No todo en la vida es neurosis política. Hay vida más allá de Trump, Noroña, el próximo embajador que es de la CIA, o los Monreal. Llama por eso la atención la visión de María Dueñas, la exitosísima escritora española, sobre México. Declaró que nuestro país es grandioso: “Este colorido, la comida, la multitud”, “luego vuelves a España y todo es chiquito”. Exactamente lo mismo, pero al revés, es lo que siempre he pensado sobre España, donde los mexicanos encontramos cosas grandiosas. Será que por eso México es el país más español en el mundo, claro, después de España.

México es uno de los países con mayor personalidad en el mundo. El que más en Latinoamérica, seguido por Argentina y Brasil. Nuestra lengua es clara muestra de esa personalidad, en tanto es el vehículo esencial de identidad. Los mexicanismos son un rasgo que nos distingue de otras latitudes hispanoparlantes, son la palabra, frase o acepción usada “de modo característico y exclusivo” en el español de México, según los lingüistas.

Es probable que algunos de los mexicanismos no cumplan con las reglas que exigen las academias de la lengua, como que las expresiones tengan proyección nacional y se limiten a las fronteras nacionales. Difícil saber si con la migración a todo lo que da, las expresiones mexicanas crucen las fronteras y las cachen hablantes o escribanos de otras nacionalidades.

Aquí, aprovechando el ambiente festivo de fin de año y la generosidad de EL UNIVERSAL, van mexicanismos en uso y probablemente otros ya en desuso. Algunos están tan acreditados que hasta la Real Academia de la Lengua Española los ha recogido.

Algunos son francamente homofóbicos: Se le hace agua la canoa; le truena la reversa; se la come enterita; le gusta el arroz con popote; le gusta la coca cola hervida; le aplicaron la jarocha (operación transgénero); le gustan las de harina (lesbiana).

Se fue a jugar al Morelia (pasó a mejor vida); se la dejó Irineo (penetró sexualmente); se la metieron doblada: (Taibo II dixit); hacerle al bis-bis (orar sistemáticamente).

Del argot beisbolero, un fanático (AMLO) los utilizó desde Palacio Nacional como dar una cepillada a alguien (ganarle feamente la partida); irse para la calle (dar jonrón); ser un ladrillo (cometer errores a lo hora de atrapar la pelota con el guante); batear la propuesta (desecharla); tirar puras mentiras (lanzar cambios de velocidad); macanear (batear la pelota de beis).

Sinónimos:

Aflojarlas, darlas, (conceder, entregar, rendirse); avión (mujer muy guapa); brodi (hermano, camarada); cantón (casa); coger (fornicar); cotorreo, (parloteo); coyotito (siesta); cuaderno (amigo); chairo (militante del Partido Morena); chela (cerveza); chones (calzones); de Roberto (artículo robado); fufurufa, fifí (que muestra gustos de ricos); grillar (politiquear); ir a Cancún (defecar); livais (lesbiana); lomoso (habitante de las Lomas de Chapultepec en la CDMX); mamado (fuerte); mamila (antipático); mochilona (mujer devota); mocos, moles, órale, tómala, zácale (exclamaciones); nave (automóvil); negrear (explotar laboralmente); pulmón (pulque); preciso, ahora precisa (presidente); puma de la selva, puñal (homosexual); quihúbole (hola); rapidín (sexo apresurado… pero divertido); tehuacán (agua mineral); telera (televisión); Tepis (Barrio de Tepito); virula (bicicleta).

Felices fiestas amigos lectores, lo mejor para 2025.

Profesor de Derecho Constitucional de la UNAM

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