El martes 3 de mayo de 2022 criminales que viajaban a bordo de motocicletas abrieron fuego contra una familia que se encontraba conversando en la puerta de su casa. Esto ocurrió en la colonia Josefa Ortiz de Domínguez del municipio de Macuspana, Tabasco. Dos mujeres y dos hombres quedaron sin vida en el lugar y al menos tres más fueron llevadas a un hospital, entre ellas una mujer embarazada y un menor de edad.

Las atrocidades son cada día más comunes, pero hay un horror todavía más doloroso e inconcebible: como ciudadanos, nos hemos acostumbrado a ellas. Vemos pasar de un acto violento al siguiente sin ningún tipo de reacción, lamento o indignación. En el 2022 se cometió en promedio un acto atroz cada 80 minutos, calcinados, torturados, destazados, linchados, mujeres asesinadas con extrema violencia, muertes violentas de defensores de derechos humanos, periodistas o políticos, entre otros. La violencia sí es democrática porque le puede pasar a cualquiera. Si le estorbas a los criminales o a las autoridades puedes ser víctima de hostigamiento o extorsión, incluso llegando a la violencia física o asesinato con violencia extrema.

Además, hemos permitido que las autoridades locales respondan con su habitual “lo investigaremos hasta las últimas consecuencias”; mientras que el presidente envía más elementos castrenses si hay una coyuntura que le afecta políticamente. Ambas respuestas son equivalentes en los hechos a que el delito quedará impune. Las fiscalías a excepción de la de Querétaro, Coahuila y Nuevo León, tienen muy escasa capacidad de investigar y el Ejército solo hace rondines y si llega a la escena del crimen lo hace cuando los hechos estén consumados. Así pasamos de un crimen al siguiente.

De los actos crueles e inhumanos da cuenta el estudio presentado el martes pasado por Causa Común “Galería del horror: atrocidades y eventos de alto impacto registrados en medios periodísticos 2022”: https://causaencomun.org.mx/beta/atrocidades-2022/. Donde se realiza un mapeo hemerográfico de los distintos tipos de violencias y la crueldad con la que esta se ejerce. En este reporte vemos un incremento alarmante en casi un 17% respecto al 2021, pasando de 5,334 a 6,217 eventos atroces. Hubo un aumento mes a mes a lo largo de todo el año, con la excepción del mes de julio. Entre los actos atroces se registraron al menos 1,793 casos de tortura; al menos 808 casos de mutilación, descuartizamiento y destrucción de cadáveres; al menos 801 asesinatos de mujeres con crueldad extrema y al menos 500 masacres.

Subrayo que las atrocidades que forman parte de este documento son solo ejemplos de una galería de horrores porque estoy segura de que no todos son difundidos por los medios de comunicación, ya sea por miedo o porque hay colusión con autoridades corruptas que pagan o coaccionan a los medios para evitar que se difundan.

Los registros de atrocidades abarcan todo el país. Sin embargo, las cinco entidades en donde ocurrieron más atrocidades durante 2022 fueron: Baja California, Guanajuato, Michoacán, Morelos y el Estado de México. Se trata de violencia criminal, sí, pero es también violencia de género, violencia familiar, violencia comunitaria y violencia social. En este sentido, el trabajo pretende confrontarnos con los rasgos más oscuros de nuestra sociedad, para rescatar nuestra capacidad de conmovernos ante el cúmulo de horrores y actuar al respecto.

Es indispensable generar alianzas estratégicas entre organizaciones civiles, iniciativa privada y gobiernos para desarrollar proyectos que ayuden a documentar, visibilizar y explicar las violencias que se ejercen en el país, a fin de generar propuestas que prevengan y atiendan la grave situación de criminalidad que atraviesa México, focalizando las realidades de cada comunidad y región del país. (Colaboró Irais Arenas)

Presidenta de Causa en Común
 

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