Recientemente vi Muerte en Venecia (1971) del gran maestro italiano Luchino Visconti. Siempre pensé que es la película perfecta. No me decepcionó, porque pocas veces se encuentra en una película esa maestría y talento: la novela de Thomas Mann, la música de Gustav Mahler, la actuación de Dirk Bogarde, la dirección de Visconti y los atardeceres de Venecia.

Especialmente el actor inglés Bogarde estaba en el punto culminante de su carrera. Su papel es el del músico alemán Gustav Aschenbach (que en el libro es un escritor). El joven Bjorn Andersen aparece como Tadzio, con Silvana Mangano y Marisa Berenson como la esposa de Herr Aschenbach. Con una coproducción francoitaliana, es la adaptación de la novela de Thomas Mann del mismo nombre, publicada en 1912. El tema musical es el Adagietto de la 5ª Sinfonía de Mahler, a veces llamado el “Tema de Alma” por la esposa del compositor, que realmente podría haber sido escrito especialmente para la película.

La película fue filmada durante nueve semanas en el Grand Hôtel des Bains en el Lido de Venecia (inaugurado en 1900: aún funciona), en un ambiente elegante Belle Epoque que se podría calificar de proustiano. En ese mismo hotel Thomas Mann tomaba sus vacaciones, y el mismo Visconti de niño pasó vacaciones en Venecia con su familia, rodeado de nanas y sirvientes, antes de la Primera Guerra Mundial (había nacido en 1906). Por cierto en alguna época se dijo que Visconti preparaba la adaptación al cine de En Busca del Tiempo Perdido de Proust, proyecto que nunca se llevó a cabo. Viscontí era admirador de Thomas Mann, nacido 31 años antes que él, también consideró llevar a la pantalla La Montaña Mágica de Mann, pero desistió de ello por la dificultad de la trama.

Se sabe que Viscontí emprendió una larga y cuidadosa búsqueda del actor que iba a representar al joven Tadzio. Finalmente conoció a Björn Andresen en Estocolmo, Suecia. Tenía, dice el NYT, “la cara de un ángel de Botticelli”, Tenia quince años, nunca había actuado y no había leído la novela.

Desde la preparación de la película se discutió sobre si el personaje principal era una encarnación de Gustav Mahler, lo cual parece ser la idea general de Visconti, por la música utilizada, por el nombre de Gustav, y la muerte de su hija. Además, Mahler murió en 1911, precisamente en el tiempo en que Thomas Mann estaba escribiendo la novela. Anna, la hija de Mahler, declaró que el escritor no tenía la intención de identificar al personaje con Mahler. En todo caso, en entrevistas posteriores, Visconti defendió su derecho “adoptar” la historia, porque el cine no es lo mismo que la literatura.

Luchino Visconti (1906-1976) en Milán, capital de la región de Lombardía en Italia, en el seno de una de las familias de las más antiguas de la aristocracia lombarda, los Visconti, cuyo linaje se remonta a la Edad Media. Su padre tenía el título de Duque de Grazzano Visconti, su madre era hija de un poderoso farmacéutico milanés (la empresa de Carlo Erba, fundada en el S. XIX, que aún existe). Sus cuatro hijos tenían el título de Conde. El escudo de la familia, una serpiente comiéndose a un niño, fue traído por sus antecesores de las cruzadas. El abuelo y el tio de Visconti tío fueron superintendentes del teatro de La Scala, lo cual familiarizó al joven Luchino con la ópera desde el principio.

El joven Visconti se dedicó en su juventud a la cría de caballos finos. Su familia había fundado el Jockey Club de Italia. A los 26 años entrenó un caballo que ganó la carrera de la Copa de Oro de Milán. En 1935 se trasladó a , donde gracias a se vinculó y colaboró con el gran cineasta francés , con quien participó como asistente de dirección. Los otros asistentes de Renoir eran Jean Becquer y Henri Cartier-Bresson, todos comunistas que influyeron sobre el joven Luchino. Su hermano mayor, oficial en el ejército de Mussolini, murió en África durante la 2ª Guerra Mundial. A la muerte de su padre, Luchino heredó una villa en Roma, donde el director vivió la mayor parte del tiempo. Nunca dejó de llamarse comunista.

Su estilo cinematográfico fue primero neorrealista (1943-1948), con La Terra Trema (1948), filmada en Sicilia primero como un documental y luego como una historia de pescadores con la población local, con Franco Zefirelli como asistente de dirección. En los años cincuenta, después de filmar Bellísima, protagonizada por Anna Magnani, melodrama ambientado en el mundo cinematográfico, Visconti encaró el tema del Risorgimento y la unidad italiana con Senso, una historia de amor y de política, su primer filme a color, ambientado en los momentos más dramáticos de la lucha de los italianos para liberarse de los invasores austríacos y unificar al país.

La mejor conocida en México Rocco y sus hermanos (1960) abordó el tema de los conflictos sufridos por los campesinos meridionales del sur italiano, en el marco de la historia de unos hermanos que se trasladan a Milán y la dura realidad que allí debían enfrentar. Visconti escribió el guion. Quiso dirigir una película en Milán, que era su ciudad. Los actores, el muy joven Alain Delon y Annie Girardot, se hicieron famosos con la película.

En , basándose en el excelente libro homónimo de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, muestra los cambios políticos en Sicilia a través de la historia del príncipe Di Salina y su familia, la decadencia de su clase nobiliaria y su mundo que agonizaba, mientras la nueva burguesía ascendía al poder económico y político. El marco histórico es la invasión de los Camisas Rojas conducidos por Giuseppe Garibaldi en 1860. Debido al éxito comercial de Rocco, Visconti logró financiamiento internacional para el Gatopardo. Una obra maestra que recreó la riqueza y la complejidad de la novela. Se llevó la Palma de Oro en Cannes ese año.

En 1967 el director hizo La caída de los dioses, también llamada Los Malditos, con Helmut Berger (su primera película), Ingrid Thulin y Dirk Bogarde. Era una metáfora sobre el mal y la corrupción moral de una familia alemana vinculada con el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Visconti quiso mostrar la complicidad de la gran industria alemana con el fascismo.

La película incluye unas escenas bien filmadas, el ambiente general del ascenso del fascismo, y las violentas escenas de la liquidación de los Camisas Pardas por tropas de la SS: la llamada “” de julio de 1934. Sin embargo, me parece que el filme envejeció mal por la lentitud y la teatralidad con que trata de la decadencia de la familia. Hay que recordar, sin embargo, que realmente antes de eso no se había hecho una película sobre el fascismo. En 1973 Visconti filmó Ludwig, sobre Luis II de Baviera, con Helmut Berger ya como un actor de fama al menos europea, y Romy Schneider. La versión completa dura 4 horas, y ahora parece una película demasiado lenta.

Su última película (1976) fue El Inocente, con Giancarlo Giannini y Laura Antonelli, una adaptación de la novela homónima del escritor Gabriele D'Annunzio publicada en 1982. Visconti había sufrido un infarto y no se podía mover mucho. Estaba en una silla de ruedas y le costó mucho terminar la película. Se ha dicho que es una película “bella y disciplinada” y se elogian sus decorados. Cada encuadre, cada close up, cada gesto de los personajes es un detalle creativo, por más que la historia y el ambiente de los ricos y aristócratas italianos de 1890 muestra un mundo desaparecido y decadente. Giannini, el principal personaje es atinadamente criticado por Visconti por su cinismo y su egoísmo. Supongo que D’Annunzio, popular en su época, es ya un autor olvidado. Se trata del último canto de una aristocracia europea antes del Siglo XX, del modernismo, de los movimientos obreros, de la liberación femenina.

Visconti pertenece a una generación de directores italianos legendarios: Vittorio de Sica, Roberto Rossellini, Federico Fellini, Michelangelo Antonioni, Mauro Bolognini, y más tarde Pier Paolo Pasolini, Bernardo Bertolucci, Francesco Rossi, y los hermanos Vittorio y Paolo Taviani. Se ha dicho que Franco Zeffirelli fue el más famoso discípulo de Visconti.

Como director de ópera, puso en La Scala de Milán, con gran éxito, La Traviata, Anna Bolena, Ifigenia en Táuride, La Sonnambula con María Callas. La Callas ya era famosa, pero fue Visconti quien la enseñó a actuar sin moverse mucho. Trabajó también para la y en Londres, en donde dirigió de con . También dirigió numerosas obras de teatro.

En You Tube se puede (y se debe) ver The Life and Times of Luchino Visconti en tres partes que suman dos horas y media. Muy recomendable. Se presentan pertinentes entrevistas y bien seleccionadas escenas y música de sus películas.

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