Mientras los septuagenarios líderes autoritarios de las principales potencias se retan entre sí, desmantelando el orden mundial, un millón de jóvenes católicos se reunieron en Roma el pasado fin de semana para la celebración del Jubileo de la Juventud y la convocatoria a jóvenes influencers de las redes sociales de diversos países. Una magna convocatoria de adolescentes de todos los rincones del mundo que compartieron la emoción de participar en el primer evento multitudinario del pontificado del Papa León XIV.

Ante las condiciones que afectan a millones de jóvenes en todos los continentes, por la incertidumbre, la guerra, la migración, discriminación, exclusión, desplazamiento forzado, hogares divididos, pobreza, cambio climático, delincuencia y el consumo de sustancias tóxicas, ilegales y adictivas que destruyen la voluntad, León XIV subrayó los principios fundamentales de convivencia armónica y fraternal de la Iglesia católica.

Aunado a estos fenómenos, la política como profesión y los políticos como líderes, en muchos países, han dejado de ser ejemplos de respeto y la fuente de inspiración de ideales, para presentarse como la más descarnada expresión de la ambición de poder, avasallando la legalidad, la dignidad y las libertades, que afecta a la generación más impaciente de la historia, que busca la fortuna súbita como influencers aun a costa de su dignidad o la mercantilización hedonista de las imágenes del pudor perdido, con síntomas de depresión y baja autoestima que vulneran una legítima ambición de superación.

Es por esta razón que el Papa expresó: “La ciencia y la tecnología influyen en la forma en que nosotros vivimos en el mundo, afectando incluso al modo de entendernos a nosotros mismos, de relacionarnos con Dios y los unos con los otros. Pero nada de lo que proviene del hombre y su creatividad debe utilizarse para socavar la dignidad de los demás. Nuestra misión, la misión de ustedes, es nutrir una cultura de humanismo cristiano, y hacerlo juntos...

“Hoy nos encontramos en una cultura en la que la dimensión tecnológica está presente en casi todo, especialmente ahora que la adopción generalizada de la inteligencia artificial marcará una nueva era en la vida de las personas y de la sociedad en su conjunto. Este es un desafío que debemos afrontar: reflexionar sobre la autenticidad de nuestro testimonio, sobre nuestra capacidad de escuchar y hablar, y sobre nuestra capacidad de comprender y ser comprendidos. Tenemos el deber de trabajar juntos para desarrollar una forma de pensar y un lenguaje de nuestro tiempo que dé voz al Amor.

“…Sean entonces ustedes agentes de comunión, capaces de romper la lógica de la división y de la polarización”.

Afortunadamente, este millón de jóvenes es representativo de una generación consciente de los grandes descubrimientos de la ciencia, con la misión de conquistar ambiciosas metas dentro y fuera de nuestro planeta, comprometidos con los principios de legalidad, justicia, democracia, libertad de pensamiento, derechos humanos y respeto a la vida, que llevan en el corazón el gran legado que, por más de 2000 años ha postulado la Fe católica. Son jóvenes que reconocen que un pueblo sin Fe es un pueblo sin futuro.

Rúbrica. Hiroshima y Nagasaki 80 años después. La ceguera histórica de los ególatras del poder militar y la destrucción nuclear se retan con el dedo sobre el botón rojo.

Político y escritor. @AlemanVelascoM

articulo@alemanvelasco.org

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