Ahora que está avanzado el verano y que hemos visto a tanto morenista ser sorprendidos circulando por el mundo tomando unos días de descanso, me vienen a la mente palabras que he escuchado de varios integrantes del gobierno federal que apuntan sobre el trabajo de su jefa.

Hacen notar que todos los días, de lunes a viernes, a las 6 de la mañana está ya presidiendo la reunión del gabinete de seguridad. Pone atención a los temas, toma nota, pregunta sobre los hechos más relevantes de la mañana, es acuciosa con los datos duros, entiende bien de los seguimientos que se hacen en materia estadística para saber cuál estado va cómo en materia de homicidios, por ejemplo. Y luego sale a la conferencia a presentar su programa de temas preparados por el área de Comunicación Social y cercanos. Terminada la “conferencia del pueblo” atiende reuniones con integrantes del gabinete, reuniones de seguimiento con su equipo cercano, come en Palacio Nacional y por la tarde siguen las reuniones, prepara los temas del día siguiente. Muchas veces está en circulación hasta las 9 o 10 de la noche, me cuentan.

En esas reuniones de preparación seguramente es de donde salen las frases cortas y al pie que tratan de englobar en una o dos palabras la respuesta que quiere dar a los temas de coyuntura. Por ejemplo, cuando se dio el tema del arancel al tomate dijo que esa medida era injusta y dañina. Cuando Trump habló por primera vez de poner un 30 por ciento de aranceles a todos los productos mexicanos dijo que la medida era injusta. Una fácil; sobre el combate al huachicol, dijo que se llegaría “hasta donde tope”. Cuando el departamento del Tesoro de Estados Unidos habló del lavado por parte de bancos en México dijo que eso sólo eran “dichos”. Cuando se dio la triste elección del poder judicial a principios de junio, dijo que fue “un éxito”.

Eso es entre semana. Y luego en fin de semana, que comienza en viernes, tiene gira cada ocho días. Es raro el día que no sale. Pocos días ha descansado en los 10 meses y días que lleva su administración.

Físicamente se ve bien, se ve que se cuida y seguramente en temas de salud la cuidan los médicos de la Defensa.

Por eso se hace más difícil entender a un Ricardo Monreal que se fue a vacacionar a España, a un Mario Delgado que decidió viajar este verano a Portugal, no se diga Andrés López que decidió ir a Japón y por qué no, hasta un Cuauhtémoc Blanco que fue visto en Italia. Eso por los morenistas que se supo dónde andaban. Los que viajaron y no fueron balconeados, pues ya la hicieron.

El llamado de la presidenta Sheinbaum ha sido a ejercer el poder con humildad.

Pero no se nos olvide: La principal característica de los morenistas es la hipocresía y la segunda es la mentira.

Con todo esto de los balconeados desluce el trabajo de integrantes del gabinete que de verdad se la están jugando en estos tiempos tratando de sacar los problemas de México adelante. Es el claro caso del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quien hasta por temporadas, así sean cortas, ha estado en Estados Unidos para hablar con los secretarios de la administración Trump y lograr los mejores acuerdos para nuestro país. Quién lo iba a decir, Sheinbaum confiando en Ebrard y Ebrard confiando en Sheinbaum.

Periodista

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