La Copa Mundial FIFA 2026, que se celebrará en Estados Unidos, Canadá y México, empieza a vivir un ambiente de inquietud por un tema que nadie quería enfrentar tan pronto: Las visas. Jugadores, directivos, periodistas y —sobre todo— aficionados de muchos países, están encontrando trabas para obtener permisos de entrada a EU, poniendo en jaque la logística del evento.

El caso que encendió las alarmas es el de la delegación de Irán, que decidió boicotear el sorteo en Washington, luego de que el Gobierno estadounidense les negara las visas para estar presentes en el evento. Un gesto fuerte... Y un aviso incómodo, lleno de incertidumbre. Esto puede ser sólo la primera señal de una cadena de problemas que afecten a FIFA justo en su sede principal, que es EU, donde se planea celebrar 78 partidos, en los estadios más espectaculares que existen.

El organismo, por ahora, evita la confrontación e insiste en que la seguridad es prioritaria y confía en que el Mundial se desarrollará sin mayores sobresaltos. Mientras tanto, la administración de Donald Trump prepara el llamado “Pase FIFA”, un mecanismo especial para delegaciones y aficionados con boletos oficiales. Pero hay un detalle nada menor: No garantiza la visa. Y la FIFA ya avisó que no habrá compensaciones para quien tenga boleto comprado, pero no logre entrar a Estados Unidos.

A pesar de todo, siguen con su entusiasmo. Según sus proyecciones (a veces muy alegres), el Mundial podría atraer entre cinco y 10 millones de visitantes a Estados Unidos (se me hacen muchos). Lo que sí es que generará miles de millones de dólares en impacto económico. La recomendación oficial: Compren sus boletos cuanto antes y empiecen ya sus trámites de visado, porque —después del sorteo— la demanda se disparará.

Y, si algo está garantizado, es la explosión mediática: Televisión, streaming, redes sociales y plataformas de todo tipo, anticipan audiencias con cifras mayúsculas. Los derechos de televisión y transmisiones ya se vendieron en todo el mundo por cifras astronómicas y los anunciantes ya apartaron presupuestos de publicidad, para estar presentes en cada pantalla.

Con este contexto, más de un aficionado podría preguntarse si no sería mejor contratar televisión de paga, disfrutar de la mayoría de los partidos que se celebren en los tres países sede y —de esta manera— evitarse el dilema de la visa, los altos costos de los boletos, la transportación, la hotelería, los souvenirs y las cervezas, para disfrutar el Mundial desde casa o en las diferentes pantallas públicas que el Gobierno de México colocará en lugares estratégicos a lo largo y ancho del país.

Total... Me parece que escucharemos el lastimoso grito de “¡Sí se puede” y el Tri (siendo sinceros) en este Mundial no llegará muy lejos, otra vez... Como siempre.

luis@vamosdeportes.com

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