Otra vez hay vallas alrededor de Palacio Nacional. Llega el 8M, levantan las vallas y entonces no llegamos todas. Si en algo hay que ser implacables con la presidenta es precisamente en su feminismo. Nada que arrastre de la pantomima de López Obrador sobre el tema de las mujeres será positivo. Tan solo recordemos que en 2021, él fue quien comenzó con la cerca alrededor de la residencia presidencial en la víspera de las protestas feministas. Tan solo recordemos la tragedia que el expresidente dejó explotar en el sector salud. Esta incluyó severas afectaciones a la detección y atención al cáncer de mama, primera causa de muerte por cáncer en mujeres en México desde el 2006. Durante sus primeros años, AMLO redujo el gasto para esta enfermedad en un 93%. Pasó de 1 mil 995mdp en 2018 a 170mdp en 2021. Entonces, hoy la detección es tardía en un 55%. Entonces, se registró un aumento en las muertes, de 7,257 muertes 2018, a 8,034 en 2023, según datos de Gobernación y el INEGI.
Poner vallas no elimina las iniciativas de reformas en materia de igualdad sustantiva que Sheinbaum envió al Congreso en octubre pasado, tampoco supongo, opacará la inauguración que hará la presidenta el próximo 13 de marzo de la Conferencia Global de Mujeres Parlamentarias en la Ciudad de México. Sin embargo, sí la aleja de cada una de las mujeres que marchamos y de las mujeres que no marchan también. La izquierda pintando su raya de las feministas, por el cuento tonto, por la politiquería de que es un movimiento impulsado o infiltrado desde la derecha. No tuvo que repetirlo ella, pero está repitiendo las acciones detrás de este pensamiento. ¿De qué sirve entonces su aprobación del 80%? ¿De qué le sirve? La oportunidad de conciliarse con las feministas y quizás hasta de sumar a otras cuantas mujeres conservadoras a su partido, se aleja como se está alejando el nearshoring. Tan bien plantada que ha accionado frente a Trump, con esto, Sheinbaum parece que cojea frente a la marea violeta. Poner vallas sí hace temblar sus palabras. Entonces no, no es tiempo de mujeres. Nos deja fuera del cerco. La presidenta se recarga en la comodidad de responder que es una medida preventiva para proteger a las mujeres policías. ¿Y si ahora dejara salir a marchar a las mujeres policías? ¿Y si hiciera algo distinto? Todavía está a tiempo, pero puede que la agenda de los aranceles y su evento masivo el domingo, en el que seguramente no habrá vallas, sigan acaparando la conversación.
Pero la marcha sucederá, y no hay marcha atrás. Ni con el discurso eternamente misógino de Trump, ni con las vallas, ni con la estrategia de seguir teniendo dividido al país.
@LauraManzo