La enorme ola de comentarios sobre el dopaje de Iga Swiatek recientemente y el de Jannik Sinner, con unos meses de diferencia, exhiben al tenis —ante el mundo— como una disciplina individualista, sin compañerismo, con nula defensa a uno de los deportes más estelares, con una cobertura de medios enorme y figuras multimillonarias que son criticadas principalmente por sus adversarios en la cancha, así como por el favoritismo de los aficionados.
Qué curioso que un tenista como Nick Kyrgios, un jugador con pésimo récord de indisciplina y quien colaboró como comentarista de una cadena de televisión, se haya manifestado en contra de Sinner, y no tanto por haber recibido un castigo mínimo, sino porque el australiano tuvo como novia a Anna Kalinskaya (actual pareja del italiano), una situación ridícula del que ataca, quien solicita una drástica suspensión al mejor tenista del mundo, al igual que otros jugadores estelares, y ahora arremete contra Swiatek.
Hace unos días, la polaca, actual número dos del mundo y campeona en cinco torneos de Grand Slam, dio positivo y la Agencia Mundial Antidopaje le castigó con un mes de suspensión, situación que es relevante, ya que tanto a ella como a Sinner les dieron castigos menores, más allá de si son culpables o no culpables. La polémica está desatada.
Las agencias especializadas y dedicadas a investigar el dopaje entre los tenistas, así como la Agencia Internacional para la Integridad en el Tenis (ITIA), tienen todos los elementos para evaluar estos casos y, si deciden no castigarlos o suspenderlos, es porque no reúnen los elementos para justificar una sanción.
No olvidemos que cada caso es diferente, dependiendo de la gravedad, así que tanto lo de Swiatek como lo de Sinner —hasta ahora— no amerita las suspensiones que sus adversarios desean, por más presión que hayan ejercido.
Estas polémicas noticias sobre la polaca y el italiano, así como los comentarios negativos de sus adversarios, ponen en entredicho a los acusados, a las agencias y a las mismas instituciones del deporte, creando mucho daño al tenis.