Líder de una red de extorsión. Así ha llamado una campaña lanzada recientemente, sobre todo en redes sociales, a la abogada y defensora de derechos humanos Ana Katiria Suárez. La persecución a Ana Katiria se originó a raíz de la presentación de una denuncia en contra del asesor de campañas políticas Guillermo Alejandro Sesma Suárez, quien es hermano del diputado local por el Partido Verde, Jesús Sesma Suárez.

Ana Katiria me cuenta que “esta campaña es una respuesta defensiva a una imputación que es cien por ciento real y que en últimas fechas me ha tocado representar víctimas con agresores que tienen similitudes como la de estos sujetos incluyendo a Guillermo Sesma, a Bernardo y Guillermo Voguel, a José Luis Nazar, a Edgar González Peredo, a Olivia Rubio, a Ulises Lara; diversas personas que se han prestado para generar venganzas por las imputaciones que esta defensora ha hecho y otras como respuesta a las imputaciones que les han hecho sus víctimas”.

El caso Sesma es la punta del iceberg. Se trata de un hombre acusado por el delito de violencia familiar en agravio de sus tres hijos y su exesposa (Regina Seemann Audiffred). Durante 2024, Ana Katiria acompañó legalmente a Seemann a presentar la denuncia. Así comenzó el proceso penal y, en la etapa de las pruebas periciales hubo hallazgos que resultaron muy graves: corrupción de menores, abuso sexual infantil, violencia física, psicoemocional y en contra de la dignidad humana.

Dados los resultados de las pruebas periciales, la Fiscalía de la Ciudad de México ordenó que los niños comenzaran un proceso de atención en el Hospital Psiquiátrico Infantil J.N. Navarro. Allí tuvieron un diagnóstico mucho más acabado que concluyó que los hijos de Sesma y Seemann sufren trastornos graves derivados de violencia y daño neurológico irreversible.

En el mundo del derecho uno de los principios generales reza que “a los peritos un arte, se les debe creer”. No obstante, de que la ciencia había obtenido resultados contundentes sobre la conducta de Sesma con sus hijos, éste logró manipular al sistema judicial local de la Ciudad de México para invalidar los testimonios de los niños bajo el argumento de que no fueron videograbados.

¿Qué sigue en el caso Sesma? Ana Katiria me cuenta lo que tiene que hacer la Fiscalía y el Poder Judicial, ambos de la Ciudad de México, “es seguir la jurisprudencia de la SCJN en el sentido de la imposibilidad que tiene el Estado de perseguir penalmente a mujeres que han sufrido violencia y que reciben denuncias por parte de sus atacantes”.

La campaña de difamación en contra de Ana Katiria está acompañada de una denuncia en su contra presentada por un grupo de padres y sus representantes legales.

La semana pasada se dio a conocer que María Fernanda Turrent, víctima de violencia vicaria, fue detenida y vinculada a proceso –aunque hoy ya está liberada– ya que el padre de sus hijos la denunció por retención de menores. Sin embargo, circula un video en redes donde se muestra al padre de los hijos ejerciendo violencia contra ella, incluso afirma: “soy un pinche psycho”. A esto es a lo que se refiere Ana Katiria cuando habla del influyentísimo y poderío de los agresores.

Desde el extranjero, Ana Katiria concluye la conversación para esta columna pidiendo “a las autoridades tener acceso a una defensa como cualquier ciudadana o ciudadano como lo tuvieron estos delincuentes con cara de empresarios o de políticos. Pido medidas de protección y que se me permita denunciar a quienes se han visto inmiscuidos en esta persecución”.

Vaya reto que tiene en las manos la fiscal Bertha Alcalde, quien ya dio un primer paso al destituir a Miguel Ángel Barrera. Veremos quién más cae. Pero primero lo primero: protección a las víctimas y a sus representantes como Ana Katiria Suárez.

@MaiteAzuela

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