Las acciones que la oposición en México ha tenido los últimos años han sido lamentables. Sobre todo el PRI y el PAN, sus movimientos rayan en la ridiculez o el cinismo y en nada abonan a ser parte de una democracia sana, que sea genuinamente una alternativa o que defienda los derechos y libertades, una que facilite el debate público y que refleje diversidad y pluralismo, al contrario, se cierran más y radicalizan sus discursos al grado de ser violentos. Al final, terminan sobrando.
Hay tantos ejemplos, que no me alcanzaría este espacio para poder enumerar todos. De entrada, la marcha que el PRIAN usurpó a los jóvenes, porque no dudo que al inicio efectivamente se tratara de un llamado auténtico, pero de pronto, así sin más, la convocatoria en redes sociales mostró un alza inusitada, de esas que solo se ve cuando hay “inversión” detrás de ella y así fue. Ambos partidos se subieron al tren y quisieron llevar agua a su molino. El PAN defendiendo “libertades” que van tan en contra de ellos, y el PRI, a través de su diputado porro, llevando a tribuna la bandera de ese movimiento de la Generación Z.
Lo único que hicieron fue desacreditar el movimiento, en lugar de sumar, restaron, y convirtieron este movimiento en una Marea Rosa 2.0, igual de mala que aquella, en donde personajes políticos y con obvios intereses partidistas se subieron y, mientras ellos subían, la gente, jóvenes de esa generación con demandas válidas (porque nadie dice que no haya diferencias, las cuales son más que normales y hasta necesarias en una democracia), se bajaba. Aún parece que no se dan cuenta de que las personas, las y los mexicanos, les rehúyen.
Por ahí también se aparece, de una forma ridícula, cínica y poco original, el empresario que no quiere pagar impuestos, que aún se cree intocable y que demanda conservar un trato privilegiado que desde hace 7 años ya no existe en México, pero que para él debe ser difícil afrontar. Ricardo Salinas Pliego cree que copiando a Milei puede tener posibilidades de aspirar a ser candidato presidencial. Porque literal, le copia frases, actitudes, palabras, todo, y cree el iluso que con eso es suficiente, no ubica los contextos tan distintos entre Argentina y México, es más, le valen.
Y ahí tiene haciéndole el caldo gordo un PAN cada vez más disminuido, y ha sido su presidente y líder del cártel inmobiliario, Jorge Romero, quien no descarta, dice que el empresario pueda competir bajo las siglas de Acción Nacional. El partido que hace poco viró aún más hacia la ultraderecha en un afán de ganar más adeptos, le abriría las puertas a alguien que de menos les pueda garantizar su registro porque no les alcanzará para más.
Y el PRI, ese pobre partido presidido por ese otro pobre político, contando sus mentiras y creyéndoselas, como enfermo que es. Ahí se la pasa Alito repitiendo una y otra y otra vez que el PRI es el mejor partido de México, causando burlas hasta en aquellos medios que por 70 años fueron sus aliados. La violencia con la que el PRI se ha conducido últimamente bajo el “liderazgo” de Alito hace mucho daño al país, su radicalismo solo deja ver la desesperación que hay al acercarse cada vez más el 2027, porque hay grandes probabilidades de que este partido pierda su registro.
Esa es la clase de oposición que tenemos, y es una lástima. Muchos años, gran parte de mi paso por el servicio público fue en la oposición, una que era responsable, que realmente servía para controlar y fiscalizar a los gobiernos en turno y ser una alternativa política, tanto lo fuimos que logramos llegar y hoy demostramos con hechos lo que siempre ofrecimos.

