“La inercia es un enemigo poderoso” —Carlos Dumois
“Desarrollo económico es el proceso por el cual nuestra comunidad mejorará su capacidad para crecer y desarrollarse económica, social, emocional y culturalmente”, nos dice Philipe Kotler en su libro Mercadotecnia de Lugares.
El desarrollo económico se basa en factores que buscan elevar la atractividad de un lugar tales como: calidad de vida, imagen positiva, infraestructura física y capacidad para impulsar su economía, acceso a tecnología y a recursos humanos capacitados, y finalmente accesibilidad a capital financiero.
Si Sinaloa hace las apuestas equivocadas, como lo hizo en el pasado, en el pecado llevará su penitencia, como lo está pagando ahorita.
Hoy la planeación estratégica para el desarrollo de Sinaloa se hace necesaria como resultado de los tiempos difíciles que se viven, aunque se debió planear hace 30 años para evitar esta época de crisis. Este ejercicio de planeación tendrá que empezar con un diagnóstico que identifique las características demográficas y económicas del estado, así como su FODA (fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) para que, con realismo, se pueda reconstruir un Sinaloa vivible, visitable e invertible. Finalmente se tiene que identificar con qué otros estados o regiones compite Sinaloa.
Este plan deberá dar soporte para los próximos 5 sexenios, por lo que requerirá de una visión de futuro compartida entre sociedad y gobierno que habrá de ser abanderada por un liderazgo que logre inspirar y obtenga un compromiso social que dé continuidad sexenal por 30 años al nuevo proyecto de desarrollo.
Sinaloa ya no aguanta seguir teniendo “obras de infraestructura” basadas en ocurrencias del gobernante en turno. Ya que los recursos son escasos, toda obra pública debe estar concatenada con los objetivos del plan.
De los últimos 10 gobernadores de Sinaloa, sólo 2 tuvieron visión de futuro con planes de largo plazo que incluían proyectos detonadores (Valdez Montoya y Labastida Ochoa); de los últimos 5 gobernadores, 4 llegaron al poder derivado de alianzas con el crimen organizado.
Quirino Ordaz renunció a ser gobernador del estado para convertirse en el mejor presidente municipal que ha tenido Mazatlán. Hoy Mazatlán no necesita idear nuevas atracciones, ya que el puerto cuenta con centro de convenciones, acuario, malecón grande y bonito, centro histórico vivo, centros comerciales importantes, estadios de beisbol y futbol, carnaval, campos de golf, marinas, buena pesca deportiva, paseos en bote, gran oferta cultural y eventos, turismo rural, gastronomía distintiva, personajes ilustres, etc. Aunque carece de algunos restaurantes de calidad con vista al mar y de seguridad carretera. Es decir, Mazatlán tiene todo para resurgir, solo le falta planeación urbana e inversión para servicios básicos, y proveerle seguridad carretera, los 3 conceptos fundamentales para garantizar el futuro.
Por el contrario, Culiacán, la capital sinaloense, atraviesa su peor crisis de la historia y tendría que preguntarse si hay algo que valga la pena sobre lo que pueda construir su futuro, ya que ha perdido la categoría de ser un lugar vivible, visitable e invertible.
Hay muchísimo trabajo por realizar entre sociedad y gobierno, la pregunta es ¿existe el liderazgo, la visión y el compromiso para iniciar el viraje estratégico que demanda el Estado?
Ingeniero industrial y empresario