“Ahora que se bajen del camión y entren a la terminal, se darán cuenta que todo un bloque del edificio se cayó”, nos dijo en corto el operador que nos acompañaba desde el punto remoto donde nos dejó el avión de Aeroméxico. “Se vino abajo la semana pasada, se oyó el retumbo y ahí sigue”, aclaró. “Y lo que ustedes ven no es nada, este aeropuerto está hecho pedazos, completamente acabado”, remató. Al entrar caminando para ir a la zona de bandas que entregan el equipaje, lo constaté. Un hueco de aproximadamente un metro dejaba ver las entrañas de la construcción. No fueron exageraciones ni inventos “de esas personas que odian a Morena” y a la vez, no noté quejas por parte de los viajeros. Quizás de tan acostumbrados al cuchitril que es ese lugar, ni lo notaron. No obstante, no por estar acostumbrados a la mala vida dejan de pagar los $29.70 y $56.39 dólares que cuesta el TUA por persona para viajes nacionales e internacionales, respectivamente.

En enero, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció una inversión de 8 mil millones de pesos para la remodelación del AICM. Pero imaginamos que no será suficiente cuando recordamos que, cada año, 14 mil millones de pesos recaudados por el TUA de este aeropuerto son destinados al pago de intereses de la fallida construcción del NAIM. Dato reportado por la propia Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco).

“¿La remodelación? Aquí en la [terminal] 2 solo están puliendo el piso”, nos contó el operador. Es lo que el propio aeropuerto anunció. “Las intervenciones principales ocurren en el pasillo de acceso a las Salas de Última Espera”, dice el comunicado del 24 de mayo pasado.

En cuanto a la terminal 1, se aisló el módulo XI, que incluye las salas 29 a la 36, cerrando el pasillo de conexión desde el Duty Free. El mismo documento agrega que se realizan trabajos en muros, plafones, sustitución de pisos y labores de impermeabilización. También se restaura la fachada de la 2. Sin embargo, ni el comunicado ni la presidenta durante su conferencia mañanera ahondaron en temas de seguridad, ni mucho menos en la actualización de los reportes de hundimiento. Según ella, ese problema “se terminó de reparar” desde que era Jefa de Gobierno.

El actor Alfonso Herrera denunció hace un par de días en redes sociales. “Abrieron las maletas y robaron”, publicó. Digan que no le robaron la maleta. Digan que no se llevaron la maleta entera. Cada día, según reportó el diputado del PAN Federico Döring, se roban tres. Las 2 mil 500 cámaras no son suficientes y nadie se hace responsable.

Luego, en la entrada de la terminal 2, la rampa que conduce a las puertas de salidas se siente cada vez más pronunciada. No se le vaya a ocurrir ir con prisa y no frenar.

Y eso sin hablar del impacto internacional. El Departamento de Transporte de Estados Unidos anunció medidas contra la aviación mexicana debido al recorte de slots —las ventanas de tiempo asignadas para despegar o aterrizar— que sufrieron aerolíneas como Delta, American Airlines y United desde 2022. Se les prometió devolverlas, pero hasta ahora no ha habido cambios. Y en lugar de atender esa queja y restablecer la confianza con las aerolíneas consolidadas, lo que vemos es que la candiense Flair Airlines iniciará operaciones desde y hacia Vancouver y Toronto a partir de octubre.¿Cuál es el criterio para la asignación de slots? ¿Qué se prioriza?

Hoy el AICM realiza solo 44 operaciones por hora, 18 menos que hace tres años, es decir, una reducción del 29%. Esta decisión se tomó por la saturación que vivía el aeropuerto. En 2019, se transportaron a 50 millones de pasajeros, y 2024 cerró con 45 millones, es decir 10% menos. Podría sonar como eficiencia, pero si lo que reportan las propias aerolíneas es que no tienen ventanas suficientes para operar más vuelos, ¿cómo se están tomando las decisiones?

¿Qué criterios de seguridad y hundimiento están guiando las obras, y por qué no llegan a las zonas más críticas? ¿Dónde está la auditoría ciudadana o el informe de avances detallado que explique en qué se invierte cada peso? ¿Qué rol juegan los intereses por la deuda del NAIM en el desfase entre lo prometido y lo ejecutado? ¿Cómo afecta esta opacidad a la confianza de pasajeros y aerolíneas, nacionales e internacionales?

Si le toca viajar por el AICM durante el Mundial de Fútbol 2026, hágalo con casco, paciencia y un buen seguro. Porque a pesar de las promesas y los pesos para la remodelación, el aeropuerto más importante del país sigue hundiéndose, literal y figuradamente.

@LauraManzo

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