos, algunas eran “peticiones de dinero, de ayuda o consejo, exigencias para comprobar algún fenómeno, ‘cartas de necios’ y proposiciones comerciales”, según recuperó este diario.

En los años 20, Robert Ripley recibía un sueldo de 100 mil dólares anuales, además de contratos para publicidad, programas audiovisuales y libros. Para los 30, el caricaturista ganaba más de 500 mil dólares al año. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
En los años 20, Robert Ripley recibía un sueldo de 100 mil dólares anuales, además de contratos para publicidad, programas audiovisuales y libros. Para los 30, el caricaturista ganaba más de 500 mil dólares al año. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Publicación exclusiva en México a través de EL UNIVERSAL

En las páginas del 20 de diciembre de 1929, EL UNIVERSAL publicó un sencillo aviso: “Aunque UD. no lo Crea”. Así anunció la llegada de la sección de Robert Ripley a México, exclusiva de El Gran Diario de México y bajo concesión de la agencia periodística King Features Syndicate Inc.

La publicación de los cartones de Ripley en EL UNIVERSAL comenzó el primero de enero de 1930, lunes a sábado. En caso de que algún dato requiriera explicación, este diario ofreció un espacio en su sección editorial para aclarar dudas de los lectores.

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Aviso “Aunque UD. no lo Crea”, 21 de diciembre 1929. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Aviso “Aunque UD. no lo Crea”, 21 de diciembre 1929. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
En la última semana de 1929, este diario entusiasmó a sus lectores con sus anuncios sobre “Aunque UD. no lo Crea”. Uno de ellos decía “una libra de plumas pesa más que una libra de oro, esto afirma Ripley”. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
En la última semana de 1929, este diario entusiasmó a sus lectores con sus anuncios sobre “Aunque UD. no lo Crea”. Uno de ellos decía “una libra de plumas pesa más que una libra de oro, esto afirma Ripley”. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Entre las curiosidades que salieron estuvo el caso de un estadounidense que perdió todo su cabello negro a los 16 años y le salió una melena roja. De nuevo perdió su cabellera a los 23 años y la recuperó a los 28, pero ahora de color blanco.

También se supo de una curiosa iglesia en Nueva Jersey que apenas medía 27 centímetros de largo y tenía 4 metros de altura; o el caso de una gata de Texas que adoptó a tres ardillas como sus crías.

Durante cinco años, Aunque UD. no lo Crea apareció en EL UNIVERSAL sin interrupciones. Para mediados de 1935, su publicación se hizo irregular, apareciendo en la mayoría de las ediciones, pero no todas; fue para diciembre de ese año que esta famosa sección se publicó de forma semanal.

Primera publicación de “Aunque UD. no lo Crea” en EL UNIVERSAL, primero de enero de 1930. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Primera publicación de “Aunque UD. no lo Crea” en EL UNIVERSAL, primero de enero de 1930. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Para el 17 de junio de 1941 y tras más de una década en El Gran Diario de México, Robert Ripley invitó al público mexicano a enviar sus mejores curiosidades para alimentar Aunque UD. no lo Crea. Como agradecimiento, el caricaturista les enviaría artículos especiales de sus viajes y una fotografía autografiada desde Nueva York.

“Todos nos damos cuenta de que el mundo está lleno de cosas y personas extraordinarias. Tal vez a usted le haya sucedido algo raro o recuerde un detalle peculiar. Hay fieras, animales domésticos, edificios, personajes cuya originalidad puede traer a usted el retrato de Robert Ripley”, dictó el anuncio en EL UNIVERSAL.

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Apenas unos meses después, para el 23 de enero de 1942, Aunque UD. no lo Crea dejó las páginas de este diario, pero sólo por un momento.

Cartón “Aunque UD. no lo Crea”, 1933. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Cartón “Aunque UD. no lo Crea”, 1933. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

A pesar de esa interrupción, Ripley no desapareció del mercado mexicano, pues las estaciones XEB y XEBT transmitieron su programa radiofónico Créalo o no lo Crea, con curiosidades de México, Venezuela, Argentina y más países del continente americano. Se escuchó en nuestro país y en 120 emisoras de Estados Unidos.

EL UNIVERSAL retomó la concesión de Believe It or Not entre enero de 1948 y mediados de 1950, cuando los cartones de Robert Ripley se publicaron en la Revista de la Semana, suplemento dominical de esta casa editorial.

Con el comienzo de los años 50, el contenido de Aunque UD. no lo Crea se trasladó a páginas de EL UNIVERSAL GRÁFICO, donde se mantuvo hasta los años 60.

“Aunque UD. no lo Crea”, 1949. Robert Ripley consideró que su sección tenía fuentes infinitas de información para dibujar centenares de cartones y formar una biblioteca de eventos extraños. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
“Aunque UD. no lo Crea”, 1949. Robert Ripley consideró que su sección tenía fuentes infinitas de información para dibujar centenares de cartones y formar una biblioteca de eventos extraños. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Concurso de “maravillas” organizado por Ripley y EL UNIVERSAL

En la primera plana del 6 de noviembre de 1938, este diario publicó su convocatoria para el concurso “Aunque UD. no lo Crea”, disponible para todos sus lectores de la república, sin limitación de edad.

Los requerimientos implicaron enviar un “Aunque UD. no lo Crea” –un dato o suceso curioso– que no se hubiera publicado antes y que contara con plena comprobación, ya fuera en libros, fotografías o demostración pública. Robert Ripley elegiría las mejores curiosidades, cuyos autores recibirían premios en efectivo de hasta 300 pesos.

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El afamado caricaturista llegó a la Ciudad de México el 22 de noviembre. Decenas de curiosos lo recibieron en la estación de trenes Buenavista; algunos eran alegres fanáticos, otros eran escépticos que quisieron expresar su rechazo.

Convocatoria para el concurso “Aunque UD. no lo Crea”, organizado por EL UNIVERSAL y Robert Ripley en 1938. El tiempo para registrar concursantes terminó a la medianoche del 20 de noviembre. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Convocatoria para el concurso “Aunque UD. no lo Crea”, organizado por EL UNIVERSAL y Robert Ripley en 1938. El tiempo para registrar concursantes terminó a la medianoche del 20 de noviembre. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Ripley revisó las mil 563 cartas que lectores de este diario enviaron para el concurso y para la edición del 26 de noviembre, se anunció a los ganadores. El principal fue Andrés Matute, un español que tenía un “lunar muy mexicano” en la cara, con la forma del nuestro país.

Además de él, otros 12 testimonios resultaron ganadores. La Lotería Nacional también participó en la organización del concurso y encabezó la ceremonia de premiación en uno de sus salones esa misma noche del 26 de noviembre.

En la edición del 27 de noviembre de 1938, EL UNIVERSAL describió el exitoso concurso Aunque UD. no lo Crea: Desfile de Maravillas, con la presentación de “sucesos extraordinarios” y mucha diversión.

“Parece redundante decir que me siento feliz de estar en México y de la oportunidad para entregar los premios ofrecidos a los mexicanos por medio del concurso del Gran Diario de México”, comentó Ripley en 1938. Su primera visita a México fue en 1929, con mucha menos atención. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL
“Parece redundante decir que me siento feliz de estar en México y de la oportunidad para entregar los premios ofrecidos a los mexicanos por medio del concurso del Gran Diario de México”, comentó Ripley en 1938. Su primera visita a México fue en 1929, con mucha menos atención. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL
Robert Ripley con los ganadores del concurso “Aunque UD. no lo Crea”, organizado por él, EL UNIVERSAL y la Lotería Nacional en 1938. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.
Robert Ripley con los ganadores del concurso “Aunque UD. no lo Crea”, organizado por él, EL UNIVERSAL y la Lotería Nacional en 1938. Foto: Archivo EL UNIVERSAL.

Entre las asombrosas historias que participaron estuvo un hombre sin brazos que logró nadar y atravesar el Lago de Pátzcuaro; el telegrafista sordo que no fallaba en capturar los mensajes o la mujer que tenía más de 90 años y seguía trabajando como lavandera.

Para ayudar a Robert Ripley, EL UNIVERSAL eligió al poeta y periodista, Samuel Ruíz Cabañas, quien entonces era el encargado de editar la sección Aunque UD. no lo Crea para nuestro país. Entre ambos presentaron las demostraciones de los ganadores.

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EL UNIVERSAL distribuyó 500 pesos entre cinco ganadores, mientras que Ripley expidió cheques por 5 dólares a otros vencedores y la Lotería Nacional otorgó sus propias recompensas por 25 pesos.

Ripley ocupó su visita para conocer Guadalajara, Morelia, Oaxaca y Monte Albán. En la imagen se ve a Andrés Matute y su lunar. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Ripley ocupó su visita para conocer Guadalajara, Morelia, Oaxaca y Monte Albán. En la imagen se ve a Andrés Matute y su lunar. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Dos décadas después del primer concurso, en 1956, EL UNIVERSAL GRÁFICO hizo su propia competencia “Aunque UD. no lo Crea”; para ese momento ya no estaba Robert Ripley para determinar a los ganadores. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Dos décadas después del primer concurso, en 1956, EL UNIVERSAL GRÁFICO hizo su propia competencia “Aunque UD. no lo Crea”; para ese momento ya no estaba Robert Ripley para determinar a los ganadores. Foto: Hemeroteca EL UNIVERSAL.

Believe It or Not se convirtió en un producto de exhibición

Para marzo de 1951 y después de la muerte de Robert L. Ripley, México recibió la visita de su “colección de rarezas”. Además de las caricaturas, la marca Ripley abrió su primer museo en 1933 en Chicago y organizó exposiciones en otros sitios para mostrar las curiosas piezas y testimonios que su fundador recolectó a lo largo de su carrera.

En aquella ocasión, la capital recibió un “circo de fenómenos”, como solía llamarse entonces a hombres y mujeres con particularidades o discapacidades. Desde una chica con cara de mula, el matrimonio más “pequeño” del mundo –entre dos personas con enanismo– o un grupo de pulgas amaestradas que podían arrastrar –¡a voluntad de un humano!– objetos 300 veces más pesados.

Museo Believe It or Not de Chicago fue el primero que Ripley abrió en 1933. Hoy en día, la marca tiene más de 100 atracciones en 10 países. Foto: Wikimedia Commons.
Museo Believe It or Not de Chicago fue el primero que Ripley abrió en 1933. Hoy en día, la marca tiene más de 100 atracciones en 10 países. Foto: Wikimedia Commons.

Esta exhibición se instaló en la primera calle de San Juan de Letrán, lo que hoy es Eje Central, en un horario igual de alucinante: de 11 de la mañana a medianoche, para que todos tuvieran oportunidad de ir, sin excepciones.

Según declaró este diario en su edición del 23 de marzo de 1951, este centro de maravillas “ha batido récords de dinero y taquilla”, al grado que hasta los rateros aprovecharon el alto número de asistentes para robarse bolsos o carteras.

Décadas después, pueden encontrarse más de 100 museos y atracciones dedicadas al fenómeno Aunque UD. no lo Crea, incluido el recinto Ripley en la Ciudad de México.

A través de sus caricaturas, libros, programas de radio y televisión, viajes e investigaciones, Robert Ripley dejó la frase “aunque usted no lo crea” grabada en la memoria de varias generaciones y encendió el instinto curioso de su público. Como él mismo llegó a decir, “la realidad resulta más extraña que la ficción”.

Museo Ripley en CDMX. El fundador de “Believe It or Not”, Robert Ripley, murió en mayo de 1949, después de tres décadas con sus caricaturas. Foto: ESPECIAL.
Museo Ripley en CDMX. El fundador de “Believe It or Not”, Robert Ripley, murió en mayo de 1949, después de tres décadas con sus caricaturas. Foto: ESPECIAL.
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