
La semana pasada, una delegación de la China Trademark Association (CTA) visitó México y sostuvo una reunión con el director general del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y su equipo directivo. Esta reunión fue, según varios de los asistentes chinos, sorprendente y ejemplar por su apertura, transparencia y efectividad, aspectos que no siempre caracterizan este tipo de reuniones de cortesía y protocolarias.
El titular del IMPI destacó la importancia estratégica de la relación entre México y China, especialmente en temas económicos y comerciales, y subrayó el avance constante del país en materia de propiedad intelectual (PI). Si bien aún no se alcanzan cifras comparables a las de China (donde sólo en 2023 los registros de marcas superaron 4.4 millones), el crecimiento es consistente. Además, mencionó el respaldo del gobierno, con iniciativas como el programa One-Stop Shop impulsado por la Secretaría de Economía, orientado a facilitar la inversión y a posicionar a México en un mejor lugar en el Índice Global de Innovación.
El tono de apertura y colaboración en la reunión no dejó de lado la necesidad de abordar el comercio ilícito de mercancías que violan derechos de PI.
Como bien se tenía que decir, y se dijo, el IMPI dejó claro que, gracias a la legislación de armonización derivada del T-MEC, ahora cuenta con más herramientas legales para enfrentar el problema. Además, se destacó el éxito de la ‘Operación Limpieza’, que ha demostrado ser una medida efectiva para frenar la competencia desleal y proteger a empresas formales y consumidores.
En un gesto que fue bien recibido por la delegación visitante, la directora de Marcas expuso un problema que afecta a empresas chinas: el registro de marcas de mala fe por terceros. Comentó que, como sucedió en el pasado con marcas de Estados Unidos y Europa, han comenzado a aparecer casos similares con marcas chinas en México.
La funcionaria solicitó la colaboración de la CTA para informar a sus miembros sobre los mecanismos disponibles en México, incluyendo el registro directo y los sistemas internacionales de protección, así como la oposición a marcas solicitadas de mala fe.
Los representantes de la CTA hablaron con franqueza. Aunque no son una autoridad gubernamental, están dispuestos a llevar el tema de la piratería hasta el primer nivel de la poderosísima CNIPA (Agencia Nacional de Propiedad Intelectual) y, por supuesto, a la Administración General de Aduanas de la República Popular China. Esta última tiene amplias facultades en materia de PI que en México muchos quisiéramos para detener la piratería. Además, expresaron su disposición a colaborar como asociación, pero también a promover que los titulares de marcas hagan su parte junto a las autoridades chinas y mexicanas para frenar este cáncer.
También mencionaron, sin dar muchas vueltas, que el nivel técnico y la claridad con la que se abordaron los temas superaron lo que suelen encontrar en otros países.
Del contexto general, me quedó claro que China ve a México como un socio con mucho potencial. Y, por lo mismo, es muy probable que las marcas chinas que empezamos a ver se multipliquen. Las solicitudes llegarán en cascada, y así se desprende de la experiencia de otros países. Si lo que buscaba la directora de Marcas era precisamente eso, yo sólo diría que hay que tener cuidado con lo que se desea. El encuentro fue muy oportuno, y ahora sí, toca prepararse para lo que viene.
El IMPI necesitará más recursos, tanto humanos como materiales y financieros, para estar a la altura del reto.
Especialista en propiedad intelectual y protección de innovación, socio de ECIJA México X: @MA_Margain

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mahc