Acaba de ocurrir un nuevo golpe de Estado en el Sahel africano. Esta vez es Níger el país que se suma a otros en donde esto ha estado sucediendo en los últimos años. Más allá de lo local, podemos observar gran cantidad de elementos compartidos en la zona, los cuales terminan por conectarse con una serie de factores regionales y globales. Es decir, ya sea que hablemos de Níger o de Burkina Fasso, Malí o Sudán, tenemos que incluir en el análisis temas como el jihadismo, la rivalidad entre las superpotencias y su competencia por espacios de influencia, así como la guerra en Ucrania, y ahora mismo, la insurrección del grupo de contratistas Wagner en Rusia y los vínculos que esta organización potencialmente estaría tejiendo con el gobierno golpista en Níger. Del otro lado tenemos la respuesta de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (ECOWAS por sus siglas en inglés) y sus amenazas de intervenir, posiblemente respaldados por EU y Francia. Así que recuperamos la discusión desde donde la dejamos y actualizamos el tema.
El golpe en Níger
El 26 de julio, un grupo de soldados nigerinos que se hacen llamar el Consejo Nacional para la Protección de la Patria (CNSP) anunció que había tomado el control del país. En su acción, suspendieron todas las instituciones, disolvieron la Asamblea Nacional y la constitución, y cerraron las fronteras. El 27 de julio, el ejército de Níger emitió un comunicado expresando su apoyo al CNSP, a pesar de que en un principio éste había estado del lado del presidente destituido, Mohamed Bazoum. Ese presidente, quien había sido democráticamente electo, era considerado un aliado de EU y Occidente. El miércoles desapareció después de que sus propios guardias lo detuvieran en el palacio presidencial en la capital, Niamey. El 28 de julio, el CNSP instaló al comandante de la guardia presidencial, Abdourahamane Tchiani, como jefe de Estado.
Como dijimos, esto se suma a una cadena de golpes de Estado en la misma región, formando un corredor de seis países que se extiende a lo largo de 3,500 millas, desde la costa oeste hasta la costa este del continente (NYT, 2023), lo que incluye a países como Guinea, Sudán, Mali, Burkina Faso y ahora Níger.
Factores locales como la corrupción, el descontento social, la violencia insurgente y la debilidad de los estados, han contribuido a estos golpes. Pero hay algunos patrones y conexiones que rebasan lo local, las cuales vale la pena revisar:
Factores compartidos
1. Sobre el jihadismo en la zona: el Sahel africano es una de las regiones más afectadas por terrorismo desde hace años. Según el Índice Global de Terrorismo 2023, en los últimos 16 años, las muertes por terrorismo en la región han crecido más del 2,000 por ciento, un incremento que está muy “lejos de abatirse”. Esto se relaciona con motores esencialmente sistémicos que incluyen “una débil gobernanza, polarización étnica, inseguridad ecológica, abusos por las fuerzas de seguridad de los estados, conflictos pastorales, el crecimiento de la ideología del islam salafista, inestabilidad política, crimen organizado transnacional, inseguridad alimentaria y la competencia geopolítica global” (IEP, 2023).
2. Burkina Faso y Malí se encuentran entre los cinco países más golpeados por terrorismo en el mundo. Pero, además, hay otras cosas que esas cifras no revelan. De acuerdo con la ONU, la conflictiva del Sahel está dejando a más de 10 millones de niñas y niños en necesidad de ayuda humanitaria, más del doble que en 2020. En general, de acuerdo con un reporte procedente del Centro de Estudios Estratégicos de África (2023), las fatalidades por la militancia islámica en el continente subieron un 50% en el último año.
3. Una de las banderas políticas que los generales golpistas en la región han esgrimido, ha sido la de prometer un más eficiente combate en contra del extremismo jihadista. Además, como acá lo hemos compartido, la investigación muestra que, mientras más miedo existe en una sociedad—algo natural, producto del incremento del terrorismo en su región—más dispuestas se encuentran esas sociedades a sacrificar libertades y a apoyar a figuras autoritarias que prometen recuperar su seguridad vulnerada.
4. La competencia y rivalidad entre potencias globales se ha dejado sentir en la zona. En este caso, se trata de una región con una alta influencia histórica de Francia. Ese país ha enviado misiones militares para apoyar en el combate contra distintos grupos jihadistas, pero dos cosas son evidentes en estos últimos años: la primera es que la eficacia de estas tropas francesas ha sido enormemente limitada, y la segunda es que el gobierno de Macron optó por irse desvinculando de este combate por otro tipo de prioridades que han ido emergiendo. Esto a su vez se conecta con otros dos elementos. Uno, que los generales golpistas emplean continuamente consignas antifrancesas (o anti-ONU) en el discurso que justifica sus acciones, y dos, que Rusia ha estado aprovechando los vacíos provocados para incrementar su influencia en la región. Ahora mismo, en el caso de Níger, una vez más estuvimos viendo banderas rusas ondeando entre grupos que apoyan a los golpistas.
5. El método principal que, al menos hasta hace un tiempo, Moscú empleaba para incrementar dicha influencia, es justamente el Grupo Wagner, una empresa militar privada que usualmente era vinculada al Kremlin, al Ministerio de Defensa ruso (particularmente a la Dirección Principal de Inteligencia militar, o GRU) y al Servicio de Seguridad Federal (FSB), la sucesora de la KGB. La presencia de personal del Grupo Wagner en países como Malí, a donde llegó asistido por las Fuerzas Armadas Rusas desde diciembre del 2021 (CSIS, 2022), había venido creciendo de manera considerable hasta antes de la intervención rusa en Ucrania. Paralelamente crecía también la actividad política y diplomática de Moscú en la zona, así como sus lazos con los gobiernos de facto. Todo esto, mientras que distintos sectores de las sociedades de esos países aceptaban el discurso que culpa a Francia y a las misiones de paz de la ONU por su situación de seguridad. Lo interesante entonces, no es solo la prevalencia de un sentimiento antioccidental y anti-ONU, sino la emergencia de un sentimiento prorruso en determinados sectores de dichas sociedades.
La insurrección de Wagner y el caso de Níger
1. Tras la insurrección del grupo Wagner en Rusia, la relación entre esa agrupación y el Kremlin está cambiando de formas que aún no se terminan de revelar. Ha habido momentos en los que la ruptura entre Putin y Prigozhin, el líder de Wagner, parece evidente. Pero hay otros en los que esa ruptura parece menos clara y más bien lo que emerge es una negociación con términos que siguen fluyendo. El tema africano es un buen ejemplo de ello.
2. Considere lo siguiente: El 27 de julio—apenas un día después del golpe en Níger—Yevgeny Prigozhin estuvo presente en San Petersburgo (mientras esa ciudad hospedaba el Foro Económico y Humanitario Rusia-África) y se reunió informalmente con líderes africanos, lo que sugiere que el Grupo Wagner tiene la intención de seguir siendo un actor importante en África. Las fotos de Prigozhin estrechando manos con un funcionario de la República Centroafricana y el "director de Afrique media" fueron amplificadas por blogueros rusos. Según se reportó, Prigozhin sostuvo reuniones privadas e informales con representantes de varios gobiernos africanos en un hotel cercano al foro, aunque no asistió formalmente a la cumbre (ISW, 2023).
3. De manera especial, Prigozhin utilizó el foro para presentar a Wagner como un socio viable contra Occidente en el contexto de la situación en Níger tras el golpe. Los canales de Telegram afiliados a Wagner comenzaron a circular una grabación de audio presuntamente de Prigozhin el 27 de julio en la que elogió la destitución del presidente nigerino Mohamed Bazoum por parte del ejército, mientras acusaba a las naciones occidentales de desestabilizar deliberadamente la situación en África y apoyar a “organizaciones terroristas”. Prigozhin sugirió que “mil combatientes” de Wagner podrían restaurar el orden, presumiblemente en el Níger posterior al golpe. Varios blogueros rusos respondieron a la supuesta grabación de audio de Prigozhin y sugirieron que Níger necesitará “ayuda” de Wagner similar a la que Mali necesitó después de su golpe en mayo de 2021 (ISW, 2023).
4. Según algunos de los documentos de inteligencia recientemente filtrados en EU, Wagner está buscando establecer una “confederación” de estados africanos que sean “prorrusos y antioccidentales”. Para ello, un informe del Soulfan Center (SC) estima que Wagner se está aprovechando tanto del vacío generado por los repliegues de Francia, EU y otros aliados de la zona, como de la vulnerabilidad que prevalece en esas regiones ante el ascenso de la violencia terrorista y de otros actores no estatales.
5. Así, los contratistas privados de Wagner han brindado asistencia militar, logística y operaciones de información en varios países africanos, incluyendo a Libia, República Centroafricana, Malí, Burkina Faso y Sudán. Wagner también tiene conexiones con la República Democrática del Congo y está en pláticas para expandirse a Zimbabue y Eritrea. Wagner ha empleado a Argelia y a Camerún como puntos logísticos, ha operado en Madagascar, Mozambique, Sudán del Sur y Guinea Ecuatorial y planea contrarrestar la influencia occidental en Guinea (SC, 2023). Níger sería una pieza más de ese tablero.
6. En otro sentido, de acuerdo con el informe, la presencia de Wagner en África ha tomado por sorpresa a Estados Unidos y sus aliados. Es decir, ante la falta de una estrategia bien planeada e implementada por Washington, EU está perdiendo terreno en la competencia entre las grandes potencias en esa zona del mundo.
7. Considerando todo lo anterior, parece poco probable que el grupo Wagner desaparezca de la escena africana. Incluso si modifican el nombre de esa organización, o algunos aspectos de forma, se puede hipotetizar que Moscú sigue altamente interesada en usar una estrategia que incluya a Wagner o a una agrupación similar a fin de avanzar sus metas de influencia en la región del Sahel y en otras partes.
Respuesta de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, EU y Francia
1.Tras la ola de golpes de estado en seis de sus países miembros, en 2022 los líderes de ECOWAS acordaron establecer una fuerza de seguridad regional para responder a amenazas jihadistas y prevenir golpes militares. No obstante, esto no se ha implementado aún.
2. Ahora bien, según se ha reportado, los principales funcionarios de defensa de ECOWAS se reunirán esta semana para discutir una posible intervención militar en Níger (Rane, 2023), pero para estar preparada para esa misión, la ECOWAS tendría que superar problemas logísticos, de seguridad, y evitar la disidencia política entre sus miembros.
3. La unidad dentro del ejército nigerino es hasta este punto incierta, lo que podría facilitar dicha intervención de ECOWAS o influir en el restablecimiento de Bazoum como líder.
4. Adicionalmente, considerando el panorama global y regional arriba descrito, EU y Francia estarán interesados en apoyar la restitución del presidente Bazoum y no perder ese espacio de influencia. De hecho, el 28 de julio, el líder de la junta, Tchiani, acusó a Francia de estarse preparando para intervenir militarmente. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia no confirmó ni negó la acusación, aunque Macron se comprometió a responder “inmediatamente” a cualquier acto de violencia contra los intereses franceses en Níger. Manifestantes golpistas atacaron la embajada francesa en Niamey el 30 de julio (algo que ya se ha vuelto común en esta ola de golpes).
5. Aún así y a pesar del respaldo que una intervención internacional en contra de los golpistas pudiera tener, asumiendo que ésta sí ocurra, lo más probable es que Francia y EU colaborarían sobre todo de manera indirecta, aportando equipo, financiamiento y armamento. Si deciden participar de forma más directa, Francia tiene de 1000 a 1500 tropas en ese país y EU tiene poco más de 1000. Estaremos observando lo que ocurra en los días que siguen.
En suma, lo ocurrido en Níger obedece sin duda a una serie de factores propios del país que deben considerarse. Pero para efectos del análisis sistémico y global que hemos venido efectuando acá, es importante tomar en cuenta que lo de Níger se añade a una cadena de eventos previos en los que el jihadismo regional y transnacional, se están mezclando con la lucha de poder local, la rivalidad entre las superpotencias, la guerra en Ucrania y ahora mismo la difusa relación entre Wagner y Moscú.
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