Los primeros 100 días de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum se podrían ver empañados por los resultados que se confirmen este martes de la compra consolidada de medicamentos para el periodo 2025-2026.
La adjudicación de los contratos para las casi 4 mil claves de fármacos que se solicitaron sería una verdadera sorpresa, ya que la escasa información que fluía hasta este lunes en la tarde apuntaba a que cerca de un 40% de esas claves se declararía desierta.
La presión sobre el secretario de Salud, David Kershenobich, y en especial sobre el subsecretario de Integración y Desarrollo del Sector Salud, Eduardo Clark, creció la semana pasada, cuando los laboratorios que participan en el proceso de compra empezaron a revelar sus quejas sobre una subasta en reversa que carece de fallo técnico, puesto que no hay una calificación de las casi 400 ofertas que se recibieron, a pesar de que se ofreció revelar tales análisis previo a la adjudicación.
Las quejas coinciden en diversos puntos; algunas son técnicas y otras son señalamientos de posibles actos de corrupción. Se reclama que se buscó dejar fuera a todas los laboratorios o proveedores que no eran propietarios únicos de los registros sanitarios, por lo que las cartas de representación que firmaron las grandes firmas internacionales no tuvieron validez. Tampoco se reconoció el decreto de diciembre para aceptar medicamentos registrados en otros países.
Sobre la presunta corrupción se habla del favoritismo por parte de la titular de la Unidad de Administración y Finanzas de Birmex, Emma López Juárez, a ciertos laboratorios, entre estos la tapatía PISA Farmacéutica, de Carlos Álvarez Bermejillo, recientemente involucrada en la muerte de 17 bebés por la presencia de una bacteria en insumos de nutrición que distribuyó su filial Productos Hospitalarios SA de CV. No solo dicha razón social, sino filiales de la empresa serían beneficiadas en la megacompra.
Además de PISA Farmacéutica, muy criticada en su momento por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, también Maypo, de Jack Rodríguez, se quedará una buena tajada de los contratos. En los registros de la compra complementaria de fármacos, aquella que sólo consideraba insumos para los primeros tres meses del 2025, la firma que siempre fue relacionada con el llamado periodo neoliberal y políticos ahora de oposición ostenta adjudicaciones por casi 2 mil millones de pesos.
Este último dato echa también por tierra la promesa de que en las compras realizadas por Birmex, con la supervisión de la Secretaría de Salud, quedarían fuera los distribuidores, bajo la premisa de que los intermediarios eran los responsables de incrementar los costos de los medicamentos. La realidad, aseguran fuentes del sector, es que estos mismos distribuidores o intermediarios resultan necesarios no sólo para asegurar la logística de entrega, sino para absorber los impagos en los que suele incurrir el sector público.
Estos son los mayores retos a los que terminarán enfrentándose Kershenobich y Clark en esta cruzada: la logística de distribución y las deudas que los institutos de salud tienen con las farmacéuticas. En el primer caso, hay certeza de que los retrasos en la agenda de la compra consolidada y la falta de información respecto a los puntos de entrega hace imposible que las piezas adquiridas en la compra bianual estén disponibles para marzo de este año; y en el segundo caso se sabe que para allegarse de piezas de medicamentos los funcionarios deberán convencer de participar en estas compras a laboratorios a los que adeudan alrededor de 10 mil millones de pesos.
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Se presentó el Plan México y, como se adelantó en este espacio, incluyó planes tan ambiciosos como pasar del lugar número 12 al 10 de las economías del mundo; la generación de 100 mil millones de dólares de Inversión Extranjera Directa anual; la creación de 1.5 millones de empleos en sectores estratégicos; llegar al 50% de proveeduría y el consumo nacional “hechos en México”; así como lograr un 15% de contenido nacional en cadenas globales de valor en los sectores automotriz, aeroespacial, electrónico, semiconductores, farmacéutico y químico; que 50% de compras públicas sean de producción nacional; y la reducción de 2.6 a 1 año el tiempo para concretar una inversión; también que 30% de la pymes tendrán acceso a financiamiento.
La novedad fue otro anuncio (o escenario) ambicioso: los 277 mil millones de dólares de inversiones que, según dijo la presidenta Claudia Sheinbaum, quieren llegar a México a través de un estimado de 2 mil proyectos en industrias prioritarias la textil, farmacéutica, dispositivos médicos, agroindustria, chips, semiconductores, electromovilidad, química, petroquímica, bienes de consumo y aeroespacial.
El Plan México también busca elevar la proporción de inversión pública y privada por encima del 25% del PIB a partir de 2026 y hasta 28 por ciento en 2030.
Un Plan muy ambicioso y difícil de lograr. Al tiempo.
Posdata 2
Y para documentar el optimismo, los analistas de Banamex, la institución financiera que tiene uno de los pronósticos de crecimiento más bajos para México este 2025 (apenas 0.2%), expusieron que la implementación del Plan México implicaría un mayor déficit público, generado por dos factores principales: la renuncia a ingresos debido a incentivos fiscales y el incremento del gasto público en infraestructura.
“No vemos concordancia con la consolidación fiscal y no atiende problemas estructurales. La implementación del plan implicaría un mayor déficit público, tanto por la renuncia a ingresos, como por mayores gastos lo cual impondría mayores retos para la consolidación fiscal propuesta por el gobierno en el Paquete Económico 2025”, dijeron los especialistas.
Del lado positivo está que la nueva administración ratifica y detalla la dirección de su política industrial. No obstante, se requerirán pasos adicionales, como la implementación de las acciones de corto plazo del plan para que mejore el clima para la inversión, tras el deterioro significativo a raíz de la materialización de riesgos políticos locales y externos, como la aprobación de las reformas constitucionales del “Plan C” en México y una presidencia de Trump.
Posdata 3
Además de los líderes de las cámaras y organizaciones de la iniciativa privada, entre los empresarios invitados y que acudieron a la presentación del Plan México estuvieron el presidente de América Móvil, Carlos Slim Domit; el presidente honorario de Kimberly Clark México, Claudio X. González; el accionista mayoritario de Genomma Lab, Rodrigo Herrera; el director y presidente de Mifel, Daniel Becker, y el CEO de Ternium, Máximo Vedoya.
Si bien se trata de empresarios importantes y reconocidos en sus sectores, faltaron muchos liderazgos de la iniciativa privada, sobre todo aquellos cuyas empresas tienen una alta exposición al mercado de Estados Unidos. ¿Será que están más preocupados por implementar una estrategia para enfrentar los aranceles de Trump que en escuchar un plan que, si bien es ambicioso, adolece de lo más importante: certeza jurídica y certidumbre política-económica. Para muestra, el dato de confianza empresarial que retrocedió 2.3% en 2024, al ubicarse en un promedio de 53.43 puntos. Es la primera caída desde 2020, cuando la pandemia frenó la economía.
@MarioMal