Los conflictos aparecen en la ausencia de conciliación de interese. Los conflictos armados suelen surgir cuando los intereses se perciben irreconciliables, al menos por una de las partes. La conciliación de intereses, a partir de la negociación, es el arte de la diplomacia. Que puede ser bilateral, cuando es entre dos países, o multilateral, cuando varios países tienen intereses en común.
En el Siglo XX Estados Unidos fue el principal promotor de instituciones internacionales, espacios de negociación en los que se acuerdan desde alianzas militares como la OTAN, conflictos políticos como en la ONU o económicos como el Banco Mundial. En estos espacios han fluido las negociones en los mas diversos temas. En ausencia de compromisos y espacios de negociación, prevalece la ley del más fuerte.
Estados Unidos ha dejado atrás una larga trayectoria de liderazgo y de conciliación de intereses del orden mundial para posicionarse como una superpotencia nacionalista, proteccionista y que deja muy poco espacio para la conciliación y la negociación.
En la inauguración de su segundo periodo presidencial, Donald Trump anunció una serie de medidas con gran impacto en el exterior, sin que hubiese mediado consulta alguna con los afectados. A solo unos días de tomar el poder Trump convierte Colombia en su caso demostración.
El pasado 26 de enero el gobierno de Colombia no autorizó el aterrizaje de dos aviones militares de EUA que llevaban indocumentados colombianos. No existía ningún convenio previo. El presidente Petro solicitó que se hiciera en aeronaves civiles, lo que desencadenó la furia de Trump que con efecto inmediato impuso 25 % de aranceles, suspensión de visas, inspecciones aduanales especiales y fiscalización de cuentas bancarias. Petro no tuvo otro salida que aceptar el aterrizaje de las aeronaves dada la magnitud de la reacción de Trump y los daños que eso causaría a su país.
Este proceder muestra un modus opernadi en el que el presidente Trump no esta dispuesto ni a negociar ni a ceder, al menos cuando la asimetría de fuerzas le da la ventaja, situación con casi todos los países del orbe. El presidente Trump anunció que a partir del 1 de febrero impondrá aranceles del 25 % a Canadá y a México, como una medida de presión para eviten la salida de personas no autorizadas desde su territorio. No queda claro que es lo que se espera que hagan ambos gobiernos para satisfacer a su inamistoso vecino.
Estados Unidos cuenta con todos los medios para poner a México en una posición de debilidad para negociar prácticamente cualquier tema. El presidente Trump puede recurrir a la imposición de aranceles, cierre de la frontera terrestre, restricción de visas, revelar información sobre el crimen organizado en México y su nexos con el gobierno o la devolución indiscriminada de nacionales de terceros países a territorio mexicano, por mencionar algunas. La mayor parte de los funcionarios de su gobierno que tiene que ver con México, incluyendo a su embajador en México, son de la línea dura.
Están por verse las consecuencias de colocar a los carteles de las drogas mexicanos en la lista de organizaciones terroristas, pero muy probablemente aparezcan situaciones como fue el traslado de Mario Zambada a Estado Unidos sin consulta previa ni conocimiento del gobierno de México
Los mecanismos bilaterales de negociación institucional entre los dos países se encontraban ya muy diezmados a la llegada del presidente Trump, en buena medida como consecuencia de la mala o inexistente relación entre Biden y López Obrador, en mucho atribuible al presidente mexicano. Ahora el estilo de Trump de hacer política exterior, pasando por encima de los mecanismo institucionales, nos deja en una posición todavía más difícil para la negociación en cualquier tema.
Si en el ámbito bilateral contamos con pocos recursos de negociación, el multilateral prácticamente no existe para Trump, además de que también en este ámbito la fuerza tradicional de México se encuentra debilitada. Por otro lado, la capacidad de represalias de México, aunque existe, es incipiente frente al daño que puede hacerle a México la reacción de Trump. Este escenario nos obliga a asumir que, con altas y bajas, el unilateralismo desbocado de Estados Unidos será una constante durante la administración Trump. lherrera@coppan.com