En estás últimas dos semanas la oposición se ha desnudado por completo, dejando ver sus miserias, literal. El acto de violencia suscitado en la Comisión Permanente y que fue abiertamente provocado por la decadencia del PRI, iniciando con su presidente nacional, Alito Moreno; la marcha de la alcaldesa de la Cuauhtémoc, Alessadra Rojo que se la pasa metida en todo menos en resolver las necesidades de una demarcación tan importante como esa, y el acto tan bajo de la bancada priista en la sesión de Congreso General del pasado lunes, no nos dejan dudas: la oposición de México es absurda y decadente.

Quisiera encontrar explicaciones que develen cómo es que al PRI y al PAN les alcanza para creer sus mentiras, porque son los únicos claramente, sus votos elección tras elección les demuestran que las personas ya no creen en ellos, al contrario, la gente ya sabe cómo deshacerse de ellos y la realidad ahí está para quien la quiera ver, menos ellos claramente.

No se han dado cuenta que 37 diputados dicen más que mil palabras, que 37 diputados suena más fuerte que las palabras de Alito cuando bravuconea, que 37 diputados apuntan a la extinción del partido más corrupto que ha existido en este país, pero no, se comportan como paladines de la democracia, como si ellos representaran la democracia.

Las demostraciones de violencia e intolerancia que vimos no en lugares que están destinados a ser espacios de diálogo y pluralidad, rompen con todo lo que dicen, ya no importa lo que expresan porque lo que hacen los califica, siguen creyendo que la gente les va a seguir creyendo, que pondrán por encima sus dichos y no sus hechos, pero se equivocaron de país.

Sin importar caer en la ridiculez, Alito y su séquito no solo violentó al diputado Noroña, el lunes en sesión de Congreso General, acompañado de sus huestes, interrumpió el discurso de la senadora Geovanna Bañuelos y con altavoces y carteles que exigían respeto a los derechos humanos (sé lo que está pensando, el cinismo de este personaje no tiene límites), demostrando una vez más, su incapacidad y su falta de respeto a esos órganos legislativos.

La única explicación que encuentro es que no están acostumbrados y no saben ser oposición, caen en la violencia y en la intolerancia, no son capaces de acatar el mandato de las y los mexicanos, quienes desde hace 7 años les está diciendo que ya no confían ellos, que ya no les creen.

Están enojados y un poco desesperados porque es evidente que no hay quien pueda abanderar sus causas o intereses, su ex candidata presidencial no les da para más, en paz debían dejarla, en su retiro porque no hay más para ella; los empresarios, él más visible de ellos, Claudio X. González, nunca fue creíble y no lo será ahora tampoco.

Y pues claro, la situación los lleva a personajes como la delegada de la Cuauhtémoc, quien un día quita estatuas para llamar la atención, otro día marcha y otro lucha contra los comunistas, así de dispersa la delegada, quien podría dedicarse a atender esa demarcación pero prefiere hacer estos actos tan banales para ponerse en el foco, una Sandra Cuevas haga usted de cuenta. Personajes que quieren pelear contra el mundo cuando lo que deben hacer esta a la vuelta de la esquina, literal.

Entre todo ese revoltijo, ahí sigue la senador Téllez con su show, la extrema derecha en todo su esplendor, buscando anular derechos ya ganados, pidiendo la invasión a nuestro país, de ese tamaño su perdición; y detrás, o al lado y ya más bien adelante de ella, el deudor de impuestos, Salinas Pliego que ya manifestó su interés por participan por la presidencia de la República y es incapaz de cumplir con su obligación de pagar lo que debe.

Este mosaico es la oposición que hoy se tiene en México y de la cual, no podemos estar más apenadas.

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