Carlos Alcaraz ha decidido terminar la relación profesional con su entrenador Juan Carlos Ferrero.
La noticia ha hecho mucho ruido en el mundo del tenis, pues Alcaraz finalizó como el mejor tenista de 2025 en la clasificación ATP y Ferrero volvió a ser reconocido como el mejor entrenador del deporte blanco en este año.
El tenis es una disciplina en donde el jugador es el jefe, el patrón, siendo el que contrata al entrenador.
El jugador decide si está conforme con la forma en que lo preparen y lo entrenen, con las prácticas, estrategias y directrices que marca el entrenador al tenista.
Así es que el jugador decide a quién contratar como entrenador y a su equipo de asesores.
Este lujo está reservado a los tenistas que están facturando con premios importantes, en patrocinios, y son los que están principalmente entre los mejores del mundo, tanto en mujeres como en hombres.
Estos tenistas son altamente mediáticos, recibiendo enormes cantidades de dinero por jugar y ganar los torneos grandes.
El contraste es enorme, ya que la gran mayoría de las y los tenistas, quienes son aquellos que participan en pequeños torneos profesionales y a veces en los grandes eventos, están lejos de ganar el suficiente dinero para poder contratar entrenadores, aunado a un equipo de asesores que pueda viajar, como el de Alcaraz, Jannik Sinner, Novak Djokovic o Aryna Sabalenka, quienes hasta con chef viajan, en vuelos privados.
He aquí la gran polémica que tiene el tenis, donde cada jugador es un contratista independiente.
El problema es que si no llegan a figurar en los torneos grandes, sin un patrocinador que les tenga fe, y no se pueden colocar bien en la clasificación ATP o WTA, inician las deserciones.
Alcaraz, al romper con Ferrero, pone fin a la gran relación entre jugador y entrenador, donde Carlitos ganó seis títulos de certámenes que componen el Gran Slam, siendo el tenista más joven de la historia en lograrlo.
Alcaraz obtendrá mayor independencia, para darle vuelo a sus inversiones, y un nuevo giro a su gran talento.

