Madonna es la reina de su propio experimento. La artista que hace décadas confrontaba con escenas eróticas y simulaciones de orgía en los escenarios hoy sigue provocando miles de críticas por parte de la sociedad, que —tan ingenua como siempre, ya no se escandaliza con las orgías o el beso a un santo negro dentro de una iglesia, pero sí con las cirugías, la edad y la sexualidad a esa edad.
Particularmente con la edad de una mujer. Particularmente con la edad de esta mujer. “Lo más controvertido que he hecho en mi vida es quedarme”, dijo Madonna en 2016, después de recibir el reconocimiento a “La Mujer del Año” en los premios Billboard. Entonces tenía 58 y el mundo no se había turbado con sus operaciones. Fue hasta inicios del 2023 cuando apareció en los Grammy’s. ¿Qué es Madonna sino una artista subversiva —más que una gran compositora, que le hace ver al mundo, entre otras cosas, la doble moral que sigue cargando? Durante su gira, que termina este domingo con una presentación frente al hotel Copacabana, sobre la playa de Río de Janeiro, Madonna ha repetido la frase en casi en cada concierto: “The most controversial thing I've ever done is to stick around”. Y sí. Ahora tiene 65. Este agosto cumplirá 66. El año pasado debió posponer el inicio del Celebration Tour debido a que estuvo hospitalizada. “Tres días en coma, pensé que no la iba a librar”, dijo en su cuarto concierto en el Palacio de los Deportes. “Para nacer, primero debemos morir, y para morir, primero debemos despertar”, y se recuerda y nos recuerda sobre la mortalidad, citando al escritor armenio George Gurdjieff. “Age is a sin”, luego remata en nuestra cara, bajo nuestros gritos y nuestros aplausos de idolatría. Madonna ha sido congruente, la sociedad y muchos de sus aplaudidores son quienes no lo han sido.
Serán 81 presentaciones que le han recordado al mundo no solo que desde 2009 y hasta este año, Madonna permanece como la mujer que ha vendido más discos en la historia (no Taylor, no Rihanna, no Mariah Carey, ellas están detrás), sino también que puede aventarse un magistral auto homenaje, en el que cada acto es un cuadro, una pasarela, una portada de revista, una referencia futura llena de referencias a sus 40 años de carrera. Y que además, es capaz de mostrarse estoica y vulnerable, provocadora con el mundo y amorosa con sus hijos, poderosa y también cansada. Es el valor que casi nadie tiene.
El Celebration Tour ha sido la prueba de que Madonna es lo más sublime que el pop ha reproducido y que probablemente reproducirá jamás. Ella es el espejo de una sociedad que no se atreve a destaparse y de un patriarcado que sigue dominando. Han sido hombres y mujeres descalificando a la Reina del pop, que porqué la cabalista resultó padecer dismorfia. “Irreconocible, una narcisista despistada”, la calificó el New York Post. Pero la dismorfia es del mundo que no se ve a sí mismo. “Ya los quiero ver a sus 65 años”, comentó en su concierto en San Francisco. Madonna sabe quién es ella.