A partir de la semana que está terminando han comenzado a regresar, de manera forzada, una cantidad indeterminada de mexicanos por las disposiciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que entraron en vigor desde el primer día de su mandato que inició, por segunda vez, apenas el pasado lunes.

La presidenta Claudia Sheinbaum estableció un rápido programa que se llama "México te abraza". Tiene un carácter fundamentalmente emergente que el lenguaje de este gobierno ha traducido en humanitario. Y hay razón en el fondo para darle ese carácter porque quienes estén regresando, estarán siendo despojados de lo que tienen o ellos pensaban que tenían.

Una vez que estén en nuestro país hay que darles un techo provisional, un desayuno, una comida y una cena, dinero para lo indispensable (2 mil pesos), transporte a la ciudad de donde son originarios y todo eso más o menos rápido.

En estas horas se siguen preparando para dar estos sevicios a partir del lunes que viene. Los lugares de recepción son 11 y están en Tijuana y Mexicali, en Baja California; en San Luis Río Colorado y Nogales, en Sonora; en Ciudad Juárez y Ojinaga, en Chihuahua; en Ciudad Acuña y Piedras Negras, en Coahuila, y en las ciudades tamaulipecas de Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros. Estos lugares estarán listos para tener, por poco tiempo, a un máximo de 2 mil 500 mexicanos por punto y serán atendidos por 125 servidores públicos en cada lugar.

Ahora, imagine que usted vive en alguna comunidad a las afueras de Denver, estado de Colorado. Que sale de su casa a trabajar al campo, como lo ha hecho durante los últimos 15 años y "de la nada" llegan integrantes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas del país en que vive de manera ilegal. Son las redadas que ya están vigentes, quizá en todo Estados Unidos.

Una vez detenidos, son transportados de inmediato hasta la frontera más próxima, que para el caso que le relato, se decidió que fuera Tijuana. Sin mayor trámite, son dejados ahí para que regresen al país en el que nacieron, pero no al que querían pertenecer. Ya en territorio mexicano se puede observar que les han colocado una pulsera que los identifica como "deportados" y su vida cambió de golpe. Los despojaron de su trabajo, su casa, de su rutina...de su vida.

De enero a noviembre de 2024 el monto por ingreso de remesas que llegaron de las familias mexicanas en Estados Unidos fue de 59 mil 518 millones de dólares. Esos ingresos también serán mermados eventualmente y los afectados serán miles y miles de familias que mes a mes dependen de esos recursos que utilizan para comprar medicamentos, para completar los ingresos mensuales de la casa, para apoyar a los hijos para que no falten a la escuela, para pagar la renta o, ¿por qué no?, para ir al cine. Ya veremos al paso de los meses de qué magnitud será ese daño.

¿A qué país regresan?, ¿A qué estado del que ellos salieron por voluntad, hace años, regresarán? ¿Será suficiente eso de que en donde comen 3 comen... 6, 8 o 10?

Este nuevo presidente de Estados Unidos no sólo decidió sacar una importante fuerza de trabajo de su país, les quitó y quitará sus ingresos y la esperanza de una mejor vida para ellos y para sus familias de este lado de la frontera. Así que en lo que ven qué hacen con su nueva vida, paisanos, bienvenidos a esta casa.

Periodista. @ConFeregrino

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